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Deftones – Gore

Deftones - Gore portada
Reprise, 2016
Productor: Matt Hyde
Banda: Chino Moreno, Stepehn Carpenter, Abe Cunningham, Frank Delgado, Sergio Vega

Géneros: ,

7.5

El peso de vivir a la sombra del seminal «White Pony», puñetazo elegante a la mediocridad metálica de su época, es algo que ha bendecido y a la vez lastrado la carrera de Deftones. Desde entonces la banda intenta con más o menos acierto, aunque siempre con gracia, replicar esas mismas sensaciones. En el camino, ha expandido su universo generando un sonido muy reconocible y por supuesto, querido. Es quizá por esto que la relativa evolución melódica que se puede ver en «Gore», es agridulce.

Y es que pese al bautizo, no le sobra víscera a la última obra de los de Sacramento. «Gore» rompe la tónica sonora de «Diamond Eyes» y «Koi No Yokan» para regresar a algo que dejaron a medio cocinar en «Saturday Night Wrist». Pero lejos de mejorar el resultado de aquel, aquí vemos a un quinteto que intenta reivindicar el pop de barnices sintéticos y los tempos calmados sin emocionar, mientras lucha por mantener esa fórmula calma-tormenta con forzados cambios.

Si a la banda no se le puede acusar de algo es de inmovilismo. Pero claro, intentarlo no lo es todo y esto queda patente en temas que son más estructura y textura («Pittura Infamante», «Geometric Headdress») que corazón. Algo nos temíamos cuando adelantaron «Doomed User», puro sonido Deftones pero desde la incongruencia orgánica. Ese es a menudo el problema de «Gore», todas las canciones tienen algún detalle genial, un riff alucinante, un estribillo luminoso, un clímax triunfante… pero parecen esquivarse continuamente para no coincidir en una misma canción.

No siempre es así. Sí que hay temas que nos levantan del asiento. Uno es el clima de rock alternativo noventero de «Acid Hologram» donde luz y oscuridad casan de modo natural, creando esos momentos de aterciopelada épica tan marca de la casa. Es precisamente el medio tiempo lo que mejor les funciona, siendo «Hearts / Wires» el tema central, no sólo por posición del disco. Es terreno familiar y les sale muy bien. En cuanto a esa zona más melódica y espacial que exploran, hay de cal y arena. La cosa les sale a pedir de boca en «(L)MIRL», uno de esos temas que sería la envidia en cualquier disco nuevo de Smashing Pumpkins. Suena optimista dentro de la densidad y quizá por ello sorprende que no sea aquí la colaboración de Jerry Cantrell, sino en la más experimental «Phantom Bride», que el de Seattle hace suyo con un solo que junto a los oscuros riffs de Carpenter genera un amenazante contraste final.

El resto se quedan en ideas que no culminan. Las correctas «Prayers / Triangles» y «Rubicon», apertura y cierre del disco hacen gala de sonidos a lo 30 Seconds to Mars y Thrice respectivamente y aunque en el segundo caso no tiene por qué ser necesariamente negativo, positivo tampoco es. Ambas agradables, tanto como «Xenon» y su molón riff o «Gore», apropiado ejemplo del cubo de rubik a medias que parece el disco. Y no se me entienda mal, Deftones han jugado a menudo a eso, a crear belleza a partir de mezclas bruscas. Se me viene a la cabeza aquella osada «Hexagram» por ejemplo. Poco de eso hay aquí.

Es «Gore» sin embargo un disco de Deftones pese a todo. Es decir, cuenta con un sonido propio que al fan resultará agradable y que crece con la familiaridad de las escuchas. Pero basta la comparación de sus mejores temas con los más sobresalientes de sus últimas obras (lease «Xerces», «Beauty School» o «Leathers», por decir tres) para concluir que «Gore», pese a puntuales cantos de sirena, es uno de sus momentos flojos. Las diferencias entre Chino Moreno y Stephen Carpenter deben llegar a un punto de mayor entendimiento y apreciación mutuos para que el rumbo de la banda continúe firme.

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1 de enero de 2016