/Crónicas///

Rise Against – Barakaldo (04/10/2015)

6.9
BEC, Casi lleno, 4000
Precio: 39/45

De la colisión de tres bandas de la talla nominal de Berri Txarrak, Refused y Rise Against podemos decir a priori muchas cosas. La primera y más obvia es que pocas veces tenemos por aquí carteles triples de tal relumbrón que apuntan a semi-festival. La segunda, que estaba en boca de todos, es quién debería realmente tocar «después de» o «más tiempo que». Sin duda entre el público había para todos los gustos y esto se notó desde primera hora con colas para acceder con tiempo de sobra para ver a Berri Txarrak. Estaba claro que, especialmente en un concierto de Rise Against, Berri Txarrak no eran unos teloneros al uso, sino unos anfitriones de excepción.

Así, con el pabellón bien lleno, todo pista, con el graderío cerrado (unas 4.000 personas) salió el trío euskaldun a escena a lidiar con esa típica sensación que muchos tenemos al ver a Berri Txarrak. Son una tan importante parte de nuestro bagaje musical que les damos a veces un poco por sentados. Pero ahí estuvieron de nuevo dándolo todo, aunque quizá brillando menos de lo que esperábamos de la cita. Sería injusto echarle la culpa a sus temas nuevos, pero es evidente que la estrategia de mucho abarcar de su disco triple no puede llevarse al directo en un formato temporal tan reducido sin provocar una anecdótica esquizofrenia.

Empezaron metaleros, enlazando temas del «Payola» con el nuevo y fueron texturas que se vieron muy lastradas por un fatal sonido. Según entro la luz en su repertorio, mejoró también el audio y fue «Oreka» el primer momento que levantó a todo el pabellón, pese a que su interludio central (esta vez tocó el pachanguero «Kids» de MGMT) quedó un tanto forzado.

Supongo que a estas alturas cada cual tiene definido su tipo de canción favorita de Berri Txarrak. Esta vez, al ser un concierto tan de setlist tan contrastado, me quedó meridianamente claro. Fueron «Isiltzen Banaiz», «Bueltatzen» y sí, también «Zerbait Asmatuko Dugu» las que me hicieron asomar la lagrimita. Respecto al resto de nuevas, «Helduleku Guztiak» sonó interesante y con «Lemak, Aingurak» el público bailó en plan verbena de pueblo indie, pero siguen siendo los Berri Txarrak emos los que marcaron la diferencia, los que nos hacían comparar cancioneros y concluir quiénes eran los cabezas de cartel morales.

También hubo momentos para clásicos básicos que mueven a cualquiera, especialmente en Euskal Herria, como «Ikasten» y «Oihu» y en plan curiosidad tuvimos ese medley de riffs metaleros, que estuvo bien pero jugó con las ilusiones sobre todo de escuchar una «Stereo» completa. Y como no, el hito de la noche que todo el mundo quiso poguear grabar en vídeo: la invitación a Tim McIlrath para cantar su pluscuamperfecto himno de hardcore melódico «Denak ez du Balio».

 

RATHER BE ALIVE, REFUSING TO BE DEAD

De Refused poco nuevo tenemos que decir respecto a la gira de reunión reciente. Ellos siguen arrolladores, brutales, disonantes, metálicos y envueltos en humo y una cálida luz anaranjada, dejando casi todo el show visual en la figura de Dennis y sus constantes bailes. El sonido también fue aplastante en el pabellón y aunque las acusaciones de «venderse» siempre planean con una banda que fue tan radical en sus postulados (el propio Dennis hizo su speech al respecto de que no lamenta las «tonterías» que dijeron en su día, a la hora de tocar esa icónica «Refused Are Fucking Dead»), podemos decir que el setlist no mostró apenas piedad en cuanto a mostrar su faceta más agresiva.

Lo que sí mostró es demasiado de su último disco en detrimento de su pasado. Y hay que reconocer que la mayor parte de temas nuevos sonaron muy bien acoplados al sonido cafre del directo. Pero es que cuando introduces en el setlist pachangueos como «Servants of Death», es imperdonable que dejes en el olvido temas como «Summerholidays vs. Punkroutine» o «Liberation Frequency», aunque quizá haya que agradecer que esa seminal «Rather Be Dead» no haya desaparecido aún del repertorio. La que no faltó fue su hit mainstream «New Noise», otro de los momentos más multitudinarios de la noche. En cualquier caso, hay que destacar la mayor frialdad del público durante su concierto, dejando claro que siguen siendo una banda minoritaria. Merced a su sonido lo entendemos; pudo ser un concierto complicado para los aficionados al punk-rock melódico.

CACOFONÍAS SKATE-PUNK

Con puntualidad escrupulosa, cosa que hay que agradecer en una noche de domingo, Rise Against salieron demostrando que tenían al público mucho más ganado que los suecos. Con un Tim McIlrath al frente y sin tocar la guitarra por culpa de una lesión (su compañero de los Lawrence Arms le cubría desde detrás) comenzó un concierto de hardcore melódico en el que nada terminó de sonar en su sitio. El cuarteto no lució como una banda de su talla en popularidad y el propio McIlrath tuvo mucha culpa, poco capaz de dar buena interpretación a sus propios temas, cantando muy a golpe silábico y sin desarrollar las melodías. Suerte que el público le salvaba la papeleta coreando muy a menudo.

Por lo demás, fue cayendo un repertorio de nuevas y viejas, con tempranos asideros para los fans de siempre como «The Good Left Undone» o esa «Give It All», uno de sus momentos más brillantes y que cayó sorprendentemente pronto. Y es que a lo largo del tiempo la banda ha acumulado su buen puñado de singles como «Prayer of the Refugee» o «Ready to Fall», que fueron marcando puntos álgidos entre otros más, si cabe, genéricos. Entre sus canciones de letras de compromiso punk-rock pero alma de rock de estadio, a menudo McIlrath se dirigió al público, agradeciendo el apoyo o deshaciéndose en halagos a sus compañeros Refused y Berri Txarrak, con bonitas historias personales sobre las conexiones en el mundillo de la música.

Hacia el final del concierto el propio Gorka saldría a devolver el favor de cantar a medias una «Black Masks & Gasoline» que se encuentra entre lo mejor del repertorio de los de Chicago. Pero en el ocaso del recital y pese a la citada lesión, el cantante se quedó solo a interpretar un par de temas en acústico, aunque serían otro par en formato banda y con «Savior» al final, las encargadas de cerrar esta cita que en conjunto estuvo bastante bien, pero en lo que a los norteamericanos toca, podríamos etiquetar de sólo para muy fans.

 

 

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4 de octubre de 2015