En los últimos meses me sorprendo pensando que la escena vasca, tras haber sido indudablemente prolífica en el pasado, se encuentra hoy lejos del nivel que viven algunas otras escenas periféricas. El caso es que al final, llego a la conclusión de que las escenas, o más bien su proyección hacia el exterior, se crean yendo a conciertos y hablando de las bandas. Porque bandas buenas no faltan.