Por ahora poco malo podemos decir de la que es, una de las 10 bandas de rock más grandes que nacieran en los 90. Sabemos que bajo las crípticas iniciales NIN se esconde un sólo genio, Trent Reznor. El mismo que firmase obras cumbres del rock industrial como los aclamados Pretty Hate Machine y The Downward Spiral. Más recientemente, sorprendió especialmente a la crítica con un disco regenerativo en el que exorcizaba sus demonios dando forma a un doble álbum conceptual que muchos calificaron de ópera industrial. Comenzaba a primar el ambiente, los ritmos inquietantes sobre la fiereza. Para algunos de sus fans más heavies eso supuso probablemente el fin de NIN, pero que duda cabe que el resto de amantes del rock y de la música en general se lo agradecimos. Fue rotundamente escogido por varias publicaciones como disco del año e incluso como una de las obras capitales del rock de los últimos tiempos. Todo esto se vio ratificado con su multitudinaria gira mundial que, de nuevo encandiló a la crítica especializada musical, mientras continuaba el rechazo de los medios de comunicación convencionales por lo transgresor de su propuesta. Y es que, como muchos otros artistas Reznor ha sido clasificado en ocasiones bajo ideologías y actitudes totalmente ajenas a su música.
Es precisamente un trozo de esta gira lo que tenemos entre manos. Un directo exhaustivamente cuidado al mínimo detalle, cortesía del enfermizo perfeccionismo de Trent. Cuenta con una edición en DVD que incluye un diferente tracklist. En cuanto a la edición en CD doble, un primer disco (LIVE) se centra en su directo repleto de temas emblemáticos, principalmente temas extraídos de su Fragile, como The Frail, The Wretched, The Great Bellow, Starfuckers Inc.,The mark has been made o The day the world went away. De entre estos cortes, el que más se sale de la tónica es Starfuckers, tema implícitamente dedicado a Marilyn Manson cuando su amistad no se encontraba en el mejor momento. La (relativa) calma de los temas de este anterior disco, contrasta a la perfección con sus clásicos hits como Terrible Lie, Sin, March of the Pigs, Gave Up, Wish, Suck, Closer o Head Like a Hole de su época más Ministry. Todo queda perfectamente cohesionado en otra gran obra a sumar al magnífico currículum de NIN.
Por si te parece poco, el segundo CD (STILL) se compone de 9 cortes que muestran casi a la faceta más ambiental y sosegada de Reznor aunque igualmente escalofriante y bella. Aquí hay un instrumento que prima: el piano (u órgano, pero muy limpio) y podemos encontrar como temas conocidos The Fragile y The Day the world went away (esta hace doblete). Especialmente destaca The Becoming por salirse con sus ritmos del tono del disco y la que da título al disco, And all that could have been, tema que perfectamente podría haber encajado en su entrega previa. Tras este corte nos espera un cierre totalmente instrumental a través de los temas The Persistence of Loss y Leaving Hope. Resumiendo, este segundo disco se revela perfecto para llevarnos a un viaje emocional experimentando así los diferentes estados que hay en el tránsito entre la paz y la tortura.
Lo que cabe preguntarse ante un disco en directo es si merece la pena teniendo su anterior discografía. La respuesta, en este caso es rotundamente sí por varias razones como la elección de los temas, la exquisita producción, o el hecho de poder comprobar que verdaderamente incluso en un género tan supuestamente frío como la música industrial, se puede conseguir que las canciones suenen mejor en directo. Si estas razones no te sirven, el material inédito del segundo CD también merece la pena.