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Wolf Parade – At Mount Zoomer

Wolf Parade - At Mount Zoomer portada
Sub Pop, 2008
Productor: Arlen Thompson
Banda: Dan Boeckner, Spencer Krug, Hadji Bakara, Dante DeCaro, Arlen Thompson

Géneros: , , ,

8.9

Ajeno como es uno a la mayoría del a veces soso, a veces efectista, pero casi siempre reciclado indie moderno, le sorprende encontrarse de repente con grupos que incluso insertados en un descarado revival, tienen mucha miga. Hablo de lo que pasó hace unos años con bandas como Arcade Fire, Clap Your Hands Say Yeah o los que nos ocupan. Cada grupo es un mundo y para sobrevivir está claro que hay que desarrollar una personalidad propia. Estamos en 2008 y no cabe duda de que Wolf Parade lo han conseguido.

Y es que escuchar At Mount Zoomer, no una vez sino cinco o diez (imprescindibles por otro lado para sentir su impacto) y acordarse después de su éxito «Modern World» obliga a esbozar una sonrisa. Aquella sigue siendo una canción memorable, pero se pierde entre la pretenciosa obra bañada en guitarras y teclados progresivos, miel psicodélica y melodías frenéticas que es su segundo disco.

Aún rindiéndonos a la evidencia de antiguos pelotazos intachables «Fancy Claps», «Shine a Light», se confirma; Wolf Parade se salen en las distancias largas. Y esto es algo que se palpa en los 3 puntales del disco, muy bien distribuidos. La más normal e inteligente comienzo, «Soldier’s Grin» abre el disco con la urgencia melódica de teclados y guitarras, con brillos de sintetizadores, épica progresiva, golpes de ritmo medidos al milímetro y demostrando una gran sabiduría bajando y subiendo la intensidad.
Una orgía sonora que será repetida con oscuridad y referencias a los sesenta en «California Dreamer», el drama que por momentos es carnaval y en todo momento, obsesión. Wolf Parade nos van dejando pistas que cada cual interpreta a su manera y en mi diccionario dicen: «no somos un grupo de indie plano tipo Strokes». Desde luego que no y lo mejor es que hasta se libran de comparaciones con Modest Mouse o Arcade Fire, que ya serían un halago para muchos.

La tercera pata de este banco es «Kissing the Beehive», donde hay menos pirotecnia de teclados y referencias más cristalinas a la psicodelia clásica en principio que se convierten en desbordante épica y una prolongación instrumental que deriva en uno de los finales de disco más memorables de los últimos tiempos. Porque el sonido de Wolf Parade podría ser el del rock del futuro, donde Beach Boys, Television, Bowie, Yes y Talking Heads se encuentran.

Los asustados por los largos minutajes, tienen aliados como la agradable «Bang Your Drum» o la inmediata, «The Grey States», porque el cuarteto también sabe mantenerlo simple. Todos ellas canciones donde la, digamos, peculiar voz de Dan Boeckner funciona sorprendentemente sin que lleguemos a odiarla, algo que desafía mi capacidad de raciocinio. Como dicen los guiris, un «absolute grower».

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1 de enero de 2008