Los germanos Rammstein regresan una vez más al lugar que les corresponde en el rock actual y que se labraron gracias al impacto y la polémica provocada por sus tres primeros trabajos de estudio, el vibrante Herzeleid, el monolítico Sehnsucht y el aperturista Mutter. Este último abrió las puertas de la banda a un mayor grado de melodía y épica que la banda ya ha hecho suyas. El sexteto remonta en cierta medida con Rosenrot el bajón creativo de Reise Reise, pese a contener alguno de sus temas más radiados como Mein Teil o en especial Amerika.
Rosenrot comienza misterioso con oscuridad de teclados en su particular homenaje a la gasolina (Benzin), que prendió la mecha de sus ya legendarios y espectaculares conciertos. Un divertido video en el que la banda se caracteriza de brigada de bomberos acompaña a este tema de insistente estribillo. No es nada nuevo que la banda haga uso de la monotonía instrumental y un ejemplo a un nivel más ralentizado lo tenemos en Spring, que juega entre la calma y los riffs pesados. La inquietante atmósfera electrónica y los susurros de Till narran una historia que refleja el poder que otras personas pueden ejercer en nosotros.
La banda también ahonda en los temas de amor con bastante éxito en Rosenrot y Wo Bist Du, ambas muy melódicas y pegadizas y con cierto aire melancólico y neoromántico. En el caso de la segunda tiene un toque bastante ochentero y está dominada por los teclados. Y en este punto es necesario hablar de Stirb Nicht Vor Mir / Don´t Die Before I Do, un tema bañado en pop luminoso con la colaboración de Sharleen Spiteri (Texas). La escocesa canta con un tono mucho más serio y pretencioso que en su banda, adaptándose entre pianos al tono épico de Rammstein. La verdad que el dueto choca pero prejuicios aparte hay que reconocer que tiene todo para ser un gran single.
Pero si hablamos de temas que realmente suponen un avance sin romper con la fuerza arrolladora de la banda tenemos que apuntar a la rabia de Mann Gegen Mann, una denuncia contra los ataques a la homosexualidad de ciertos sectores alemanes. Y por supuesto Zerstören, digna del Mutter, uno de los temas más contundentes del disco con un ritmo a piñón como en los viejos tiempos. Los efectos electrónicos envuelven una base de guitarras casi thrash por momentos haciéndola sonar como un grupo de fantasmas haciendo metal industrial. Turbadora la imprevisible despedida a modo de nana.
En fin, que Rammstein seguirán una vez más levantando pasiones y odios con Rosenrot. Tiempo ha pasado desde aquel Herzeleid apadrinado por Trent Reznor y la banda ha conseguido acercar el metal a un público profano sin ruborizarse por dar pasos de gigante hacia la melodía. De momento este disco supera ampliamente a Reise Reise de cuyas sesiones paradójicamente provendrían estos temas inicialmente descartados. Ahora a esperar un nuevo paso por nuestro país en el que muy probablemente cumplirán la tradición de dejar a sus fans satisfechos.
