Podría culpar a la organización por no poner mas autobuses o por poner gente en las taquillas tan enormemente lenta, pero eso de que un servidor se perdiera a todo un Mark Lanegan apoyando a Soulsavers fue culpa de que un insensato como yo no fuera precavido.
Pero si que tenemos que culpar y señalar con el dedo a la organización y al Ayuntamiento de Boadilla del Monte por llevarnos en autobuses sin ventanas en pleno mes de julio. Entendemos que tenemos que hacer cola, que ir todos en plan campo de concentración y que si hay un atasco la cosa se pone doblemente difícil pero creemos que el gasto de 100 € de media en el abono nos da derecho a mantener unas mínimas condiciones de vida. Un cero grandísimo con las lanzaderas.
En la cola de las taquillas no se veía ni oía la carpa en la cual Soulsavers + Mark Lanegan descargaban, pero afortunadamente pudimos escuchar y ver a James para hacer la espera mas llevadera. La banda, reunida en este último año, suena mucho mejor de lo que uno podría esperar de otro aparente caso de «retorno por la pasta». De hecho, Tim Booth demostró una forma realmente envidiable y sus temas mas clásicos como «Sometimes» o «Say Something» aún mas.
Como no llegamos a tiempo de poder ver al señor Lanegan con Soulsavers, hubo tiempo de repasar el terreno pedregoso del recinto, pues este año cambiaban un poco las cosas. Carpas mucho mas apropiadas que las del año pasado, sobre todo la grande pasaba a ser mas alargada que circular y una zona de mercadillo mucho mas maja que lo que tuvimos el año pasado. ¡Ah! Y piedras… para aburrir.
Tras el repaso al recinto, se presentaba la disyuntiva de ver a DJ Shadow o a Jarvis Cocker, ex lider de Pulp. Decidimos ver un poco del segundo, a pesar de que esperamos poderle ver por España mucho siendo parte de Sinnamon Records. La carpa estaba llena a rebosar y desde la lejanía comprobamos que aunque a priori Jarvis no está en mala forma precisamente, su directo fue muy desdibujado y emborronado por el pésimo sonido de la carpa.
Tras tres o cuatro temas, decidimos emigrar a DJ Shadow a ver si había mejor suerte. Pero tras otros dos o tres temas, descubrimos que realmente no había mucha gana de sesión Dj. Vamos, que lo de tener esa música en pleno comienzo de noche era realmente absurdo. Un verdadero desacierto no haberle metido antes de The Chemical Brothers en el horario de Air o Kaiser Chiefs. Desde la lejanía de la carpa de relax-microclima, las cosas se veían peor, pero hasta incluso conseguimos cogerle cierto punto a un show muy del montón.
Como decíamos, hasta ese momento no tuvimos gran cosa encima de los escenarios. De un lado para otro, ibas viendo como los grupos pasaban y no había sensación de ver nada fuera de lo común. Afortunadamente, cuando The Jesus & Mary Chain aparecieron en escena la cosa cambió. Un servidor no es precisamente un seguidor de la banda de los hermanos Reid, pero hay que reconocerles una actitud y profesionalidad en escena digno de la banda de cabecera que son. Y eso que no recurrieron al fácil uso de una puesta en escena voluptuosa, no. Mas bien se limitaron a convencer al respetable de que su vuelta a los escenarios no necesita mucho mas que apoyarse en ellos y en canciones como «Snakedriver», «Just Like Honey» o todo una especialísima «Head On» en los primeros compases de concierto.
