/Reseñas///

Nine Inch Nails – With Teeth

Nine Inch Nails - With Teeth portada
Interscope, 2005
Productor: Trent Reznor, Alan Moulder
Banda: Reznor, White, North, Dillon, Cortini (Grohl)

9.5

La verdad es que hay sueño y que mañana se madruga, pero hay cosas que hacer primero. Ya sé que una critica a segunda escucha puede ser prematura, pero dudo mucho que vaya a cambiar mi opinión con el paso del tiempo. Yo no tanto, pero mucha gente lleva 6 años esperando para hacer lo que yo ahora mismo pretendo: escuchar POR FIN el nuevo trabajo de Reznor y Cia. Aun no he tenido tiempo de hacerme una idea general del disco, pero como decía Jack el destripador, vamos por partes.

Comienza a sonar una batería programada. Son los primeros segundos de «All the love in the world». La canción es bastante tranquilita, me recuerda a Lucky you de Deftones. Allá por el tercer minuto empieza a subir el volumen, entra una base que me hace mover de la silla y nos abre el apetito para la brutal «You know what you are». Comienza con un ritmo frenético, distorsiones en voz y guitarra habituales, y un estribillo demoledor. Ésta es la primera vez durante la escucha del disco que me doy cuenta de lo desgraciado que soy por no poder ir a verlos en directo. Universidad, I8U.

Continuamos con «The Collector», aunque a duras penas, ya que las palabras se me empiezan a quedar cortas. La canción tiene un estribillo precioso, rápido, guitarrero, sublime. Damos paso ya al conocido single, «The hand that feeds». ¿Qué puedo decir que no se haya comentado ya? Que si suena poppie, que si el riff es idéntico al You Really got me de The Kinks, que si Reznor nació con un sintetizador bajo el brazo (después de todas las escuchas el solo del teclado me sigue haciendo botar y emocionarme como la primera vez, cuando la oía con ese ripeo guarro de la radio). Lo único que me sobra en la canción para que no se lleve el 10 es el final, demasiado largo para mi gusto. «Love is not enough» mezcla los ritmos entrecortados con la distorsión de las guitarras. Una vez más, la electrónica se deja ver gratamente en esta canción.

En «Every day is exactly the same» nos encontramos con una lección magistral de cómo crear una atmósfera industrial en una canción. Quizá es la ventaja de estar escuchándolo con cascos, con lo que siempre se aprecian mejor estos detalles. Suena ahora la que da título al disco, «With teeth». Sonidos saturados de fondo, batería y voz llevan las riendas de la canción. En su tercer minuto para en seco, dando paso a un solo de piano con un Reznor susurrante, para, otra vez, distorsionar la guitarra y repetir el estribillo que procederá a finalizar la canción. Con «Only» una sonrisa se me dibuja en el rostro. Ese beat, ese bajo dominando la canción, y sobre todo ese ruido que tanto me gusta y que por momentos me recuerda épocas pasadas (todos tenemos un pasado «ojcuro») hace que recapacite y me diga «Si es que hasta ahora todas las canciones son temazos!!».

Continua con «Getting Smaller», canción que si bien no me pareció que siguiese el sonido NIN cuando la escuché en el adelanto, no prescinde tanto de las máquinas como pensaba. Ritmo rápido en la batería, caña en las guitarras, Sabor «DaveGrohlero», me va gustando. La sigue «Sunspots», canción correcta pero que quizá precise de más escuchas para apreciarla mejor. El principio se me hace lento, soso, aburrido, cosa que va arreglándose a medida que van cayendo las estrofas.

La segunda vez que me arrepiento de no ir al concierto es con el himno «The line begins to blur». No es descabellado pensar que nos encontramos ante una de las mejores canciones del género. Saturación en las cuerdas, una voz que definiría a caballo entre la melancolía y la calma, perfectamente de alguien a punto de morir, al que «La línea se le empieza a difuminar». Unida a su distorsión final (y que va a acompañarnos durante toda la canción) se encuentra «Beside you in time». La voz se muestra susurrante durante toda la canción. Lo mejor, el final, sin duda, donde la canción pierde la monotonía hasta entonces dominante.
Para acabar, la ultima canción, «Right where it belongs», nos deja escuchar un piano sobre el que van a gravitar los elementos electrónicos (otra atmósfera de 12 sobre 10). Al tercer minuto(como de costumbre) suena un sample de público vitoreando. A partir de aquí poneos los cascos porque la ambientación es brutal. Si el disco me parecía soberbio, con esta despedida me merece el apelativo de OBRA MAESTRA (otra más a la cuenta de TR).

Pues eso, en conjunto, un discazo, y cuando digo discazo digo que esperaría impaciente otros 6 años para escuchar algo de esta calidad. Quizá sea pronto, pero me atrevo a decir que es el mejor disco de Nine Inch Nails (a gusto personal, al menos). Espero que todos disfrutéis como lo he hecho yo, que esta mañana cuando venia a escribir lo que ayer puse en papel venia flotando.

Reseña escrita a las 00:15 horas de la misma noche de la filtración

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1 de enero de 2005