Iba por la mañana camino de la plaza del Trigo de Aranda de Duero para ver a la dupla de colegas que son Francisco Nixon y The New Raemon, como ya hicieran en la sala el Sol de Madrid, cuando me tope con la música de raíz cubana de Juan Paulo (o eso decía el programa) en un autobús de dos pisos que la marca Red Bull había instalado en otra de las plazas. Es increíble como la oferta de Sonorama sigue creciendo. Continuando hacia el escenario matutino frente a una de las bodegas arandinas nos topamos con una multitud escandalosamente grande para ver los conciertos. Bien, claro, pero algo incomodo.
| UN APRERITIVO CON KARAOKE INCLUÍDO |
Francisco Nixon fue el primero y coincidió en algo con su colega Ramon Rodriguez (aka The New Raemon): aquello fue un karaoke en toda regla. Con unas letras como las que tiene deberíamos decir que claramente es un premio muy claro a su música, ver como la gente sigue sus letras y las corea. Entre «Inditex», «Erasmus Borrachas» y todo el haren de hits pegadizos y resultones se pasaron rapidamente los cuarenta y pocos minutos de set. Podemos decir que en este caso, la duracion fue la justa.
Para The New Raemon, no nos gusto demasiado solo poder ver dos o tres visitas a «A Proposito de Garfunkel», sobre todo cuando hubo algunas mas a sus recientes trabajos. No me cansare de contar como crece y crece un tema tan redondo como «Tu, Garfunkel» que fue coreada como poquísimas canciones fueron coreadas en el festival, y como temas como «Mano Izquierda» de Nueva Vulcano y «La Dimensión Desconocida» con Miguel Rivera de Maga funcionan tanto como propias como «La Cafetera» o «Estupendamente». La banda, sin los Rickys de Standstill, suena ya muy pulida asi que no hay que preocuparse nunca mas. El nuevo disco esta a la vuelta de la esquina, aunque antes ya tiene en el horno la recopilacion «Epés Reunidos». Estupendamente.
Klaus and Kinski nos empacharon mucho a esas horas, aunque la gente parecia encantada. Hora de comer, que esa es otra de las virtudes mas especiales del festival, claro. Nos volvemos a ver de conciertos ya por la tarde.
| LA DECEPCIÓN NEOYORQUINA |
Napoleon Solo fueron los primeros en el escenario grande, pero nosotros no pudimos llegar hasta Zenttric, con tanto vino y morcilla previa… Los vascos no es que sean precisamente iconos de la vanguardia musical actual, pero parece que a todo el sector juvenil del festival le pareció algo así como el mejor grupo de todo el festival, y creerme no lo fueron.
L.A. sin embargo volvieron a parecerme un grupo que a pesar de coquetear con muchos nombres (se me ocurren desde Counting Crows a Wilco pasando por Tom Petty o Eddie Vedder) saben contentar muy bien a todos los sectores. La versión de Chris Isaak no les quedó demasiado bien, pero si es cierto que cuando se dedicaron a machacar su propio repertorio son un engranaje perfecto. La voz de su cantante es algo de lo que presumir.
Los madrileños The Right Ons tenían previsto tocar el jueves, pero tuvieron que cambiar los horarios con los chicos de Tachenko. Esto creo que les terminó viniendo peor, porque el sol estaba en el punto más molesto y eso cuando haces un estilo tan negro no gusta. Aún así, evidentemente saben lo que se hacen y cada vez suenan mejor, aunque no nos guste que cada vez suenen menos funkies y más directos. Uno de esos grupos que siempre sale a por todas.
A The Pains Of Being Pure At Heart los vimos apenas quince días antes en el Teatro Lara y no nos gustó su falta de pegada en las guitarras, su escasa duración de concierto y que no tengan sangre. En Sonorama, peor aún, ampliamente. Lo de la duración fue algo normal, dado lo que comentábamos que es ya tradición en este festival, pero sin embargo su sonido fue una especie de bola dolorosa de bajos que no nos permitió disfrutar nada sus hits. Si acaso les vimos algo más dados a moverse y a hacernos disfrutar, aparte de la habitual sonrisa y regocijo que ellos mismos muestran. Así que, sin duda alguna, la mayor decepción de todo el festival… Esperemos que esto no vaya a más.
