Que detrás de Ticket To Ride Promotions hay gente que va habitualmente a conciertos se nota y se agradece en factores como la selección de salas, el buen gusto de artistas y en lo bien que están funcionando por su conocimiento del entorno madrileño. Por eso extraña tanto que fuesen ellos los que cometieran el error de meter tres bandas en una sala de apertura variable como es nuestra querida Wurlitzer Ballroom, sobre todo contando con dos bandas de fuera en ella.
Porque no tenemos nada en contra de Ulises Lima, aparte de que tocaron a un volumen excesivamente alto, pero nos dio mucha pena ver un concierto más extenso de ellos y no de La Célula Durmiente. Quizás pueda parecer que vienen de Washington DC y de hace 20 años con ese sonido de herencia directa de Jawbreaker, Jets To Brazil o Fugazi, pero en realidad son unos chavales de Madrid que no esconden estas influencias brillantes. Cuando haces las cosas bien no tienes porque sonrojarte ante ello, que por algún sitio hay que empezar a crear un sonido propio. Habrá que seguirlos la pista, que no hay muchos grupos así en Madrid.
Los guixolenses Bullitt si que tuvieron la suerte de tirar de su repertorio casi completo, o al menos suficiente para apreciar sus buenas maneras. Es cierto que su sonido no terminó de ajustarse a la peculiar acústica oscura y cavernosa de Wurlitzer Ballroom, al menos hasta que ellos y su música entraron en calor. A priori parecía que su propuesta no era la preferida del público, pero creo que podemos decir que a golpe de temazos como «Don’t Ever Fail», «Downtown» o «The Meaning of The Sound« conquistaron a todos de manera muy fácil. Los nuevos temas han dotado al grupo de una variedad musical enorme, y con respecto a su previa visita a Madrid, los hemos notado mucho más comodos encima del escenario. Siempre bienvenidos grupos así.
Para cerrar, La Célula Durmiente contaron con apenas una media hora de concierto. Mal asunto comentar nada cuando ya tienes unos pocos discos a tus espaldas y cuando tocas tantos y tantos palos como hacen los de Colomo. Al final todo quedó reducido a unas cuantas nuevas y un par de temas en inglés, del que tenemos que destacar «Triste Condición», una «Carnaval» pasado por el filtro del heavy metal más ochentero y sobre todo la trepidante «Línea Curva». Joan e Inés forman una pareja sensacional en escena, con bromas constantes y con una versatilidad y buen rollo que se contagia a todo el respetable, mientras que su nuevo batería da al sonido del grupo un aire totalmente punk y veloz (para bien y para mal). La célula no miente…
Una buena noche, a pesar del interruptus final de los chicos de La Célula Durmiente. Al menos sacamos en claro que queremos más de los tres grupos.