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Woven Hand – Refractory Obdurate

Woven Hand - Refractory Obdurate portada
Deathwish/Glitterhouse, 2014
Productor: David Eugene Edwards
Banda: David Eugene Edwards, Ordy Garrison, Chuck French, Neil Keener

Géneros: , ,

7.7

Tras militar durante un tiempo en un sello en principio afín a sus creencias como es Sounds Familyre, famoso por acoger artistas de clara y evidente afiliación cristiana, David Eugene Edwards ha recalado con el séptimo álbum de Woven Hand en manos de Deathwish; sello fundado por el frontman de Converge, Jacob Bannon, y que también acoge a otros grandes del hardcore actual como Touché Amoré y a nuevos adalides de los sonidos extremos como Deafheaven.

Si bien podría parecerles a algunos una decisión contradictoria, no creo que esta maniobra extrañe a los seguidores de siempre del ex-16 Horsepower. Porque si bien es innegable la obsesión de Edwards con la religión (sólo hay que pasarse por su Facebook), esta búsqueda de iluminación no deja de tener un poso oscuro y salvaje, primigenio y casi pagano, con el que se sitúa constantemente en crisis para buscar significado a la existencia y, por extensión, a la música. De ahí el variado público que sigue a Woven Hand: desde fans del country y el indie hasta góticos y doomers.

De hecho, sus seguidores más rockeros estarán de enhorabuena con este “Refractory Obdurate”, ya que se trata de su álbum más directo en tiempo. Edward parece querer justificar la afiliación a su nuevo sello con una buena descarga eléctrica, tras un par de discos, “The Threshingfloor” y “The Laughing Stalk”, que si bien no llegaban a ser discos menores, sí que tendían a caer en ciertas indulgencias en sus facetas más densas y místicas que lastraban el cómputo final.

Esta reorientación de su sonido le ha salido bien, ya que de hecho son varios de los temas que apuestan por la distorsión los que sobresalen del conjunto. “Good Shepherd”, con su regusto de rock alternativo, se muestra a mis oídos como la ganadora del lote: un tema pegadizo muy de la era 16 Horsepower y, de nuevo, con el influjo de The Cult sobrevolando por encima. También destacan “Masonic Youth” y «Corsicana Clip», grandes ejercicios de folk-rock gótico que van añadiendo sabiamente capas de distorsión hasta llegar a sus explosivos finales. Y evidentemente, no deja de haber buenos medios tiempos que ahondan en su vertiente más reflexiva como “The Refractory” o “King David”, que marcan la esencia del sonido de la banda desde sus inicios.

Aún así, “Refractory Obdurate” tiene un pero y es su descompensación entre la primera y la segunda mitad. Todos los temas que he mencionado antes se encuentran en la primera o, como mucho, recién superado el ecuador. Y aunque composiciones como “Field of Hedon” o “Hiss”, de la segunda, son también muy rockeras, o hasta punks, no alcanzan para mi gusto el nivel de compañeras que han sonado poco antes, exceptuando la atmosférica «Obdurate Obscura». Aún así, no quita que estemos ante el mejor disco de Woven Hand en más de un lustro, en concreto desde “Ten Stones”.

 

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1 de enero de 2014