PARC DE LA CIUTADELLA
Tocaba acercarse a la Ciutadella de mañana para comprobar lo que mucho nos temíamos. El nuevo parque supone una experiencia más masificada, menos tranquila y familiar, anulando gran parte del atractivo de la iniciativa desde que esta existe. Todo un error el cambio cuando el de Poble Nou fue un gran hallazgo de la pasada edición y quedaba incluso más cerca del Forum. Más turista ocasional, más lateros hostigando y en definitiva, se degrada la experiencia para el aficionado a la música, ya sea comprador o no del abono del festival. Pudimos llegar tan sólo a ver terminar el concierto íntimo de Nick Garrie. Después, Obits volverían a triunfar implacablemente como lo hicieron hace unas horas, tal vez incluso más sudando al sol de Barcelona, mientras que Bleached desplegaron con gracia ese lo-fi garajero con aire amateur. (Raúl)
FATHER JOHN MISTY
La jornada del Sábado en el Auditori la abría Joshua Tillman bajo su nuevo seudónimo, Father John Misty. El ex-Fleet Foxes se presentó en solitario ante un considerable público dada la hora, las cuatro de la tarde, rodeado de un círculo de lucecitas rojas, e interpretó un buen número de canciones de su nuevo álbum, “Fear Sun”. Haciendo gala del buen humor y el tono bromista que le hemos podido contemplar estos últimos meses por internet, el americano fue intercalando chistes, comentarios y poses ridículas con su guitarra entre bonitos temas como “Only Son of a Ladies Man” o “Every Man Needs a Companion”. Un concierto liviano y ligero para comenzar la última jornada del festival para nosotros. (Yuri)
MICHAEL GIRA
Con un repertorio más basado en Swans que otra cosa, bastante de su hasta ahora último disco y alguna mirada al pasado, Michael Gira apareció en un Auditori bastante poblado para colgar su sombrero de cowboy y triunfar a esa hora como el mesías que el año pasado lo hizo en el Fòrum. Sin duda, ese culto adquirido benefició a su propuesta y a que muchos fieles aguantaran el tirón de su música de cantautor nada fácil, pero brutal y honesta para compensar la ausencia del ruido que tanto caracteriza a su banda. Y sobre todo física y hasta violenta, llegando a ver a un Gira abofeteándose a sí mismo en el escenario. Dio la impresión de que tal vez alguna apocalíptica percusión hubiera facilitado un trance que por el estado de cansancio que el ajetreo festivalero conlleva se hizo duro por momentos. (Raúl)
SHARON VAN ETTEN
Lo comentaba en la crónica del jueves, cuando Sharon se pasó por el escenario del Auditori para colaborar con Big Star’s Third nada hacía presagiar que íbamos a tener una artista con tanto carácter en su paso por el San Miguel. Si entre tanto gran nombre se mostró tímida y hasta dubitativa cuando se enfundó su guitarra y sus canciones se convirtió en puro carácter. Primero defendiendo temas tan introspectivos como son las dolorosas piezas de “Tramp”, como la emotiva versión de “All I Can” para comenzar o una bella “In Line” que precedió al mejor momento de su concierto, de su repertorio y quizás del festival, una “Give Out” que ciertamente fue una bofetada en la cara de intensidad.
Tras la intensidad inicial el concierto se movió hacia un terreno algo más amable con piezas algo más fáciles de escuchar para el visitante curioso, con “Leonard” y, el otro highlight, “Serpents”. El talento de la cantautora estuvo bien apoyado por una banda en la que destacaba sobre todo la presencia de Heather Broderick a los teclados y, sobre todo, a los coros. Aunque el buen hacer de Sharon se sirvió de sobra para hacernos despertar de un horario muy difícil que nos hace pensar en que se merece volver pronto pero a sala. (Richi)
VERONICA FALLS
De nuevo con el extra negativo del Mini, no por lejano sino por desangelado al ser la explanada tan enorme y acercarse sólo los más interesados, me desplacé a Veronica Falls para ver al cuarteto inglés interpretar ese cancionero tan en estado de gracia. “Bad Feeling”, “Beachy Head”, “Found Love in the Graveyard” y finalmente “Come On Over” se fueron intercalando con algunos temas nuevos que está por ver si lograrán estar a la misma altura que los singles que pueblan su debut. Buen concierto sólo que algo lastrado por esa frialdad del escenario. (Raúl)
JEFF MANGUM
¿Fueron las actuaciones de Jeff Mangum el hype de Primavera Sound 2012? Dado el misterio y la expectación que ha oscilado en torno a Neutral Milk Hotel durante la última década, el revuelo que se levantó hace unos meses con la vuelta de su líder en solitario interpretando canciones de la huraña banda fue bastante considerable, sobre todo en torno a los paladares más elitistas o, por qué no decirlo, más tendenciosos. Así, no extraña que Mangum se presentara en el festival con nada más y nada menos que dos fechas programadas en el Auditori para verle a él solo, previa compra de ticket incluída.
