Se habla mainstream (Pxxr Gvng vs. Miley Cyrus)

Miley Cyrus y Pxxr Gvng, dos fenómenos que igual no te interesan una mierda pero de los que no dejas de oir hablar. Analizo sus discos para que no te los tengas que escuchar. O sí, tú verás.

Se habla mainstream (Pxxr Gvng vs. Miley Cyrus) -

Hoy voy a hablar de dos acontecimientos musicales que por lo que sea, están salpicando los terrenos de la música underground. Se trata de dos discos enarbolados por fenómenos de la tambaleante cultura pop actual. Dos de esos discos sobre los que opinar, los hayas escuchado o no. En realidad sospecho que la mayoría que opina lo hace más bien desde la ignorancia. Yo me he sacrificado escuchándolos enteros y te ofrezco mi opinión. Ya te adelanto que no puedo decir que ninguno sea una rotunda mierda. Estoy seguro, de hecho, que en el mismo universo «indie» podemos encontrar mediocridades más sonrojantes.

PXXR GVNG – Los Pobres

«Qué buenas las bases de Steve Lean», dice el cuñadismo típico de quien no entiende o no le hace gracia lo de Pxxr Gvng pero tiene que reconocerles algo, en base a su éxito. Pues en este caso, lo suscribo. Los sonidos, excesivos, repetitivos, lustrosos y oscuros que recorren los cortes de «Los Pobres» son cuando menos interesantes y logran hacer amenas letras a menudo intrascendentes y registros aburridos (no olvidemos que el propio Lean le mete auto-tune a todo, quizá por gusto, quizá por camuflar las carencias vocales de sus compañeros).

Por lo demás, podemos ver «Los Pobres» desde varios prismas. Uno podría ser el del fenómeno Youtube que le vende un disco a Sony bastante regulero. Ellos pillan la pasta, Sony pilla la suya y el cuarteto sigue con su ritmo frenético lanzando tracks a su bola. Sony pringaos. Podría ser, no me digáis que no. Otra posibilidad es que el olfato que la banda ha demostrado tener para el marketing no haya funcionado a la hora de articular un disco medianamente divertido. Que temas que ya demostraron funcionar bien como «Ex-drugdealer», «Tu coño es mi droga» o el reciente single «Como el Agua» sean insertados en un disco con mucho relleno y un resultado tan plano, es un error fatal.

Para qué nos vamos a engañar, Pxxr Gvng me parecieron aberrantes en un principio. Estaba empezando a cogerles un poco el chiste como fenómeno, como hito socio-musical. Y ahora van y traicionan su modus operandi editando un CD y encima así de intrascendente. Algo quedará del naufragio, pero en esta época de modas a la velocidad del Twitter, da la sensación de que los minutos de gloria de Pxxr Gvng se están pasado.

MILEY CYRUS and her Dead Petz

A la pobre Miley Cyrus le están dando palos a base de bien con este disco, sobre todo entre la prensa gafapastosa de su país. Y es que parece que es cool mezclar lo indie y lo mainstream en tu iPod, pero que artistas de estos universos hagan piña no es nada molón. Es como si se estuvieran riendo en tu cara de hipster atontado.

Pues vamos a ver, hablamos de un disco que es lo más interesante que Miley Cyrus ha hecho hasta el momento. Esto no quiere decir que sea el colmo del riesgo ni mucho menos una genialidad. Entraría más bien en la categoría de disco mediocre o divertimento de los Flaming Lips, que son ellos muy de hacer el mongolo. Porque sí, Wayne Coyne es el absoluto maestro de orquesta de esta salida de tono de la traviesa Miley.

Pero claro, esta alianza lisérgica nos viene en un disco de 23 temas y 90 minutos. Escucharlo del tirón es una experiencia agotadora, a ratos insufrible, porque su pop ácido downtempo no ofrece grandes variaciones. Apenas ciertos dejes de hip-hop animan el cotarro. Sólo en pequeñas dosis resulta bastante agradable. Vamos, que es un disco que necesita una entrega total a dejarse llevar. Seguramente por eso, por estar tan poco pensado el disco como producto, su discográfica ha sudado de editarlo y han tenido que lanzarlo por Internet. Yo diría que hoy en día hasta un zurullo con el nombre de Miley Cyrus se vendería bastante bien, pero ellos verán. En cualquier caso, repito, esto es bastante mejor que la música a la que la diva nos tiene acostumbrados, aunque en Pitchfork esté mal decirlo.

 

Venga, circulen, de vuelta a escuchar lo nuevo de Ought, aquí no ha pasado nada.

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