/Reseñas///

PJ Harvey – Uh Huh Her

PJ Harvey - Uh Huh Her portada
Island, 2004
Productor: PJ Harvey & Head
Banda: Polly Jean Harvey, (Rob Ellis, Evelyn Isaac, Head)

Géneros:

8.4

Si por algo se ha desmarcado Polly Jean Harvey del resto de la escena del rock alternativo es por ser una artista camaleónica capaz de atraer miradas desde terrenos diversos como el punk, el indie o el mundo de los cantautores. Así, no resulta una sentencia sorprendente afirmar que en este, su séptimo disco, muda de nuevo. Uh Huh Her, su nueva piel, que no es una sino varias, resulta más oscura y salvaje que su anterior Stories from the City, Stories from the Sea, más accesible y refinado.

A pesar de todo no resulta un disco dificil, más bien al contrario se le coge adicción a la primera, gracias a temas con mucho gancho, en especial los más agresivos. Como puedan ser Who The Fuck, un estallido de punk anómalo y terrorista al estilo de los Sonic Youth más chillones. Aquí, los gritos desbocados de Polly se acompañan en todo momento del ritmo constante de baterías aporreadas con ira y bajos tocados con desidia. O Shame, cuyo inquietante armazón de teclado evoca a Björk o los Radiohead más lúgubres, permitiéndose hacer algunos de sus tremendos excesos vocales que erizan el vello.

Más momentos instantaneos se agrupan en la primera parte del disco; como el áspero y escurridizo riff de The Letter, single que nos hace entender porque Polly se mueve últimamente en el entorno de Josh Homme y sus desérticos Queens of the Stone Age. Si existiera una escena stoner rock femenina sin duda esta tendría en ella una figura a seguir. The Life and Death of Mr. Badmouth, que abre el disco, combina rock n roll con aires de blues sucio ensamblando con su maestría habitual la aspereza de los setenta con la actitud de songwriter indie a lo Tori Amos.

La vocalista afirma que este es en el fondo un disco positivo y divertido, como según ella ratifican alguno de los temas ya citados y otros como Cat on the Wall, entretejida de riffs lentos y baterías palpitantes, de nuevo recordando a la vena más rockera de unos Sonic Youth, donde su voz descuidada podría pasar perfectamente por la de Kim Gordon. En esa onda placentera aunque más relajada se sitúan el regusto americano tradicional de la concisa No Child Of Mine y Pocket Knife, un tema fragil y sensual que invita a menear el cuerpo suavemente.

En el aspecto lírico, nos sigue sobrecogiendo con sus temas habituales, desamor, erotismo y sexo siempre visto desde el punto de vista de la mujer, aunque esto no signifique que se refleje en ello. Mientras siga afirmando que sus letras no son autobiográficas, no tendremos forma de saber cuanto hay de su propia personalidad en por ejemplo, la descripción que hace de la esencia del amor en la susurrante The Slow Drug, minimalista como un despertar a la vida con un desasosegante fondo. Y tampoco sabremos si la intencionalidad de Seagulls es encontrar la belleza una vez más donde menos obvia resulte, en este caso en el sonido de gaviotas, aves infectas que se pueden encontrar en cualquier costa.
Uh Huh Her a pesar de su variedad está concebido como un conjunto de «canciones sencillas que funcionan solas». Posiblemente la última gema en cuanto a temas perfectos, de esos capaces de atraer a todo aficionado a la música sea el corte número 10, It´s You, marcada por el piano y que nos recuerda a Veruca Salt principalmente en la voz inocente y aterciopelada del principio de la canción. Pronto se adentra en terrenos más oscuros y sofisticados, llegando a un estribillo tan agridulce que duele, donde hay que resaltar las voces de acompañamiento, consiguiendo un efecto de salón cercano al soul.

Hacia el final del disco la energía decae, que no la calidad y encontramos temas más escuetos vocalmente, como el casi ambiental You Come Through donde la voz se deja llevar usada como un instrumento más por un arroyo sintético de vocación orgánica o el interludio instrumental The End. Asimismo la musa del rock nos regala sus momentos más íntimos como si estuviera esperando a que sólo quedase a la escucha su público fiel para desnudar su alma. Tal es el caso de The Desperate Kingdom of Love, donde desvela su faceta de songwriter, sola, con su guitarra y sin forzar sus cuerdas vocales, emoción a flor de piel. Otro de los títulos curiosamente más largos del álbum, The Darker Days Of Me & Him también se mueve en similares terrenos cual Patti Smith actualizada con cierto barniz electrónico. Aunque hacia el final se sofistica con sublimes coros que dan un caracter más vitalista al final del álbum dejándonos vislumbrar la luz que inevitablemente, siempre hay al final de cualquier tunel.

De nuevo PJ Harvey ha dado en el clavo. Se ha reinventado a sí misma y conserva toda su esencia, su crudeza, fragilidad, visceralidad, emoción… Un disco parco en arreglos e instrumentaciones que de alguna forma cierra un ciclo que demuestra su capacidad para desenvolverse en casi cualquier tipo de producción. No ha fallado a nadie y por eso su público de siempre sigue al pie del cañón y nuevos seguidores se unen al seguimiento de una carrera lenta, pero segura.

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1 de enero de 2004