| ADELANTE, STANDSTILL |
A Standstill con este «Adelante Bonaparte» los hemos tenido algo más olvidados. No es que su nuevo giro sea un desacierto o que directamente no nos haya calado, sino que fácilmente podríamos estar hablando de que su giro personal hacía la melancolía y el intimismo nos resulta demasiado complicado en comparación con obras maestras como «Vivalaguerra», «Standstill» o «Memories Collector»... Y aunque en este festival la jugada no encaje, también lo es «The Ionic Spell». Pero para el resto de la gente fue todo lo contrario, con un sector que cantaba las canciones cuales alocados fans mientras el grupo aún estaba en el backstage. Me encanta ver cómo finalmente han conseguido llegar lejos, aunque para ello parece que dar vueltas y vueltas. Su directo al menos es lo de siempre, afortunadamente: «Por Qué Me Llamas A Estas Horas?» sigue siendo brutal, «La Mirada de los Mil Metros» una montaña rusa de sensaciones que difícilmente podemos comparar a otras sensaciones en vivo, el jolgorio de «1, 2, 3 Sol» es algo idílicamente feliz y hasta temas algo más oscuros como «Cuando Ella Toca el Piano» del nuevo disco funcionan muy bien. Son muy buenos, y difícilmente dejarán de serlo.
Los conciertos pasaron al otro escenario, dónde el registro pasó a ser uno mucho más festivo de la mano de los suecos The Sounds. Empezaron muy fuertes con «Tony The Beat» y con Maja Ivarsson mostrando mucho. Su actitud de front woman es envidiable, aunque el concierto se nos hizo algo pesado.
Aún así lo nuestro era irnos rápidamente al escenario pequeño de la carpa a ver a nuestras queridas Charades. No fue su mejor concierto, porque esa carpa de sonido y luz infernal no estaba preparado para ello, pero dieron rienda suelta a su fenomenal cancionero tirando de power pop («En Ningún Lugar»), positivismo («Revolución solar»), sesiones de batería («Aguaceros») y mucho buen rollo. Es evidente ya que no sólo han sacado uno de los discos del año, sino que han aprendido a defenderlo como se debe en vivo.
A los que elegimos ver al grupo de BCore nos quedó poco tiempo para disfrutar del actual directo de Nudozurdo, que pide a gritos nuevo trabajo discográfico. Una vez más, nos topamos con ese directo tan freestyle que ellos mismos han gestado, y con un «Hijo de Dios» muy coreado. Se merecen todo lo que les continúa sucediendo.
| OTRO BUEN DÍA DE LOS PLANETAS, PERO MUY CORTO |
Si había un nombre que poner en letras más grandes que las del resto, ese era sin duda el de Los Planetas. Ellos son ya leyenda viva del indie local. Son digamos, las estrellas del movimiento. Los que consiguen mover gente siempre, aunque ni siquiera te haya gustado el disco nuevo. Da igual. Así se presentaron en Sonorama una vez más, con un éxito yo creo rotundo. Por muchas cosas, pero principalmente porque tienen un repertorio que si bien se olvida de su amplia mayoría de hit, está muy bien construido.
Nos gusta mucho que comiencen con la tripleta inicial del nuevo disco, que es algo incontestable, tirando de progresiones y de mucha psicodelia. Nos gusta que «Santos Que Yo Te Pinte» o «Segundo Premio» suenen así de experimentales. También que se coree como debe «Un Buen Día» y «Alegrías del Incendio«. Lo que no nos gusta es seguir sin verles en un concierto que pase de la hora, que son Los Planetas…
Con prisas hacía el escenario de la carpa vimos como aparecían en escena en el segundo escenario los chicos de Estereotypo vestidos de tenistas. Niño y Pistola no necesitaron eso y se adueñaron con su habitual encanto del público que no quería ver a Los Planetas. «Catch The Sun» es un discazo y ellos tienen un directo muy seductor, así que todo son éxitos.
El cierre en el grande con Love Of Lesbian estuvo realmente bien, aunque eso ya lo sabemos tras haberlos visto encabezando el 80% de los festivales de este verano. Aún así gusta verlos siempre disfrutar y cómo generan cada vez más y más amores. Una verdadera fiesta que no son capaces de conseguir ni Dj’s, ni bandas electrónicas ni nada: estribillos pegadizos, actitud honesta y cercana con la gente y unas ganas que siempre andan por las nubes, son las verdaderas razones.