Resueltos los problemas del día anterior, en el que muchos que habían comprado dicho billete de reserva no pudieron acceder al teatro hasta bien comenzada la actuación dado el minucioso control de entrada, retrasando la hora con respecto al final del directo de Gira para ganar tiempo, Jeff apareció en escena puntualmente con su habitual aspecto desaliñado. Nada más sentarse invitó a todo el que quisiera a que se colocara en las gradas de subida al escenario y alrededores, propiciando que muchos espectadores se situaran a escasos metros del músico. Mientras rugía la marabunta para pillar sitio, él ya estaba interpretando “Two-Headed Boy”.
Con un repertorio centrado, evidentemente, en “In the Aeroplane Over the Sea”, Mangum interpretó con sencillez y sentimiento, casi como si estuviera ante una hoguera rodeado de miles de compañeros, canciones de su escasa carrera. La sensación de comunión fue realmente palpable, y se vio reflejado en los apasionados comentarios y en los regalos que el músico recibió del público. Pero aún así, no pudimos evitar sentir que nos faltaban ese acordeón en “The King of Carrot Flowers”, la batería en “Holland, 1945” o la sierra en el tema título de su disco totémico. Muy bonito, sí, pero aún así nos quedamos con ganas de un regreso con toda la banda. A ver si en años venideros… (Yuri)
SLEEPY SUN
La velada más psicodélica corría a cargo de una de las bandas más en forma de su vertiente más rockera, los californianos Sleepy Sun, con un Bret Constantino que se echó a la espaldas a la banda y supo sacar mucho jugo de su irregular nuevo disco “Spine Hits”, con especial mención a temas como “Marty’s Mantra” o “VOG”, que los emparentaron directamente con sus colegas de The Black Angels o los Kula Shaker más psicodélicos. El sol seguía en lo alto y el ambiente no era demasiado cercano a la banda en el escenario ATP, pero fue un sensacional inicio de guitarras para la jornada. (Richi)
LISABÖ
El directo de los de Irún es algo ya casi legendario desde que «Ezlekuak» les abriera a lo grande las puertas de las salas del estado y el culto no ha dejado de crecer desde el lanzamiento de «Animalia Lotsatuen Putzua», pero ni siquiera los que les hemos seguido en directo los últimos meses nos esperábamos una entrega al nivel de lo visto en el Primavera Sound. Más salvajes y motivados que nunca, seguramente nerviosos en un principio y sabedores de que por anteriores plantones forzosos (no a la organización, sino al público que los pidió) debían darse al 200%, lo suyo fue pulverizarnos a horas que apenas el sol se estaba marchando del escenario Ray Ban.
Con la banda en ebullición, hubo destrozos de material e incluso heridas autoinfligidas en el fragor de esa batalla tan punk pero a la vez tan personal marcada por los incesantes compases de la doble batería y el doble alarido. Y eso que el clima, por la propia luz del día, por la complicidad entre fans e incluso por las caras de visitantes atraídos por el magnetismo de esa fuerza visceral del sexteto, era más de fiesta que de la desolación que suele transmitir la banda. La misma convocatoria de la que se hicieron eco Picore el día antes nos sirvió para ver en Barcelona a unos Lisabö muy poco dados a discursos, enfadados con la política de la represión. Si el año pasado fueron Swans, este año no tuvo que venir nadie de Estados Unidos para ganar la medalla a concierto más intenso del año. No estaría nada mal convertirlos en residentes del festival, a imagen de los propios Shellac. (Raúl)
GRUPO DE EXPERTOS SOLYNIEVE
Llegamos al Mini ya comenzado el concierto de la banda granadina, por lo que no pudimos verlos tocar “La nueva reconquista de Graná”. Aún así, disfrutamos de un concierto algo extraño dentro de lo que es Primavera Sound: la actuación de un grupo nacional en uno de los escenario principales a buena hora, con un aforo inferior a un tercio y compuesto casi íntegramente por españoles. A J se le vio más relajado que cuando actúa al frente de Los Planetas, compartiendo protagonismo con Manuel Ferrón, y en general se trató casi de una reunión de fieles de la escena y el festival, en la que no faltaron versiones de Vainica Doble y La Buena Vida, en homenaje a otro gran ‘primavero’, Pedro San Martín. Entrañable, vamos. (Yuri)
