Noche emo en el Gazte Lokala de Deusto. Buena Esperanza recalaban aquí dentro de su minigira vasca de fin de semana, dos conciertos en Donostia y dos en Bilbao, si contamos las presentaciones del disco en las respectivas FNACs. El trío, cuarteto en directo, venía presentando los temas de su esperado largo «Pacifica», que registra un sonido más limpio frente a su EP previo.
El punto negro fue claramente la voz, los vaivenes del micrófono hicieron prácticamente inteligibles las voces, cuando no inaudibles. Es una pena porque sus letras bien merecen atención, pese a que con la intensidad de su post-hardcore melódico, con esos riffs que suenan a agradable ejercicio de estilo y su ágil pulso rítmico les valió para ofrecer un concierto vibrante que se hizo corto. Se enfocaron obviamente al disco aunque rescataron para el final la grave «Minuto Uno» (el cuerpo pedía que se tocaran el EP del tirón, la verdad) antes de cerrar con uno de sus temas con más gancho, «La Diagonal».
Cerrarían la noche los locales Larry Bird, banda con dos miembros de Señores (cantante y batería) a bordo y con un sonido inevitablemente similar. Ambas rezuman 90s, si bien los baloncestistas hacen uso de un euskera que le va bastante bien a la faceta que explotan, la del pop guitarrero triste y emocional con algún tema que destaca como los juegos instrumentales de «Erosiko ditut bi» . Esta vez sí que escuchamos las voces y, al igual que con sus compañeros de Madrid, aumentó en directo la agresión y la intensidad sobre lo escuchado en disco. Dejaron parecidas buenas sensaciones en una buena noche de rock alternativo con claros aires de tiempos pasados.