A mitad del bolo de los reunidos cabezas de cartel, hubo que hacer una visita obligada a la gran carpa donde actuaban los no menos grandes The Gossip. La señora Ditto, descalza, entre berrido y salto se sacó una de las actuaciones mas notorias y jolgoriosas de todo el festival. De entre la mediocridad de las actuaciones, pocos nos lo hicieron pasar tan bien como estos neoyorquinos. El final del concierto con «Standing In The Way Of Control» fue de los momentos mas destacados del festival, con todo el mundo saltando y bailando desde el principio al final. Estos en sala tienen que ser muy grandes, aunque deberían tocar bastante mas de los 35-40 minutos…
Entre que The Jesus & Mary Chain iba dando sus últimos coletazos con algo menos de publico (una tónica general en todo el festival eso de que la gente se fuese a la mitad de los conciertos) se presentaba una de las dudas del festival: los franceses Air (apetecibles con su nuevo disco) o los ochenteros OMD en una oportunidad única de verlos. Como un servidor no es demasiado admirador de OMD (nada comparables a Devo en el FIB o a Sparks el año pasado en el Summercase), tiro para el lado gabacho. No se si la elección fue del todo inteligente, pues el dúo francés es de todo menos un grupo para ver en festival. Claro, la cosa les quedó desangelada y sobre todo excesivamente fría e impasible durante todo el minutaje del concierto, a lo que no ayudó para nada unas horas mas de alegría y jolgorio que de sentimentalismos y complejidad. Nicolas Godin y Jean-Benoît Dunckel se bastaron para ponerle música al invento, pero las voces femeninas pasadas por miles de filtros deslucieron la labor musical de un repertorio ya consumado en temas como «Sexy Boy», «Napalm Love» o «Cherry Blossom Girl». Correctos, pero excesivamente fríos para el mes de julio.
Para desengrasar había otras dos opciones por las que decidirse, ambas con bastantes probabilidades de repetirse a lo largo y ancho de la geografía ibérica. Y es que tanto Kaiser Chiefs como !!! eran dos propuestas tan repetidas en España, como celebradas. Los primeros, venían faltos de forma por un segundo disco que a la larga se ha hecho aburrido y fácil, mientras los neoyorquinos !!! están que se salen con «Myth Takes». Pero mira por donde, elegí ver como los primeros defendían su rol de cabezas de cartel, en detrimento de unos !!! que se supone un servidor vería en el FIB Heineken. El resultado, en contra de lo que pueden decir los puretas es un concierto de esos que Kaiser Chiefs nos tiene acostumbrados: bailes, coros, chillidos, mucho hooligan y un frontman impactante. Luego tenemos que reconocerle que excepto por «Ruby» o «Everything Is Average Nowadays» el directo flaqueó con los temas de «Yours Truly, Angry Mob». Claro, para compensar estaba ya allí «I Predict A Riot», «Na Na Na Na Na», «Everyday I Love You Less And Less» o el final con «Oh My God» (una pena que Lily Allen el día siguiente no se atreviera con ella). Van a la deriva con solo dos discos, pero ¿y lo bien que se lo pasa uno viéndolos?
Aún hubo tiempo de darse una carrera a ver el final de !!!. Si Kaiser Chiefs tienen un directazo, lo de !!! ya ni lo mencionábamos. En el escenario grande podrían haberla liado, pero se bastaron con la carpa grande y con Nic Offer en pantalones cortos para ponerlo patas arriba. Una pena no habérselo visto enterito, pero con «Heart Of Hearts», «Intensify» y unos cuantos temas mas salimos mas que felices. Otra vez será lo de tomar parte importante en el cotarro bailongo.
Y ya, el supuesto plato fuerte de la noche era lo único que nos quedaba por delante. The Chemical Brothers atrajeron a la multitud y, aunque la pantalla trasera era enorme, su show se quedó en ridículo si lo comparamos con el de Daft Punk del Summercase 2006. Aguantamos esperando algunas de sus piezas mas grandes pero apenas tuvimos un bastante digno «Hey Boy Hey Girl». Antes de que acabaran con su machacón show, pensamos en la posibilidad de ir abandonando el recinto en busca de las ya míticas «lanzaderas sin ventanas». Afortunadamente fue el momento justo para no esperar demasiada cola e incluso poder coger Metro ya… Todo ello con una sensación entre decepción y simple olor a «Bueno, no ha estado tan mal».