Tras las buenas vibraciones desprendidas de sus primeros EPS, los asturianos Pingüino regresan con un disco largo que les permite reflejar mejor el rango musical en que se mueven, del indie-rock al rock alternativo, de los 80 a los 90, de los «putos The Cure« a «Hüsker Dü« o los Pixies y la ruidera.
Y lo hacen generalmente con melodías infecciosas y letras que sin ser deliberadamente chistosas siempre consiguen que te encuentres tarareando bobadas tales como «me pican las tetas» o «yo quiero ser del Opus Dei». Porque tanto «El Picor» con esos riffs saltarines que son acompañados por coros como «Opus Gay» como un más que obvio homenaje a los de Frank Black (comienza como «Gigantic» y se desarrolla como una «Where is My Mind?» punk) son temas endiabladamente pegadizos en los que cuaja la fórmula de la melodía y distorsión.
Siempre desde un punto de vista sarcástico tocan también temas más oscuros aunque instrumentalmente no lo parezca (esos coros de chicle) como el desamor en «Putos The Cure». Y es que quizá lo más sorprendente sean los temas y los ambientes más nublados, que ahora encuentran su espacio. Es el caso de la densa «Experto Global» o la trepidante, algo post-hardcore y de estribillo desbocado «Todo lo que sube». Aquí se encuadraría también «Nueva Emo», seguramente más digna de Nirvana que de una banda de la referenciada escena. Además cuenta con una frase de esas casi generacionales (¿de qué generación? de cualquiera): «Ven a celebrar, que fracasar no está tan mal».
Todo esto contrasta con desfase ruidoso, que va desde el cachondeo garajero con palmas de «Psico-rumba» al rock n roll que se escora hacia el fuzz-punk de «El Nombre de los Muertos» o «Pernambuco», noise-pop de ritmos machacones. Hay alternancia de intensidad, sí, pero el famoso loud-quiet-loud no es su fórmula, el trío se deja los silencios en el local de ensayo. Lo podemos apreciar en «Hüsker Dü» que bien podríamos imaginarla siendo cantada en inglés por Bob Mould y quizá a J. Mascis a la guitarra. O puesto de otra forma, podría haber sido material de «Super 8».
¿Hace falta resumen? «Gente Formal» es un disco cuyo mayor problema es que algunos hits demasiado sobresalientes o estribillos muy pegadizos dejen otros en la penumbra. Un debut en largo que no defraudará a los más enfermos del rock alternativo y el indie-rock. Te lo juro por Escrivá de Balaguer.
