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Woods – City Sun Eater in the River of Light

Woods - City Sun Eater in the River of Light portada
Woodsist, 2016
Productor: Jarvis Taveniere, Jeremy Earl
Banda: Jeremy Earl, Jarvis Taveniere, Kevin Morby y Aaron Neveu

Géneros: , , , ,

8.5

Quien haya seguido la trayectoria de Woods sabe distinguir claramente dos partes en su carrera, ambas irreprochables. Los primeros tiempos, en los que eran referencia en la nueva psicodelia DIY; no casándose con nadie, caprichosos, rabiosamente espontáneos y haciendo música para sí mismos. Y el momento en que descubrieron el pop mayúsculo y pulido. Fue «Bend Beyond» el encargado de presentarnos su nuevo comienzo y aunque seguimos mirando los temas de aquel disco con ojos golosos, la banda ha conseguido, no sabemos bien cómo, mantenerse en el mismo nivel de excelencia. Y lo ha hecho evitando que las comparaciones entre sus discos sean fáciles si bien su sonido nunca cambia radicalmente.

El caso es que «With Light and With Love» volvió a situarse entre lo mejor de su año y «City Sun Eater in the River of Light» su ya novena obra, seguirá sus pasos. Agradable, entrañable, nostálgico, optimista, delicado… vuelven a ser palabras que definen su música y no faltan himnos que son marca de la casa 100%. La vaporosa «Morning Light» es quizá la mejor demostración de que un pie de Jeremy Earl sigue exactamente donde siempre. En cambio, «Politics of Free» es el gran hit pop, con su adictiva rítmica y dulcísima voz es una de las canciones del año a todas luces. Tampoco se queda atrás el cierre de «Hollow Home», que suena como Dinosaur Jr. de vacaciones en Jamaica.

Pero también hay serias novedades y conforme las canciones se concretizan, la instrumentación se enriquece. Ahí están las trompetas que confieren ese aire fronterizo a «Sun City Creeps». Encontramos retazos de funk aquí y allá, aires de salón como los mostrados en la elegante «Creature Comfort» y mucho del rock psicodélico y el dub setentero, ilustrado con unos teclados que hacen frente al reverb que siempre acompañó a la banda. El resultado son grandes canciones del calado de «The Other Side».

Sin embargo el ecuador del álbum nos propone aventuras menos plácidas. «Can’t See At All», con su groove funk y ese teclado tan potente, es seguramente lo más sexy y vacilón a lo que los parámetros de Woods alcancen. Todo entra dentro de una estrategia de exploración de todos los rincones de la psicodelia y esta parte del disco es un oasis narcótico que atraviesa la gravedad de «Hang it on the Wall» y finaliza en dos viajes setenteros que te pintan el cerebro de colores. La primera es «The Take», delicioso ejercicio retro plagado de efectos que se remueven y explotan al son de las trompetas (qué gran adición al disco). Este clima a fuego lento es repuntado por los bríos de «I See in the Dark», con evidentes aires kraut que consiguen introducir en su música sin queda nada chirríe.

«City Sun Eater in the River of Light» es una vuelta de tuerca, nunca definitiva, en el sonido de Woods. A ratos más pop y guatequero, otros más oscuro y denso, en ocasiones rebuscando el groove en un folk menos blanco que de costumbre. Siempre jugando con esa marmita de ingredientes que hacen de sus composiciones algo bien sólido, pero con un encantador aire de ligereza. Woods tienen la fórmula, parece simple, pero nosotros nos dejamos llevar sin descifrarla del todo. Porque queremos que se siga manteniendo la magia.

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1 de enero de 2016