Hacer una lista de lo mejor del año es un ejercicio de sinceridad en el que, si bien uno valora primero lo más sugerente o impactante, finalmente debe prevalecer lo que le ha deparado mayor número de escuchas que invitan a repetir. Así mi top está lleno de discos que he quemado este año. Desde el atentado post-rock de Thee Silver Mt. Zion a la electrónica sentida de Caribou y la más gamberra de Liars, pasando por la elegancia fuzz de Gallon Drunk, me demuestran a mí mismo que siempre hay que dejarse sorprender por discos que nunca hubiera pensado que serían favoritos a final de año.
No obstante, la dosis de sonidos distorsionados pero melódicos no podía fallar. El desgarro intimista de La Dispute, la fórmula bordada de Eagulls, el paso hacia la trascendencia de Cymbals Eat Guitars, la madurez posthardcore de Dope Body y el pop-punk americanista de Against Me!, todos ellos han sido parte de mi banda sonora de 2014.
Aprovecharé estas líneas para recordar a los que se quedan fuera. Cloud Nothings, Iceage, Run the Jewels, Cult of Youth, The Afghan Whigs y Swans, amen de joyas en otros formatos, como el EP punk de Ryan Adams, se quedan fuera por cuestión de espacio. En 2015, más y mejor.
15. BEN FROST – A u r o r a