Año 2007, cuatro chavales madrileños se juntan para formar una banda de rock instrumental (Toundra) y uno ilicitano edita su primer trabajo como cantaor flamenco (El Niño de Elche). Año 2017, esa banda de rock y ese cantante (ya alejado de la ortodoxia flamenca) editan su primer trabajo juntos, bajo el nombre de Exquirla. El mero hecho de tener que dedicar estas líneas a explicar quienes componen esta banda es una declaración de intenciones: Exquirla no es únicamente Toundra + El Niño de Elche, Exquirla es algo nuevo y no una mera colaboración entre conceptos artísticos.
Si en algo se parecen los miembros de Exquirla entre sí es que siempre han tenido muy controlado cada pequeño paso artístico que quieren dar, aunque con la premisa presente de caminar hacia adelante y nunca repetirse. De ese modo, esta nueva aventura se presentaba como un gran reto para los que los hemos seguido: ¿Conseguirán ser algo más que Toundra con un cantaor? ¿Será otro “Voces del Extremo” de Niño de Elche pero con guitarras rocosas? La respuesta de Exquirla en este “Para Quienes Aún Viven” no es nada pretenciosa y se cimenta en partir de los parámetros en los que más cómodos se encuentran para ir encontrando un sonido personal, pero digamos que desde esa zona de confort (el legado musical de Toundra y el vocal de Niño de Elche) tratan de crear algo especial juntos.
Con todo lo mencionado anteriormente podría parecer que este viaje que es “Para Quienes Aún Viven” pasa sobre todo por parajes que ya habíamos visitado, pero en la hoja de ruta hay muchos y muy variados desvíos hacía lo desconocido. El desarrollo de las canciones, sobre todo gracias a la extensa duración de las mismas en la mayoría de casos, permite a Exquirla quebrar inesperadamente la oreja del oyente con giros sorprendentes e innovadores. Hablamos de experimentación sonora, de una sección rítmica más variada y colorida o de una densidad en las letras apabullante, pero también hablamos de partes dentro de las canciones que aunque parten de ambientes oscuros dejan lugar a momentos con gancho e incluso hasta de estribillos.
Lejos de entrar y ver cada pequeña parte del puzzle, lo verdaderamente satisfactorio es ver la foto general del disco. Exquirla hace un trabajo espectacular equilibrando que todas las canciones funcionen conceptualmente entre sí, cuidando mucho de la armonía entre los momentos atmosféricos y los aguerridos, entre los ambientes tenues y luminosos o entre registros flamencos y gritos enraizados. Mencionamos muy por encima antes la temática lírica del disco, pero siendo una de las claves más rotundas del disco conviene detenerse con paciencia en ellas. Estas letras que vienen directamente del libro-poema “La Marcha de 150.000.000” (creado durante más de una década) del poeta valenciano Enrique Falcón (el mismo que pone voz al inicio del disco), quién contando en todo momento con textos bastante críticos (y crípticos) pone voz a los “excluidos del progreso”, describe la realidad social que nos invade y se enfrenta al voraz capitalismo que nos asesina. Paco (El Niño de Elche) lo adapta a la épica de Exquirla y de su visión propia del flamenco de manera magistral, sin olvidarse como decíamos de contar con ganchos y repeticiones que dejan prendado con apenas un par de escuchas. Todo esto se redondea con un trabajo codo con codo de la banda con el productor Santi Garcia en Ultamarinos Costa Brava para pulir todas las aristas y empastando muy bien la voz con la música.
El disco arranca con “Canción de E”, haciéndose valer de un ambiente tenso gracias al recitado de Falcón con un crescendo post-hardcore ideal para centrar nuestra atención. El tema se alarga y se une a “Destruidnos Juntos” entre guitarras dramáticas, percusiones con cierto toque flamenco y una atmósfera tenue que termina estallando en perfecta armonía. Después “Hijos de la Rabia” se muestra como la composición más redonda, elaborada y colosal del disco: percusión colorida, recuerdos a bandas como Russian Circles por las guitarras o a Tool por el misticismo lírico y la sección rítmica, progresiones finales entre la psicodelia y el rock alternativo… En definitiva, perfecto ejercicio entre melodías pegadizas e instrumentación complicada y arriesgada que termina desembocando en el interludio preciosista que es “Interrogatorio” (con Marc Clos al vibráfono y el propio Santi al arco electrónico).
De la segunda parte del disco merece la pena destacar “El Grito del Padre” por su experimentación épica y “Europa Muda” porque nos trae de regreso a los Toundra contundentes de “II” para cerrar el disco. Por ahondar, la primera nos trae un comienzo muy arriesgado y un final en una línea más cercana a Explosions In The Sky. Del resto, “Contigo” se puede tomar como otro interludio (largo) con una curiosa visita al flamenco y “Un Hombre” a pesar de ser “demasiado Toundra” se hace hueco a base de épica preciosista, terminando con un grito de ultratumba sorprendente por parte de Paco.
El regusto final es que estamos ante un disco que es el giro de timón que Toundra necesitaba ante un agotamiento que se podía ir intuyendo (este disco como poco está a la altura de “III”), así como el que probablemente sea el disco más compacto del cantaor alicantino. Muy buena tiene que ser la cosecha local de 2017 para que este disco no esté entre lo más alto de las listas de los mejores trabajos discográficos del año.
«Para Quienes Aún Viven» se edita el próximo 17 de febrero
