¿Alguna vez has intentado adentrarte en el paranoico y excéntrico universo de The Melvins? ¿Tus intentos en pillarles el gustillo han sido fallidos? ¿Aún así el sabor mas rockero de su propuesta te ha parecido interesante? Bien, pues «(A) Senile Animal» es la oportunidad de que los de Washington y tu os reencontréis.
Recientemente Kevin Rutmanis abandonó la banda dejando solo a los dos miembros importantes de The Melvins solos de nuevo. King Buzzo y Dale Crover, juntos en la banda desde 1984, en la búsqueda de continuar con su particular visión de la música decidieron hacer un fichaje (dos en concreto) procedentes de Seattle. Hablamos del dúo ruidista Big Business, que completaron la propuesta pasando a tener un dúo de baterías mas una guitarra mas otro bajo.
En principio, esto pintaba a otro disco inaccesible de los de Montesano, pero muy en contra de lo esperado estamos ante uno de los discos mas accesibles en la carrera de estos pervertidos musicales. Y es que, «(A) Senile Animal» es un verdadero trallazo sonoro, repleto de riffs rock saliendo de la guitarra de King Buzzo y un juego de baterías realmente magnífico, como resultado de esa continua búsqueda y exploración de Dale Crover, usando un sonido similar al usado en el «Millenium Monsterwork 2000» de la superbanda: The Fantômas Melvins Big Band.
Aún así, que nadie se asuste. Hay para todos, ya que otros temas mucho más extraños y locos entran en juego en el disco. «Blood Witch» con un ritmo cortante de batería, «The Mechanical Bride» o «A History Of Bad Men» con un registro en la guitarra de Buzzo bien distinto al potente riff de guitarra de los temas anteriormente comentados, son dichos ejemplos. El disco acaba también con «A Vast Filthy Prison», el tema más extraño y hostil del disco.
Por tanto, regreso por la puerta grande de Buzzo y Crover, sin Rutmanis, pero con dos fichajes a los que le han sabido sacar todo el partido. Como decimos, un disco que básicamente podríamos clasificar como rock (un verdadero trallazo de rock duro para ser mas exactos) y alejarlos de locuras y ruidos varios como nos tienen acostumbrados, pero que además podemos asegurar que tiene mucho más que lo que en principio puede parecer.