Tras años en esto de la música, los cántabros Storms to Come son una de esas bandas modestas que parecen tomarse la música como una carrera de fondo, sin prisas ni grandes aspiraciones, pero sin dejar de lado la que sin duda es una de las grandes pasiones de su vida. Con influencias de música principalmente de los 90 y 80, mucho indie-rock y post-hardcore mamado, el trío hace en «A Modern Approach to Middle-Class Failures & Frustrations» lo que el título sugiere, una aproximación en canciones a la forma en que el estado del bienestar que nos han prometido no nos llena como seres humanos.
«Last Night I Dreamt Our Lifes Could Change» abre el disco con brillo minimalista y líneas herederas de Joy Division, pero que se encaminan hacia Washington DC. Le sigue «Lifeline», uno de los temas más pegadizos del disco, con estupendas melodías y voces rasgadas, un regusto punk que se acentúa en la más ralentizada «Indifference», basada en un riff muy rockero aunque algo apática. Y es que entre los puntos flacos del disco podemos destacar una cierta falta de arrojo. Especialmente la parte vocal en ocasiones no suena del todo sólida tal vez por aquello del inglés, aunque hay que reconocer el intento por mostrarse realmente versátil a lo largo del disco. Esto es especialmente notable en «Obsessions», donde se intuye un gran tema de punk melódico, pero que parece desprovisto de la fuerza y rabia que debería tener.
En todo caso, STC hacen un buen trabajo absorbiendo influencias y reflejándolas en un disco variado que ofrece temas brillantes. Por ejemplo, «Lost» cruza el post-hardcore con el rock de garaje imprimiendo fuerza a los ritmos de una forma que recuerda a lo que ya hicieran Ya Te Digo en su día. «Not Listen to Me» es punk-rock con alguna brisa grunge y estribillos fáciles, un tema que podría pertenecer a bandas de estilos muy diferentes. Tal vez el tema más desmarcado sea de todos modos «Circle», un cierre reflexivo y melódico, que flota entre coros y una guitarra acústica.
Es ya el tercer disco de lo de Torrelavega y aunque la banda ha hecho notables progresos, es más que posible que su condición underground no cambie; no se puede decir que hagan nada nuevo y en un panorama en el que Half Foot Outside o No More Lies se separan sin hacer ruido, es dificil que un grupo como Storms to Come llegue a estar en boca de mucha gente, pero su sonido será a buen seguro reconocible y amigable para algunos que dejamos parte de nuestras entrañas musicales ancladas en los 90.