Muy buen ambiente para recibir al siempre querido Mike Ness, esta vez muy bien rodeado con una banda local de toda la vida (Sex Museum) y una de rock escandinavo joven (The Durango Riot).
Estos últimos fueron los encargados de abrir fuego en una semivacia sala La Riviera. De sonido no andaron mal del todo, sobre todo teniendo en cuenta que la sala no es precisamente una plaza fácil de torear. Al menos, a ellos la jugada les salió bien, a base de dar cuenta de una buena dosis de potencia.
Con edades cercanas a los 18 años, si llegan, estos suecos supieron dejar muy buen sabor de boca en su primera noche teloneando a Social Distortion. Recuerdan a Backyard Babies, pero con cierto regustillo alternativo en las formas. Habrá que catar su debut «Television».
El ejemplo contrario, el de Sex Museum, pero no por nada malo, estábamos hablando de la experiencia. La que demuestran estos madrileños cuando se suben al escenario y atacan temas tan grandes como «Ghost Wiht Out A Will» o «Wassa Massa», no se ve todos los días. Menos ese clásico «Smoke On The Party», con el «Smoke On The Water» entremezclado con el «Fight For Yout Right To Party».
El volumen de las guitarras de Fernando empañó un poco el sonido del hammond de Marta y de la voz de Miguel, pero empastó muy bien con el bajo de Javier y la siempre espectacular batería de Loza. Suerte que para ellos ya se iba llenando la parte baja de la sala, aunque hasta que no apareció Ness la cosa no culminó.
Empezar un concierto con «Don’t Drag Me Down» para rematar el triplete con «Ring Of Fire» y «Reach for the Sky» es ir con la idea preconcebida de salir a matar. La gente te sigue, claro, eres Mike Ness… Pero precisamente como eres Ness sabes que mantener el nivel de ese inicio te va a costar.
Tras una toma de aliento con algún tema menos importante, retomamos el grandes éxitos con otras cuatro básicas: «The Creeps (I Just Wanna Give You)» algo sin fuerza, el karaoke de «Another State Of Mind», una «Mommy’s Little Monster» algo más lenta y un correcto guiño rockabilly con «Sick Boy».
El concierto fue avanzando con momentos algo lineales pero siempre con la certeza de genialidad de Ness y sus himnos, para conseguir contentar. El sonido de La Riviera no daba la suficiente pegada a los temas furiosos y rebeldes, mientras que para lo de corear no conseguíamos sentirnos inundados por la música. Nada grave, de todos modos, que el sonido estuvo resultón para ser la sala que es.
El final del concierto, al igual que el comienzo desatado, puso de manifiesto que el orden del set list tampoco es que fuera de lo más acertado. Un final su memorable «Bad Luck» dejó en medianía la parte media del set, «Ball & Chain» aparte. «Nickels & Dimes» y «Sometimes I Do « para cerrar, con un Ness bastante vacilón, y un par de bises que supieron a poco como «Prison Bound» y el «Story Of My Life» final.
Un par de temas más o un clasicazo como «Ring On Fire» habría dejado menos sensación de haber sido rematado por uno de los mejores compositores de punk rock que aún vive.