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FIDLAR – Fidlar

FIDLAR - Fidlar portada
Mom & Pop, 2013
Banda: Max Kuehn, Elvis Kuehn, Zac Carper, Brandon Schwartzel

Géneros: , , , , , , ,

7.0

Pocos nuevos grupos tan hijos de su época como FIDLAR se me ocurren. Este cuarteto de Los Angeles (dos de ellos hijos del teclista de TSOL a modo de curiosidad) bebe de la cultura pop de ahora, de la de los hipsters haciendo punk, de la del garaje retro molón, de la del salto del DIY a petarlo por el mundo o incluso simultanear ambas cosas. Al mismo tiempo sus canciones se alimentan de lo de siempre, adolescencia efervescente en aburridos entornos urbanos cuyas reglas hay que romper para pasarlo bien. Así que líricamente poca novedad hay si hemos visto el auge de otras bandas de garaje triunfar en un indie ya no tan indie, mientras se reivindica a Black Flag y de repente todos pogueamos con OFF! o Trash Talk en festivales de aquel «género».

Y es que FIDLAR se dieron a conocer con su himno hardcore-pop «Cheap Beer», con una línea del estribillo tal que «yo bebo cerveza barata ¿y qué? ¡que te jodan!». No hay que buscarle muchas vueltas, al fín y al cabo sus siglas responden a «Fuck it, dog. Life’s a risk», una frase por lo visto del slang skater angelino. No han venido a filosofar sino a hacer su propia versión del ruido donde caben el alcohol y las drogas, el skate, el rock garajero y el punk, también, pero no tanto como aquel ladrado adelanto parecía dejar ver. Tan sólo la festiva «Wake Bake State» y la final catarsis psicoruidosa de «Cocaine» volverán a utilizar este registro del grito rasgado.

«No Waves», uno de los mejores temas, tiene que ser por fuerza un título con segundas intenciones porque es difícil hacer un tema tan mimético al estilo de Nathan Williams (aka Wavves). Y no es que Wavves haya inventado la rueda pero no sólo su pop-punk surfero y acelerado está aquí, sino también las palmadas, la voz filtrada y casi cualquier otro tic. Lo acompañan con un piano que redondea uno de los mejores temas del disco y seguramente de la temporada. En parecida senda e incluso tirando al pop-punk sin ningún rubor se sitúa «5 to 9».

Otra influencia resulta aún más clave, la de los Black Lips, que surcan la mayor parte del disco con ese garaje más o menos punk, más o menos psicodélico dejando joyas como «Blackout Studs» o «Wait for the Man», dos de los cortes más sobresalientes. El garaje es clave y harán uso de los típicas progresiones de los Sonics de toda la vida en «Stoked and bored» o le darán un toque punk en «White on white» o rockero pero con deje hardcoreta en «Whore».

A veces rebajan el pistón para dar con el surf-pop «Max Can’t Surf» o «Gimmie Something» e incluso algún número más clasicote como «LDA» que parece denotar que por mucho que hagan del cachondeo y del no pensar nada dos veces su bandera, rasgos de madurez ya hay en este primer largo. Y es una observación positiva, de las que augura futuro en el rock. La oscura «Paycheck» también entraría dentro de esta categoría con sus densos riffs.

Resumiendo, que FIDLAR llevaban un tiempo ganando fama a base de singles esporádicos e infames vídeos subidos por ellos mismos a Youtube y este debut sufre el síndrome del disco puzzle. Parte de las mejores canciones ya las conocíamos y son alternadas con relleno correcto pero ante el cual la memoria se muestra más impermeable. Quizá por eso, porque esto ya lo hemos oído tantas veces, «Fidlar» es una carta de presentación amena, pero viniendo de un grupo que tanto invoca a las fiestas, se queda algo corta.

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1 de enero de 2013