Tras un cúmulo de situaciones extrañas y mal encauzadas por algunos, el concierto de A Pedir De Milkhouse y Challenger como teloneros de alguna banda grande se terminó truncando y pasando a ser un concierto de «la voluntad».
A Radiohead le funcionó perfectamente eso de paga lo que quieras, pero a estos chicos no. Inicialmente menos de 20 personas para ver la actuación de los gallegos A Pedir De Milkhouse para una sala de 800. Imaginad el ambiente. Así es difícil convencer y poder demostrar lo que vales, pero los gallegos se pusieron a sus canciones entre punk-emo sin demasiada fuerza ni ganas, probablemente por el hastío del momento. Una pena no verles más actitud para aprovechar el viaje.
Los chicos de Día De Furia curiosamente fueron los que más gente metieron: unas 35 personas que pasaron de quedarse luego a Challenger, cosa más que curiosa. Comenzaron con unos problemas monumentales de sonido, pero supieron reponerse con mucha actitud y buenas maneras. No han inventado nada, pero supieron hacer lo que debían.
Challenger tuvo que bailar con la más fea, de nuevo apenas una decena de personas (curioso que ni las propias bandas gallegas se quedaran) y un concierto despreocupado y divertido, que sonó muy emborronado. De nuevo, lo mejor pasó por la versión de The Clash, por su estrenado vídeoclip «All» y por el sonido Devo de «Good Girls on my Birthday». Inevitable pensar que tanto ellos como su público tipo estarían y estaban más en el Primavera Sound con Sonic Youth que en la Heineken con el Anticrisis este.