Hay quien defiende que el tercer disco de una banda es clave para evaluar su trascendencia. Las pamplonicas Melenas saldrían ciertamente fortalecidas de esta teoría. Y es que el cuarteto navarro llega con un disco en el que sus devaneos con los teclados analógicos alunizan directamente en el kraut-pop. Sobre la pista nos pusieron en algunos temas de «Días Raros» y sobre todo con la versión «Osa Polar» de Grauzone, que lanzaron en 2021. Poseídas por este sonido, han grabado un disco lleno de luz que contrasta con sonidos fríos.
«Ahora» está muy bien estructurado para una escucha del tirón, pero si nos paramos a diseccionarlo podemos dividirlo entre cortes ambientales que se sumergen en esa hipnosis de marca germánica y lo que vienen a ser los hits pop arreglados con buenas dosis de sintetizadores analógicos. En esta segunda categoría es imposible no destacar «Bang», un temazo que lleva a Kraftwerk y Neu! al carpe diem más rabioso y pop. Tras este hit de primera escucha se esconden otros tantos que van crepitando en el fondo de nuestra cabeza, como la igualmente vitalista «Tú y yo» o esa ensoñadora maravilla que es «1986» con sintetizadores fulgurantes y retazos de las advertencias en vano que en su infancia les hacían ama y aita. También cabe destacar la guitarrera «Mal», que entronca este valiente salto a la psicodelia kraut con sus raíces de garaje shoegazero y que, como curiosidad, está inspirada en el hit antilaboral de Nerve Agent «Trabajar? Una Mierda».
Esto no quiere decir que el resto del disco sean descartes ni interludios, sino mantras en los que merece la pena sumergirse, desde la gravedad robótica de la inicial «Ahora», el kraftwerkiano viaje sin moverse del sitio «Dos Pasajeros», el hipnótico despliegue vocal de «Flor de la Frontera» o el lento amanecer de «Promesas». Y es que es la conjugación de esta electrónica tan fría con la calidez de voz principal y la superposición de coros al más puro estilo del dream pop, lo que otorga a «Ahora» una entidad muy especial y evoca comparaciones a bandas tan icónicas como Stereolab (es innegable el parecido de la entonación a la de Laetitia Sadier).
Melenas ya despertaron la atención de la escena independiente internacional desde sus comienzos, pero es ahora cuando firman su mejor disco de largo y se desmarcan del revival shoegaze con un sonido propio, sugerente e incluso adictivo.