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Drug Church – Hygiene

portada de drug church hygiene
Pure Noise, 2022
Banda: Patrick Kindlon, Nick Cogan, Cory Galusha, Chris Villeneuve, Pat Wynne

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7.9

Los sonidos de los 90 no parecen dar muestras de agotamiento a la hora de seducir a nuevas bandas. O quizá no tan nuevas cuando hablamos de Drug Church. La formación de Albany ya cuenta con 3 discos en su haber (este es el cuarto) y 5 EPs. Tampoco son recién llegados, en los circuitos hardcore es conocida por ser la banda paralela de Patrick Klindon, frontman de Self Defense Family. En este sentido, la formación ya nació con la clara vocación de mezclar esos sonidos agresivos con las melodías del indie.

Eso sí, la senda hacia la melodía parece haberse ido ensanchando sin control y el propio Klindon reconoce que sus limitaciones vocales llegan a donde llegan. El vocalista traza incluso similitudes con Fucked Up, a quienes recuerdan aquí en temas como el punk-rock a trompicones de «Plucked», «World Impact» o incluso la más abiertamente hardcore «Piss & Quiet», excepción dentro de la tónica general de un disco que se zambulle de lleno en el rock alternativo. Sin embargo es notorio como, a diferencia de aquellos Klindon sabe (o al menos ha tenido voluntad por) cantar, como es palpable si escuchamos sus primeros temas y los ponemos al lado de este disco.

No solo eso, sino que esas mismas limitaciones, esa garganta al borde de la asfixia, son parte del atractivo de una propuesta que, por lo demás, se revuelca en sonidos familiares. Un buen ejercicio para medir su revivalismo es echar un ojo en Google a la galería de camisetas de Samiam, Soundgarden, Pixies, Seaweed, Melvins, The Wedding Present, TAD y un largo etcétera que los diferentes miembros aparecen portando en sus fotos. Llevar las influencias tan a flor de piel es no solo un ejercicio de sinceridad sino algo que pueden hacer tranquilamente, ya que su fórmula de voz agrestre, guitarras ponzoñosas y estribillos melódicos, no por sencilla deja de ser personal. Y es que el sonido de Drug Church evoca desde los primeros tiempos de SST hasta el emo noventero pasando por el grunge.

Si bien es cierto que este «Hygiene» no supone un salto de calidad tras ese magnífico largo que fue «Cheer» en el que bordaron la fórmula de hits de rock alternativo con un plus de agresión. Quizá apenas llegue a colmar las expectativas de «Tawny», EP que nos llegó el pasado año. Sin embargo, es precisamente en este afán prolífico de la banda en el que tenemos que buscar el consuelo. Como buenos herederos de filosofías como el grunge, el hardcore o el indie-rock, Drug Church no buscan la perfección, sino ese equilibrio entre las melodías más grandes que la vida y la incomodidad de contar las miserias de esta, pues las letras de Klindon hablan de encontrarse a uno mismo en un mundo idiota y en definitiva, de sobrevivir.

Si en algo podemos decir que avanza la banda es a coquetear con los estribillos dignos de arena-rock, algo que desde el underground ya han hecho no hace tanta bandas como Torche. Esto ocurre especialmente en la primera parte y arranca con el cruce de Pixies y Black Flag que es «Fun’s Over» y su estribillo de puño en alto. La cosa va más arriba aún con el punk de estadios de «Super Saturated» y alcanza quizá su momento más MTV con el infeccioso riff de «Million Miles of Fun».

Encontramos temas momentaneamente más limpios y cercanos a esa banda un poco gemela que son Fiddlehead, como la brillante «Detective Lieutunant» y sus guitarras jangle. Un tema que además aborda el peliagudo asunto de la cultura de la cancelación retroactiva, es decir, de no renunciar a algo que te gusta solo porque su creador resulte una decepción. Todo el disco explora similares miradas agridulces a la realidad que nos envuelve y aliena: la sobreexposición a noticias, el cultivar las pasiones propias o dejarse llevar, las relaciones tóxicas o la falta de autoestima, entre otras.

Sin ninguna ruptura, la segunda mitad del disco toma aires más grunge, especialmente con guitarras muy Nirvana en «Premium Offer», adornada con agradecidos coros femeninos y en «Tiresome», que termina en un efectista efecto de ahogo y un fade out del riff cabalgante. Esta última incluye una referencia a la joya del punk noventero ingles que es «Mush», de Leatherface. Más namedropping. Y finaliza por todo lo alto con «Athlete on the Beach» de fuertes ecos a Hot Water Music y con un final de riffs épicos e insistentes en una catarsis final mientras Klindon se desgañita diciéndonos que está viviendo entre márgenes cada vez más estrechos. Quizá sea también un doble sentido con los parámetros tan marcados del sonido de la banda, pero sin duda, «Hygiene» vuelve a sacar buenas chispas de la citada fórmula.

Rápido, agresivo y emocional al más puro estilo post-hardcore, pero rock alternativo al fin y al cabo. Si a estas alturas sigues disfrutando como un enano de Jawbreaker, Pixies y Hot Water Music y te subiste al carro de Fucked Up o Title Fight, Drug Church serán tu nuevo culto.

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26 de marzo de 2022