Creíamos por las referencias que teníamos de ambas bandas que la noche del miércoles iba a ser algo homogénea en cuanto a sonidos de punk-rock-garaje. Pero no lo fue tanto, ya que Red Garage tiran de ahí hacia el pop y el indie mientras que Haggish se mueven en territorios más cafres.
En formato trío, Red Garage se mostraron como una formación simpática en escena y con pocas ambiciones en su propuesta, dicho esto sin ninguna animadversión. Red Garage son la típica banda de amigos que se juntan y cuando tienen ocasión no dudan en usar su escaso tiempo sobre las tablas para homenajear a la Creedence, la Velvet y los Pixies. Triángulo mítico de la música moderna que delimita una música que bebe del pop y rock indie, el garaje y el punk-rock. En definitiva, música para divertirse y divertir y lo consiguieron, sin aspavientos.
Por su parte los veteranísimos Haggish (lo suyo arrancó en los 90) fueron de las bandas más salvajes en pasar por el recinto en estas fiestas. Punk-rock acelerado con Zeke, Meanies, Adolescents y por supuesto, Ramones, en el corazón. Rudo y lleno de adrenalina pero con toques surf y estética a juego, con esa máscara de luchador mexicano del cantante que le daba mayor libertad para hacer el cabra por el escenario. En total, puede que pecaran un poco de lineales, pero la fiesta no decayó en todo el tiempo que estuvieron sobre el escenario.