La reactivación de Godspeed You!Black Emperor no ha detenido la marcha del proyecto paralelo de Efrim Menuck, Thee Silver Mt Zion Memorial Orchestra, que se ha ido permitiendo progresivamente más licencias vocales y un cariz más directo. Cuesta hablar en términos de concreción con un disco formado por sólo 6 temas, muchos de ellos de alargada duración. Pero es lo que hay y posiblemente este «Fuck Off…» sea el lanzamiento más concreto de la banda, al menos desde el punto de vista de su agresión.
Aquí la banda utiliza su paranoia habitual en un torrente de punk orquestal contra la construcción de la sociedad neoliberal. Y dan con su particular single en los 10 minutos de su apertura, una explosión de violines y cellos desbocados pero precisamente enfocados a través de un ritmo ágil hacia un resultado emocional e impactante, en el que no cabe relleno. La banda sacude al oyente con maestría alcanzando la magia con el cambio dramático que sufrimos cuando pensábamos que habíamos llegado al clímax. Entonces, oscura y amenazadora, como un himno de los tiempos modernos, se cierne la gravedad sobre nosotros junto con cantos angelicales repetitivos en una nana horrible.
«Austerity Blues» se va construyendo en cambio de una forma que hace algo más de justicia a esa etiqueta post-rock que se les queda pequeña. La base ruidosa va creciendo desde un ligero crepitar hasta apoderarse de la canción que Menuck comenzó solo, para encontrar una sugerente base rítmica con gran importancia de los bajos, que dominarán los vaivenes progresivos del tema. A su bella forma, la canción habla de lo que apunta su revelador título, de cómo las clases humildes han trabajado todo este tiempo para que unos pocos nos arrebaten todo y llegando a esa oración para que la revolución no se haga esperar. «Lord let my son live long enough to see that mountain torn down», un clamor que va desde la catarsis del grito al mantra psicodélico con drones. Y no es algo críptico sino bastante literal; Menuck y la violinista Jessica Moss tiran de su perspectiva como padres para aportar si cabe más urgencia a sus reflexiones sobre los tiempos en que vivimos. A su hijo por cierto, le podemos escuchar presentando el álbum.
El asalto directo continúa en «Take Away These Early Grave Blues», mezclando disonante punk con exotismo tribal del pasado y el sonido de la civilización desmoronándose. Ese punto en que la cruda realidad se encuentra con maldiciones y profecías de un ocultismo que siempre ha acompañado a los canadienses. «Little Ones» ofrece una corta tregua con un bonito remanso de piano y voces femeninas antes de que la desolación total llegue de la mano de «What We Loved Was Not Enough». Preciosa tristeza llena de punzantes perlas como «The day has come when we no longer feel» o «All our children gonna die». Pobreza, guerra, sangre y disturbios.
La final «Rains Thru the Roof at the Grande Ballroom» reúne guiños a los incendiarios MC5 y el suicidado rapero Capital Steez en quizá una referencia a la carga filosófica que la música ha perdido. En este sentido, resulta inevitable comparar este lanzamiento con el de una banda vecina que está en lo alto de la pirámide musical. «Fuck Off Get Free We Pour Light On Everything» parece el disco que Arcade Fire nunca hicieron y ya jamás se atreverán a hacer. Desde luego para Silver Mt Zion, es una obra entre lo más emocionante de su carrera, un grito rebelde pero triste, el sonido de una revolución más que probablemente destinada al fracaso. La contradicción en la que todo humano vive, alimentada por el ardiente deseo de que nuestros descendientes conozcan otra realidad. Un deseo tan universal como estremecedor al que cualquiera se puede agarrar.