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Madee – L’ Antarctica

Madee - L' Antarctica portada
Bcore, 2007
Productor: Santi Garcia
Banda: Ramon, Pep, Lluis, Marc, Adam y Capi (Enric Montefusco, Iban Puigfel...)

Géneros: , ,

8.6

La de Madee es una de esas carreras que avanza sin hacer mucho ruido y de repente, ¡zas! te encuentras con cuatro discos diferentes, notables y sobre todo personales dentro del panorama indie nacional. Porque Madee no se han planteado desde un principio como una banda lo-fi, ni emo, ni de pop ochentero, ni post-rock… por eso han sabido vascular por diferentes estadios y aterrizar una vez más, en 2007 con otro disco. Otro disco notable, claro que sí.

L’Antarctica es un disco oscuro pero lleno de recovecos de luz, más melancólico que depresivo y tal vez más que nunca, emocional. La banda, que siempre ha tenido a Sunny Day Real Estate en un altar ha llegado incluso a hacer migas con Jeremy Enigk hecho que les sitúa como punta de lanza del emo indie nacional, si no lo eran ya desde hace tiempo. En esto, la encantadora voz de Ramón siempre ha tenido mucho que ver. Su uso ha mejorado, pero el salto cualitativo brutal es a nivel de arreglos instrumentales. No hay más que escuchar la inicial «Transference #2» para estremecerse cuando la atmósfera dinámica de piano se ve amenazada por los trombones, que a su vez añaden un toque juguetón.

Y es que desde la portada, L’Antarctica se muestra como un disco frágil, inocente, de añoranza de la infancia, ese tiempo en que todo, comenzando por las relaciones humanas, era mucho más fácil y natural. Por eso también vuelven en parte al pop más sencillo. «Polonium» nos recuerda a la etapa en que U2 y Echo & The Bunnymen eran influencias más patentes. Pop con garra y envolturas progresivas y sintetizadores aplicados a la melodía. Algo más de The Cure cruzados con la experimentación de Orion’s Belt hay en «L’Antarctica». Por su parte «I Am A Green Swimming Pool» tiene unas maneras muy pop (hasta los Cranberries se cruzan por la mente) que son salvadas de lo típico por juguetones xilófonos y trombones.

Sin salir de Reino Unido, «A Lack of Bravery (Transference)» puede comenzar recordando a Radiohead con sus inquietantes calmas instrumentales pero pronto el espejismo se desvanece para tomar un referente mucho más cercano. Concretamente el post-hardcore de Standstill cuya tensión es recreada tanto instrumentalmente como con la ayuda vocal de un Enric. Se puede decir que el tema logra hacer de esa alienación que Standstill exploró y aparcó en el disco homónimo, algo bello.

La parte poderosa del disco resulta más optimista. Son canciones como «The Wounded», con el pulso de los propios SDRE y con Ramón afrontando las vicisitudes con la fuerza de su voz. Sobrecogedores los juegos de coros con la instrumentación, que retrocede y vuelve a atacar como la fuerza de las mareas. Meditativa es «Avalanche», que vuelve a los mantos de nieve progresivos.

El toque indie-rock más americano de «Yr Demons» supone mi personal favorita, porque rebosa un optimismo desatado, campanilleante y casi irreal, que además reverdece el poso dejado por la banda paralela de Ramón Rodríguez y Santi García quién, como no, también produce este. Y la otra cara de lo mejor del disco son Madee en su momento más desnudo y acústico. Los escalofríos que producen los apenas dos minutos de «Mu» o los tres y medio de «Drive Away» (¿canción del invierno?) terminan de convertir este L’Antarctica en uno de los cúmulos de emociones sonoras más gratos de los últimos tiempos.

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1 de enero de 2007