KINGS OF CONVENIENCE
El paso del dúo noruego por el festival suponía muchas dudas, sobre todo debidas a una propuesta que quizás habría sido más disfrutable en un entorno menos masivo que el del San Miguel. ¿Quizás demasiado esperados para el Auditori? Aún así demostraron su buen hacer como pudieron, muy respaldados por su público fiel y con unos cuantos curiosos sentados a disfrutarlo en la explanada de enfrente. Los temas de «Declaration of Dependence» fueron los más disfrutables, sobre todo cuando encadenaron sensacionalmente “Me in You” con “24/25”, aunque en general costó encajar a estos Simon & Garfunkel de nuevo cuño a unas horas que ya pedían algo más animado. (Richi)
FOREST SWORDS
No supieron estar a la altura de la hipnosis explosiva que recrean en disco. En formación de dúo, electrónica y guitarra, tiraron por la parte más ambient y claro, quedó un poco sosa con luz de día y sin ningún tipo de visuales. También el sonido podría haber sido más potente para paliar esa languidez chill de la tarde. (Raúl)
BEACH HOUSE
La vuelta de Beach House a Primavera Sound dos años después presentando un disco tan unánimamente alabado como “Bloom” prometía ser una de las actuaciones estrellas del festival y, en concreto, una de las imperdibles del Sábado. Situados esta vez en el ya segundo escenario en importancia del festival, el Mini, la pareja de Baltimore, acompañados de batería, salieron a escena ante su elegante y minimalista puesta en escena a base de barras blancas horizontales, luces y ventiladores, colocados junto a los instrumentos lejos de la primera línea; haciendo así el grupo gala del carácter huraño y desdeñoso de la fama que merecen.
Con apenas un saludo, abrieron con “Wild” ante un escenario en penumbras y cubierto de neblina, más pluses que añadirían misterio. Alec se sentó sobre el ampli, pasando de la guitarra al ordenador; mientras que a Victoria la vimos poco, la más oculta de los tres al pie de su céntrico teclado salvo por algún rayo ocasional, pero aún así se bastó para ser la clara maestra de ceremonias, gracias a sus dulces, a veces violentos, gestos y su privilegiada voz.
Sonó un repertorio basado ampliamente en su reciente cuarto álbum, aunque incluyendo muy celebradas incursiones en “Teen Dream”, como “Norway”, “Silver Soul” o “Zebra”. Pero el público era fiel y ya se sabía a la perfección clásicos inmediatos como “Lazuli” o “Myth”, a la vez que permanecía a arrebatado ante la irreal belleza de canciones como “The Hours”, “New Year” o la progresiva “Irene”, con la que dieron fin a una hora justa de actuación, de sonido impecable, (salvo por alguna guitarra algo imperceptible), y emoción a raudales. (Yuri)
REAL ESTATE
Algunos, pensando que lo de Beach House se iba a poner imposible, optamos por otro concierto “bonito” a esa misma hora. Real Estate es la simpleza personificada y jugar a lo seguro. Sabíamos que no nos iban a fallar y aunque preferimos sus primeras canciones, la mezcla de pequeños hits como “Beach Comber” y “Fake Blues” con “It’s Real” o “Easy” nos dejan una sucesión de canciones y estados de ánimo apacibles que nos hacen quererles ver una y otra vez en directo. Tacharles de entrañables es un cliché, pero tenemos que seguir haciéndolo. (Raúl)
OFF!
Uno de los nombres más esperados para el sector más guitarrero del festival se iba a consumir en apenas media hora de repertorio. Hablamos de los californianos de OFF!, que son adorados por muchos pero castigados por los más trues. Y eso que estamos hablando de un concierto redondísimo por parte de la banda, sobre todo gracias a que Keith Morris estuvo mucho menos charlatán que de costumbre, centrándose en cantar y en hablar apenas un poco del accidente del día de antes de Matt Pike (ahí nos enteramos que padeció un aneurisma, justo como su colega Jeffrey Lee Pierce, al que le dedicó su tema de igual título) y de las típicas bromas californianas.
