/Reseñas///

Swans – To Be Kind

Swans - To Be Kind portada
Young God/Mute, 2014
Productor: Michael Gira
Banda: Michael Gira, Christoph Hahn, Thor Harris, Christopher Pravdica, Phil Puleo, Norman Westberg

Géneros: , , , ,

8.8

Pocos casos similares al de Swans se me ocurren dentro del panorama actual. Un artista, Michael Gira, que, bien rebasada la madurez recién inaugurada la sesentena, éste creando una de sus etapas de oro tras más de treinta años de prolífica trayectoria ininterrumpida con sus tres últimas obras: “My Father Will Guide Me Up a Rope to the Sky” (2010), “The Seer” (2012) y este “To Be Kind”; enmarcadas dentro de una discografía que, incluso manteniendo un perfil bajo (habría que revisar en profundidad su etapa con The Angels of Light), apenas podría decirse que haya tenido algún momento prescindible, o incluso menos que bueno.

Pero más digno de análisis que el logro artístico lo sería el popular. Ya que “To Be Kind” vuelve a ser un disco inabarcable, áspero y difícil; dos horas sin ningún guiño de complicidad hacia esa supuesta masa que se ha arrimado al carro de los Cisnes, aún no me queda claro si por gusto o bajo uno de los fenómenos de postureo más curiosos de los últimos tiempos, cuyas causas habría que buscarlas en la total asimilación del post-rock por la escena independiente, la obsesión por el revival y hasta el auge, al menos a nivel de foros y festivales avanzados, de géneros anticomerciales como el drone, el black metal o un amplio espectro de la música experimental a ambas orillas del Atlántico.

Más allá de toda fenomenología en torno al sexteto, lo cierto es que este “To Be Kind” vuelve a ser un artefacto ganador en toda regla. El seguidor caerá rendido ya ante la inicial “Screen Shot”, tema obsesivo construido en torno a una línea de bajo y un redoble de batería en perpetuo crescendo que reúne todas las bondades de los Swans de última época pero con una clara mirada a su etapa noventera que hará sonreír al veterano oyente. Al igual que “A Little God in My Hands”, juguetona pieza que añade piano y vientos y que nos recuerda que no todo en el mundo de Gira y sus colegas es ominoso y terrible, si no que hay lugar para el humor negro y hasta el funk (!). Con estas intenciones, algunos han querido ver paralelismos con otro álbum doble de la banda, el gran “The Great Annihilator” con el que cerraron su primera etapa en 1996.

Hay lugar también para peculiares acercamientos blueseros en “Just a Little Boy (For Chester Burnett)” y para épicas fanfarrias góticas en las que permanece la esencia de su época ochentera como “Nathalie Neal” o los diecisiete minutos de “She Loves Us”. Pero esta última no supera en ambición a “Bring the Sun/Toussaint L’Ouverture”, nueva pieza de más de media hora separada en dos partes diferenciadas: una más progresiva y otra que explora los terrenos del drone y del ambient con Gira soltando gañidos y proclamas en castellano, como ese famoso “Dios es sangre” que hemos podido oír en sus conciertos de unos años para acá.

“Oxygen”, con su estructura cuasi jazzística y sus trompetas soltando exabruptos no wave es otro de los ejemplos más novedosos dentro de un discurso musical bien definido y asentado ya, del que “Kirsten Supine” y la propia “To Be Kind” serían dos representantes más canónicos con su misteriosos desarrollo que acaban en explosiones de noise apocalíptico (vitales aquí las intervenciones de Thor Harris y Phil Puleo). Y es que puede que ya no nos sorprendan como hace unos años justo cuando regresaron, pero la experiencia de escuchar este  nuevo trabajo sigue dejándote tan exhausto como pleno por contener tanta buena, muy buena, música; con una fórmula que la banda sigue refinando y variando y que ha dado lugar a una nueva cima. Señor Michael Gira, por favor, díganos el secreto de la eterna juventud y, sobre todo, la eterna inspiración.

 

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1 de enero de 2014