/Crónicas///

Peter Hook – Bilbao (09/10/2010)

Peter Hook & friends
8.5
Fever, Medio
Precio: 15/18
Géneros: ,

No Love Lost
Leaders of Men
Glass
Digital
Disorder
Day of the Lords
Candidate
Insight
New Dawn Fades
She’s lost Control
Shadowplay
Wilderness
Interzone
I Remember Nothing

BISES
Transmission
Love Will Tear Us Apart

Nunca sabe uno en estos tiempos de reuniones, de grupos tocando discos clásicos por petición popular, tributos, giras conmemorativas, etc. El lado melómano llama a acudir, pero el escepticismo acecha sobre todo cuando el artista en cuestión no vive sus mejores momentos. En este caso era Peter Hook, célebre bajista de los reivindicadísimos Joy Division y New Order el que nos visitaba para dar cuenta del seminal «Unknown Pleasures» y conmemorar a Ian Curtis treinta años tras su muerte. El bajista ha estado involucrado en varios proyectos, incluso ahora anda embarcado en un supergrupo con otras celebridades de Manchester, pero sin duda esta gira levantaba más atención y polémica. ¿Estaría a la altura?

Pronto lo veríamos en Bilbao, dentro de la programación del Heineken Music Selector. Antes, los locales Ya Te Digo tendrían el placer de desplegar ante el telón de las ondas del pulsar su repertorio que a estas alturas fusiona su ruidismo inicial con tendencias más rockeras y clásicas. Son una banda de esas con trayectoria y un éxito por debajo del que merecen, pero no desfallecen. De hecho comentaron que era el último concierto con su actual batería y la banda ya tiene reemplazo a mano para seguir dándole a los ritmos rápidos y la distorsión de temas como «Dogfight» o «Electric Dust» y al rock más garajero de «Contradictions» o «Trash Tango». En efecto el concierto estuvo muy protagonizado por temas de su última época y eso que su repertorio anterior cuenta con alguna similitud más respecto a la música de Joy Division. En general, gustaron a la parte del público más interesada por el grupo telonero, que no suele ser demasiada.

En cuanto al plato principal, el concierto comenzó cogiendo ambiente con parte del repertorio más desconocido de la banda. «No Love Lost» y «Leaders of Men», incluidas en el recopilatorio «Substance» sirvieron para ese primer contacto incrédulo, para que el público examinase la banda, el sonido y la atmósfera, para hacer las comparaciones pertinentes o por el contrario olvidarse de ellas. Al pertenecer a la primera época de la banda, la personalidad de Curtis no estaba del todo desarrollada por lo que la voz de Peter Hook no era obstáculo a la hora de interpretar estos registros vocales más punk-rockeros. La frialdad espasmódica de «Glass» hizo de puente y entramos de lleno en el concierto con la característica línea de bajo de «Digital». Primer momento para bailar, saltar y corear frenéticamente aquello de «day in, day out».

El encargado por cierto de articular el bajo no es el propio Peter Hook. La tarea de peso recae en nada menos que su hijo, mientras el ilustre músico se dedica a cantar las letras de Ian Curtis, que tiene en un atril delante del micro, a ejercer de único y absoluto frontman y a tocarse determinadas líneas, reforzando los graves. Lo cierto es que esto de llevar dos bajos, guitarra, batería y sintetizadores puede parecer un poco impropio para interpretar un disco que conocemos por su producción cruda y minimalista, pero el resultado fue muy bueno y de hecho se veía lo mucho que se cuidó Hook de que el aspecto vocal no quedase pobre, ya que tanto teclista como batería hacían de vez en cuando coros muy sutiles pero efectivos.

Total que ya metidos en harina empezó el tema principal del concierto; Unknown Pleasures íntegro y del tirón. Los diferentes componentes instrumentales de la mítica «Disorder» fueron encargados de abrir fuego. Y aunque si es cierto que aquí ya la voz de Hook nos sonó pobre y para nada con la profundidad deseada, la grandeza de su melodía de guitarra y bajo nos embelesó igual. Tampoco gustó la pequeña variación del cierre que hizo, descompasando el «feeling, feeling…» respecto a la versión original. En los temas de tempo relajado el bajista cumplía mejor en la faceta vocal. «Day of the Lords» sonó al máximo de su sentimiento devastador y «Candidate» igual de perturbadora.

La verdad es que es dificil recrear en directo esa mezcla de solemnidad sonora de las canciones del disco con la alegría que suscitaba en los fans, especialmente con las más movidas. La espacial «Insight» marcó otro punto álgido de melancolía y el característico riff de «New Dawn Fades» no le fue a la zaga con sus estrofas llenas de pasión. Pero claro por muy clásico que sea el disco en conjunto, todo el mundo esperaba el primitivo y protoindustrial baile espasmódico de «She’s Lost Control», inmortal tema modelo de post-punk como género. Lo dicho, es un poco raro ver al hijo de Peter Hook interpretar una de las líneas de bajo más míticas de la historia del rock, en lugar de a su artífice, pero cerrando los ojos uno podría transportarse al Manchester de 1979 que orgullosamente aparecía en el telón con la famosa portada del sonar.

Después llegaron los aires más rockeros de «Shadowplay» y es en esta faceta más punk donde vimos a Hookie más natural como frontman plantándose frente al público blandiendo su bajo y ejerciendo ante el micro como una rockstar más próxima a, por ejemplo, un Iggy Pop que a la mística figura de su fallecido compañero. También le sentó bien la rítmica «Wilderness» con el protagonismo del riff de guitarra y la absoluta muestra de la engrasada máquina que era Joy Division cuando de mano de Martin Hannet grabó este disco. Y por supuesto, la muy rockera «Interzone» en la que incluso se atrevió con esa mezcla de gritos y gorgoritos vocales. No en vano, era él quién cantaba a dúo con Ian Curtis esta canción y eso se notó en la energía del directo. Con «I Remember Nothing» quedamos de nuevo hipnotizados en la marea de sonido y la banda cumplió la promesa de la gira; interpretar el primer disco de Joy Division en su totalidad.

Así que salieron del escenario pero claro, volvieron para tocarnos un par de temas que en sus palabras no pertenecían al disco pero no podíamos quedarnos sin escuchar. La primera fue «Transmission» y ya la gente tomó conciencia de que la solemnidad en blanco y negro había terminado y era hora de darle al baile y sudar. Así que we danced danced danced danced danced to the radio como si estuviéramos en La Hacienda. Y como era de esperar (un poco obvio, hay que decir) el punto y final llegó de la mano del universal sintetizador de «Love Will Tear Us Apart», gran éxito que abrió el camino hacia New Order. El tono de la canción eso si, hizo honor a la «celebración» de la banda que la gira pretende ser, ya que no tienen nada tan festivo.

Bueno si, tienen aquella «Ceremony» que New Order heredó y que si tocaron en otras plazas para finalizar y aquí no. Tampoco tuvimos «Warsaw» ni «Failures» al comienzo del primer bis, pero también hay que decir que la sala no registró ni el lleno que podría haberse esperado dado el estatus de culto de la banda ni se desató la locura que podría haberse pensado con los temas de la banda. Con todo y quizá por ello, fue una gran noche, nostálgica pero ratificando que las grandes canciones y bandas nunca mueren y a veces incluso se ponen más de moda según pasa el tiempo.

Contenido relacionado

9 de octubre de 2010