Cuatro chicas haciendo rock contundente con melodías y oscuridad. Santa Rita tienen todas las papeletas para que en una reseña suya se hable de años 90, de rock alternativo, de grunge, de riot grrrls. Todo esto, como en cualquier banda de post-grunge no dice nada bueno ni malo de por sí. Parece a veces que todos los revivals estén bien vistos menos el de los sonidos que, paradójicamente, a muchos nos iniciaron en el rock. ¿Quizá por eso, porque los hemos vivido tan de lleno que cualquier cosa que se acerque a esos parámetros nos huele a chamusquina?
Pues «High on the Seas», debut de la banda radicada en Barcelona está aquí para desafiar esta situación. Con un bautizo conceptual de sus cortes que casi parece más propio de sus colegas de sello Toundra y un diseño que también nos remite a territorios más post-rock, el cuarteto practica un rock misterioso, directo y melódico cuando hace falta pero también con recovecos, de instrumentación potente a todos los niveles («Báltico»). No menos importante, una voz femenina que se acopla a diferentes ambientes, heredera de las divas punk de aquella década y arropada con deliciosos coros («Necochea»).
Si hoy en día, como en los 90, una marca de refresco llegara buscando una canción para su anuncio, esa sería «Cantábrico». Un estribillo radiante, unos aires suaves del trópico y riffs con gancho, todo un hit. Y aunque no queramos ser pesados con la idea de la temporalidad, nos será imposible no pensar en las también barcelonesas B-Violet. Otro tema de gran calado es «Fidji» que podría ser el single que Brody Dalle hiciera tras caer bajo la influencia de Josh Homme. Esa vena de los últimos Distillers brilla también en el pop guitarrero de «Adriático» con chisporroteantes teclados que hasta nos predispone a una catarsis de baile.
Como vemos, Santa Rita han juntado una cantidad considerable de canciones con vocación de single para tener un debut lo más resultón posible. Sin embargo, hay algunas que se reservan algo más para jugar con los ambientes como «Mar Muerto», se recrean en oscuros rituales instrumentales, como «Cap de Creus», se sumergen aún más en la negrura abisal de «Pacífico» o suenan con ecos del far-west (aunque rompamos la coartada marítima), como «Fisterra».
¿Y qué, si Santa Rita nos suenan a Nirvana, Soundgarden, Babes in Toyland o L7? «High on the Seas» es un disco que suena con frescura a estas bandas y algunas más, un compendio de influencias aglutinadas bajo el manto del rock alternativo que se materializa en un puñado de canciones con fuerza guitarrera, cuerpo rítmico y gancho melódico. No son adalides de ninguna modernidad y espero que a mucha honra, suya y de un sello que inició sus pasos con bandas como Nothink, Peluze o (lo:muêso).