Dimitri Coats estuvo verdaderamente sensacional y trepidante, como Mario y Steve en la sección rítmica, aunque la gran virtud del directo de Off! estuvo en que se centraron en sus muy superiores EP’s en lugar de su reciente y algo más irregular LP. Temas como “I Don’t Belong”, “Panic Attack”, “Wipe out”, «Now I’m Pissed», «Rat Trap» o «Poison City» se fueron sucediendo sin demasiado descanso ante un pogo mucho más maduro y disfrutable que el vivido en otros conciertos del festival. Perfectos en su papel, al que no le gustase es porque no le gustan OFF! (Richi)
SAINT ETIENNE
No, Saint Etienne no eran sustitutos a la altura de Björk, al menos en cuanto al poder de convocatoria que pudiesen tener en comparación. El pop ultra kitsch de Sarah Cracknell y los suyos, de carácter clásico en esencia, nunca ha podido compararse en popularidad al riesgo (o idas de olla, según se mire), que ha corrido siempre la islandesa, aún en sus peores momentos. Así las cosas, no nos extrañó que no hubiera demasiada gente viéndolos, para lo que es un slot a las 23.00 en el escenario San Miguel.
Una pena, porque el trío inglés, acompañado de voz femenina auxiliar y guitarra, dieron un concierto impoluto de pop bailable; de repertorio sabiamente repartido entre hits de toda su carrera y varios temas de su nuevo álbum, el notable “Words and Music by Saint Etienne”. Así, “Tonight” o “I’ve Got Your Music”, futuros clásicos, sonaron cómodamente entre hits de los noventa como “Mario’s Cafe” o “You’re in a Bad Way”; interpretados por una engalanada Sarah, que sigue siendo una de las mejores frontwoman de la actualidad, frente a una pantalla donde se proyectaron videoclips de toda su carrera. Y encima terminaron con “He’s on the Phone”, ¿qué más se les puede pedir? (Yuri)
CHROMATICS
Si hubo un grupo que se aprovechó de la baja de Björk esos fueron Chromatics, que cosecharon un buen llenazo para cuando un servidor se acercó a continuación del concierto de OFF!. Las texturas electrónicas que aparecían entre la multitud de humo contentaron mucho al público más curioso, encumbrando su paso por Primavera Sound como uno de los más celebrados y aplaudidos de cuantos pasaron por el escenario Pitchfork. (Richi)
SHELLAC
El trío volvió a triunfar como era totalmente predecible. Shellac están muy vistos para la mayoría de fieles del festival (o no, porque los solapes obran lo imposible) y esta vez pudimos ver su parte final al término de Off!. Su espectáculo, al margen de que se tocaron algún tema nuevo no varía mucho; ahí tuvimos esa prolongadísima “The End of Radio” con las improvisaciones en el texto de Albini o ese final desmontando la batería de Trainer. Pero siguen desbordando el ATP y hay que rendirse a la evidencia de su total conexión con el público del festival. (Raúl)
THE WEEKND
El primer concierto de Abel Tesfaye en Europa había llegado gracias a Primavera Sound y a Pitchfork, con las dudas que había dejado su paso por festivales americanos como Coachella. Aquí jugó en casa ante un público británico que llenó las primeras filas del escenario, aunque el hecho de coincidir con Godflesh no dejó lugar al público patrio a pasarse a ver que tal. El concierto de The Weeknd llegó tal cual estábamos avisados, con poco flow y electrónica y con mucho rock, justo como hacen casi todos los artistas de RnB y hip hop norteamericanos. (Richi)
A decir verdad la propuesta era muy buena, ya que se hizo acompañar de buenísimos músicos y su actitud de lado a lado del escenario fue muy gratificante, aunque es inevitable pensar que el directo pierde ese lado sexy que tanto ha convencido. Además se notó un Abel algo falto de tablas, que queramos o no estamos ante uno de sus primeros conciertos en la historia, pero a pesar de todo es inevitable disfrutar de hits tan redondos como “High For This” (que se cortó a la mitad por problemas eléctricos) o “The Knowing”, aunque la inclusión de “Wicked Games” en acústico y pérdidas como “The Party and the After Party” nublaron mucho su repertorio. Se está haciendo tan grande en EEUU que probablemente nos cueste volverlo a ver en España. (Richi)
GODFLESH
