Kevin Devine es un músico neoyorquino que se balancea entre el concepto de cantautor y el de banda de indie-rock. Giras con Brand New o Manchester Orchestra han terminado de ponerle un poco en tierra de nadie y su vertiente emo es seguramente la que le ganó un puesto como telonero de la gira de reunión de The Get Up Kids el pasado año. Todas estas cosas tienen su reflejo en su cuarto disco «Brother’s Blood», donde el folk y el intimismo se dan cita con algunos tics del indie-rock noventero.
El disco está definitivamente envuelto por un cariz de folk indie, que arranca con la delicada y emotiva «All of Everything, Erased» y finaliza con «Tomorrow’s Just Too Late», ambas en un tono próximo a Elliot Smith, figura que sin duda marcado a Devine, si bien sus composiciones no cuentan con la misma densidad. A excepción tal vez de «Fever Moon», situada en un ambiente de tasca fronteriza. Sin moverse de estos parámetros pero abrazando la placidez, «Hand of God (when you breathe, breathe)» es un country-pop muy animado, mientras que la relajada «Murphy’s Song» se endulza con coros y silbidos.
Al hablar de su vertiente emo, Death Cab For Cutie parecen un referente determinante en el envolvente pop indie de «Time to Burn (another bag of bones)» y algo menos en la desenchufada «It’s Only Your Life». En cambio «I Could Be With Anyone» se motiva sacando una vena más rockera sin dejar de lado las melodías vocales y de teclado entre unos Get Up Kids y unos Thermals.
Este sonido entronca con el de «Carnival» uno de los más escalofriantes y rockeros números del disco. Comienza con una acústica y una voz suave recordando a Built to Spill y va alcanzando diferentes dosis de drama siempre dentro de un clima confortable y melódico. Es su tema más indie-rock (el dominio del bajo lo dice todo) y en algún momento acercándose al final entran en juego incluso influencias como Weezer y Pavement. «Brother’s Blood», más desnuda saca por completo su faceta de cantautor emo, pero su largo desarrollo de guitarras sobre un colchón de relativa calma le acerca de nuevo a Built to Spill y Modest Mouse. «Yr Husband» de nuevo carga las guitarras con líneas etéreas que recuerdan a los Pixies.
Brother’s Blood es un disco de canciones elegantes, mayormente delicadas y que transmite agradables sensaciones. Tal vez la única pega es su excesivo apego por los ambientes de cantautor, cuando sin duda la electricidad es protagonista de los mejores momentos.