/Crónicas///

Triángulo de Amor Bizarro – Sevilla (05/11/2012)

Rodrigo Caamaño, Isabel Cea, Rafael Mallo, Zipo
8.5
Malandar, medio aforo

No nos cansamos de ver a Triángulo de Amor Bizarro. Aunque haga ya más de dos años que salió el maravilloso “Año Santo” y aún nos queden varios meses para poder escuchar su tercer disco (¿el álbum nacional más esperado del año que viene?), los gallegos no han dejado de girar por nuestra geografía y, por tanto, cualquier parada suya es una ocasión para presenciar lo que es un una de las mejores experiencias en directo de la actualidad.

Volvían a Sevilla año y poco después de su última visita en Nocturama 2011 con motivo del ciclo de conciertos del Festival de Cine de Sevilla, que la organización de José Luis Cienfuegos ha tenido a bien añadir al certamen como quizá máxima novedad; decisión siempre bienvenida ya que comprende también otros nombres la mar de interesantes como Betunizer o Lorena Álvarez. El punto negativo es la hora de programación: doce y media de la madrugada, que se convierten fácilmente en la una, mientras se espera a que terminan las proyecciones y el público se anima a ir de concierto.

Así las cosas, un lluvioso lunes de madrugada, ante medio aforo, subieron al escenario de Malandar, donde ya estuvieron hace más de año y medio, para ponerse a probar sonido. Al poco, comenzó a atronar su habitual arranque, “Mal como efecto de mala voluntad”. Con “La malicia de las especies protegidas” comenzamos a darnos cuenta de que, si bien los decibelios siguen al máximo, los teclados están cobrando cada vez mayor protagonismo en el Triángulo. No sólo en canciones antiguas que siguen evolucionando tras la incorporación del nuevo teclista, sino en temas nuevos como el primero que entonó Isa, muy en la línea de sus aportaciones más pop del pasado

Con la carismática bajista al frente, no tardaron en caer seguidas “Estrella azul de España” y “Super Castlevania IV”, dos de sus mayores himnos melódicos y de los más celebrados por la audiencia. Con ya un tercio del set cumplido, no pudimos menos que volver a caer ante la evidencia de solidez del cuarteto en directo, fruto de una gran profesionalidad y entendimiento entre sus miembros: Rodrigo siempre atento a su guitarra y pedales y dejándose llevar por los drones a la mínima de cambio; Zipo intercalando las seis cuerdas con sus investigaciones sintéticas cada vez más kraut; Isa como irremplazable frontwoman pero con un dominio del bajo cada vez mejor; y qué decir de esa bestia parda a la batería que es Rafael, que aporta toda la contundencia necesaria.

Pero aún faltaría por llegar la gran sorpresa de la noche, un tema nuevo de corte eminentemente electrónico vía Suicide que cayó en el noise hacia el final. De hecho, juraría que éste y otro de última hornada, y el ya conocido como ‘no quiero esperar’, cuya tormenta sónica final dejó a todo el mundo epatado, fueron de los que mejor sonaron de toda la noche.

La traca final fue, evidentemente, de órdago: “De la monarquía a la criptocracia”, “El fantasma de la transición”, “El himno de la bala”, “Isa vs El Partido humanista”, “Amigos del género humano”… clásicos todos de nuestro más reciente indie. La última canción, ya como bis y dedicada a Ana Botella, “¿Quiénes son los curanderos?”, fue presentada adecuadamente como ‘hija de puta’. No podíamos esperar menos de ellos. Gigantes.

 

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5 de noviembre de 2012