Volumen les faltó a Justin K. Broadrick y G. C. Green para invocar al apocalipsis con toda la contundencia que esperábamos. Un setlist enfocado a sus primeros tiempos, con mucho “Streetcleaner” y “Pure”, discos que definirían un sinfín de formaciones agresivas con ganas de experimentar con el ruido y las máquinas y una disposición en el escenario muy constante. Ellos dos a ambos lados y detrás una pantalla con proyecciones que iban desde el fuego y la destrucción a Buñuel evidenciando esa coartada artística que, a pesar del continuo headbanging al que nos sometió su recital, marca a la banda y justifica su presencia en el escenario ATP. Dos curiosidades del concierto. La primera, el pogo indigno de la música y revoluciones de la banda que se generó; La segunda, que se siga criticando a una banda con baterías programadas mientras casi nadie pone pegas a cualquier artista de electrónica armado tan sólo con un portátil. (Raúl)
YO LA TENGO
A algunos les pareció descafeinado, a otros que el sonido era demasiado flojo, o incluso que el setlist era más convencional que en otras ocasiones; pero a mi parecer, Ira Kaplan y los suyos lo que ofrecieron fue un buen concierto de festival, diría que hasta ‘íntimo’, a pesar de lo abarrotado de la explanada del Mini. Es de agradecer que tocaran varios clásicos de toda su carrera, sobre todo para una banda qué nunca sabes a ciencia cierta qué va interpretar, como “From a Motel 6”, “Mr. Tough” o “Autumn Sweater»; junto a temas de su aún último álbum, “Popular Songs”, como “Here to Fall” o “Nothing to Hide”. Volvieron a decir que Primavera Sound era el mejor festival del mundo y Kaplan tuvo un recuerdo para sus compañeros de la actuación de Big Star’s Third el día anterior. Por algo será que son unos de los habituales del certamen. (Yuri)
THE POP GROUP
Mark Stewart y sus The Pop Group eran los encargados de agitar el ATP ya en horas de electrónica. Y bien que lo hicieron, su post-punk sonó contundente y festivo, con mucho de punk y dentro de su mezcla experimental, dando más bien rienda a cierta vena hooligan, demostrando que la madurez en el rock está sobrevalorada. Un concierto muy apto para quienes como yo ni siquiera se tienen la lección aprendida. (Raúl)
WASHED OUT
Les dimos la espalda a Justice, que atronaban a esa hora por todo el recinto del Fórum, para ver el directo de una de las grandes promesas electrónicas de la cosecha 2011: Washed Out presentando su debut “Within and Without”. A pesar de los temibles solapes de sonido con los franceses y, poco después, con un Jamie xx situado en el vecino Vice, al acercarnos lo suficiente pudimos disfrutar sin problema de temas tan envolventes de chillwave de última hornada como “Before”, “You and I” o la deliciosa “Eyes Be Closed”. Una pena que se olvidaran de su mejor canción, “Amor Fati”, pero aún así concierto redondo. (Yuri)
LFO
Lecciones de techno audiovisual fueron las que ofreció Mark Bell en un apartado Mini. No es tontería porque, coincidiendo con unos cabezas de electrónica como son Justice y otras sensaciones como Jamie XX, lo tenía difícil. Ni los más fiesteros ni los más modernos prometían acercarse, por tanto. Efectivamente, desolador era el aspecto del escenario según accedíamos, a la hora de comienzo y la cosa arrancó con las letras del proyecto en grande. Poco a poco la peregrinación fue dando ambiente, no demasiado, pero poco importó a la luz, nunca mejor dicho, de lo que allí vivimos. La gran pantalla tras el DJ se llenó de formas geométricas en constante cambio y contrastes dignos de epilepsia, siempre al ritmo de esa música de baile inteligente, pionera en los 90 y uno de los estandartes del prestigioso sello Warp. Sin tregua ni pausa, firmó el concierto de electrónica de culto de esta edición. (Raúl)
NEON INDIAN
Poco pudimos ver del concierto de Neon Indian. A pesar de las buenas intenciones y todos los intentos de Alan Palomo y los suyos, los temas de “Psychic Chasms” y “Era Extraña” no consiguieron cuajar en cuanto a atmósfera y ambiente como sí sucedió con los de sus colegas Washed Out un rato antes. Aunque, para ser justos, quizá la culpa la tuviese la enorme cantidad de gente que abarrotaba el Ray-Ban, más bien por inercia y cercanía que por verdadero interés, tras terminar Justice. (Yuri)
SCUBA
Finalizamos con un Scuba encumbrado como uno de los DJs más potentes de la actualidad, cabeza de ese dubstep que no se conforma con los clichés del género. Cumplió sin aspavientos y sin caer en la fiesta fácil, con su papel cerrando la cuidada selección electrónica de otra gran edición de Primavera Sound, festival que una vez más se ha ganado nuestros parabienes. Hasta el año que viene, si nada lo impide. (Raúl)