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Challenger – Ümelsion

Challenger - Ümelsion portada
BCore, 2010
Productor: Javier Ortiz
Banda: Moids Multimuerte, Paul De-Esser, Erratic Agh

Géneros: , ,

7.9

Apenas año y medio han tardado los madrileños Challenger en dar reválida a un disco, «Dilitid», que nos sorprendió muy gratamente por su frescura. Entonces nos sonaron a Superchunk, Half Foot Outside, Drive Like Jehu, At The Drive-In… un amplio espectro de música encuadrada en el indie-rock y el post-hardcore incluso con toques de power-pop. Como decimos fue un disco que nos pegó una bofetada de distorsión y melodías y como testimonio aquí se incluye una nueva versión de «Lars» más grave y cavernosa.

Es lógico por tanto que el trío haya perdido el factor sorpresa con este «Ümelsion», para el que han subido un pequeño escalón al coeditarlo con Bcore, decana en el país de este tipo de sonidos. Sin embargo la banda ha grabado un disco más cafre, con una mayor base en el punk-rock, no sólo en el sentido estilístico, también en la grabación y el sonido. Y es que las melodías aún siguen vigentes por ejemplo en la antológica «30 Days of Night» pero las guitarras tiran más a la suciedad y la voz rara vez se deja domesticar.

No es que esto sea malo. Precisamente uno de los mejores cortes del disco cuenta con un riff realmente desquiciante. Hablo de «Homemade Movies», una especie de colisión de los Beastie Boys con Jay Reatard, punk y noise en las estrofas y un estribillo pop. Pero si que hay que tener los oídos ya maltratados de antemano para meterse por ejemplo en el punkarra single «Severed Finger». La disonancia cobra fuerza, del post-hardcore se han quedado con la instrumentación atonal y algo de experimentación («Ready for the next show», «Heart Attack»).

Si bien es cierto que aflora más esa vena punk («My Man»), con la abundancia de coros, estribillos gamberros, etc., también algo de post-punk. No del de copiar a Joy Division y salir bailando tan contentos y deprimidos, no. Más del de Mission of Burma, Nomeansno, del ruidoso, en definitiva. Retazos de aspereza que encontramos dispersos por todo el disco y de los que «The Mine» es un ejemplo como otro cualquiera.

No sabemos hacia donde tirarán en adelante porque también hay un par de pistas que miran más a los clásicos. Toques garajeros encontramos en la atropellada «She’s Not Dead», mientras en «10 Little Kids» bajan el pistón para homenajear a los Jayhawks, dentro de su gamberrismo habitual. Es cierto que echo en falta melodías y el sonido más pulido que Santi García le sacó a su debut y eso que han contado con todo un Stephen Egerton (Descendents, All) masterizando. En todo caso, valiente giro al punk y a una crudeza que penetra con las escuchas.

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1 de enero de 2010