De éxito podemos calificar el concierto que nos ocupa: éxito musical, pues la semana santa afectó de lleno en la afluencia a la interesante sala El Grito.
Los primeros fueron los postrockeros gaditanos de Hand Of Fatima, que tuvieron que dejarse a su colega pintor Alfredo Zarazaga en casa tras problemas con su furgoneta. Buenísimo sonido del que gozaron, muy necesario para que «Obake» pudiera sonar igual de interesante en vivo.
Si bien la densidad de sus canciones puede venir mal en determinadas fases del concierto, supieron sacarle el jugo a todas las virtudes ambientales para abrir fuego. Cabe destacar por ejemplo un par de temas como la impactante «Goryo» y una sorprendente «Tatari» con slide guitar incluida.
En segundo lugar llegó la esperada primera visita a Madrid de los vascos Neila. Ellos presentaban su reciente y magnífico «Danza De Nieblas», aunque como con el no menos reseñable «Unclean» tampoco nos habían visitado nos valía todo.
Fue precisamente este reciente disco el que centró el repertorio de 50 minutos del que dispuso esta banda, como las otras dos. Hubo un buen sonido, bastante nítido en general, pero con ciertas pegas en los matices de las guitarras en sus partes más duras y en la trabajosa labor de Caba de hacer oír su teclado. Precisamente en el último tema, «Danza De Nieblas», se hizo necesariamente más presente y fue un punto muy a favor.
Del resto de concierto destacar el buen trabajo de toda la banda en temas complicados como «Amanece», «From Hell» o «Bajo El Sol», así como lo bien que le quedan las voces más nítidas a su música. Que no tarden tanto en volver, que hay que repetirlo.
Para terminar con Loan hay que hablar de mucha suciedad aparente en su sonido, pero con una pulcritud a la hora de tocar y sonar que los puso a la altura de cualquier banda de fuera… High On Fire incluidos.
Ellos al igual que suele ocurrir con bandas madrileñas como Adrift o Moho ganan una barbaridad de enteros con sus directos. «Hontziria» es un muy digno sucesor de «Kobazuloan saiakerak», pero con este trío de Bilbao nos es mucho más fácil disfrutar viendo como chillan los temas y aporrean los instrumentos en vivo, que con el frío del cd (¡o del mp3!)
El nuevo batería, Eritz, es verdadera potencia, bien suplementada con la garra de su bajista, Mikel (el cantante). Pero si hay que destacar a alguien, mejor la manera que tiene Mikel (el guitarra) de ser poseído por sus seis cuerdas y por el espíritu de Black Sabbath, Down y High On Fire a partes iguales.
Una velada triple de sonidos de raíz «pesada» que estuvo a la altura de lo esperado. La próxima de El Grito en mayo, con sonidos stoner que puede tornar en las próximas fechas en todo un festivalazo. ¡Y que haya más!