Alucinante lleno en el Antzokia para The Jim Jones Revue en Bilbao. Se notará la crisis en la asistencia a conciertos, pero está claro que el sábado, sobre todo para un concierto de rock en tono festivo es un valor seguro al que se acercan tanto rendidos fans como curiosos. Curiosos, en este caso, por una de las bandas que se prometía más en forma del rock n roll actual y avalada por anteriores visitas a nuestras salas.
Tuvimos primero a unos inmejorables teloneros como fueron Jukebox Racket con su fiesta rockera de connotaciones psychobilly, surf o swing, que les permite oscilar desde tonadas oscuras a otras marcadas por la agilidad aunque casi siempre con California como background. Un cóctel donde caben desde Stray Cats hasta Chris Isaak o Misfits pasando por Motörhead. Algunas versiones de este palo cayeron, pero no desentonaron en un concierto donde todas las canciones nos sonaban sin haberlas escuchado antes, dicho esto para bien. Una banda con gran actitud, desde la autenticidad de guitarrista y contrabajista, hasta el dinámico cantante, nada menos que el de los ya lejanos Dinamita Pa’ Los Pollos y el papel visualmente discreto pero fundamental del batería. Rock n roll de corte clásico pero sin prejuicios.
Así que la cosa empezó bien y ya se notaba que el lleno era importante. Tardaron en salir a escena pero al final lo hicieron The Jim Jones Revue para presentar su rabioso, aullante directo. Y es que su mezcla de oscuridad blues a lo Nick Cave, desgarro punk y muy especialmente la presencia de teclados en su música a lo Jerry Lee Lewis, resulta ser una fórmula versátil y ganadora. En este caso tanta expectativa tenía el público de ellos, como viceversa, ya que al parecer triunfaron en Madrid por todo lo alto. Aquí la gente aplaudía y jaleaba algo menos, estaba más ocupada en beber, sobre todo en la primera parte del concierto.
Y es que la cosa que arrancó lógicamente más dedicada a su último disco «The Savage Heart» aún sin asimilar del todo, fue en claro crescendo hacia un final en el que primaron los ritmos rápidos y bailables de piano. Pronto fueron llegando momentos que sonaban más, como «Shoot First» o «Killin’ Spree» que iban encendiendo más al personal aunque como decimos, sin nada que desmerecer al papel de los nuevos temas en directo, algunos de ellos acabarán siendo clásicos seguro. Porque al margen de buenos temas su secreto es el de una banda que derrocha carisma.
Y es que cuando en una banda bautizada por su líder te encuentras a un guitarrista de la presencia y solvencia de Rupert Orton, puro rock n roll, un bajista de chulesca pose, un incombustible pianista (como decimos culpable en gran parte del color de la banda) y un batería con pinta de ex-presidiario que además hace coros, realmente te crees que son una banda y claro, en su caso la comparación más evidente sería la de Nick Cave & The Bad Seeds.
Lo mejor del concierto comenzó más o menos con la muy divertida en directo «7 Times Around the Sun», la gente palmeando y toda la banda haciendo coros. Le seguiría el obsesivo ritmo de «Cement Mixer» con Jones volviéndose loco a lo Jon Spencer y «Rock N Roll Psychosis» tema incendiario de sus primeros tiempos con la que cerraron por primera vez su set. No era el habitual cierre ya que aún aguardaría una tanda de bises de gran entidad. Quizá para entender este largo repertorio habría que decir que cuando hablamos de Jim Jones hablamos de una personalidad que lleva en esto más de dos décadas, ya que en los primeros 90 andaba con el grupo de culto garagero Thee Hypnotics incluso con debut en Sub Pop en aquella época.
A su regreso a los escenarios el frontman fue capaz de arrancar ya más ruido y complicidad del público bilbaino y aún nos aguardarían temas insignes como «Dishonest Jones», «512» o «Elemental». Las teclas se desbocaban de velocidad y nos entregábamos al movimiento en una explosión rockera en la que MC5 chocaban con Little Richard. Tras sacudirnos de lo lindo con una lección express de rock n roll bailongo, aún regresarían para desprender las últimas dosis de electricidad y rematar uno de los recitales de rock n roll en su acepción más amplia que podamos disfrutar estos días.