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California X – Nights in the Dark

California X - Nights in the Dark portada
Don Giovanni, 2015
Productor: Justin Pizzoferrato
Banda: Lemmy, Dan, Coal, Zack

Géneros: , , ,

7.4

Enmarcado en un claro revival de los 90 y el proto-grunge, California X debutaron con un delicioso disco que mezclaba fuzz y punk-rock con una espontaneidad pop que asombraba. Se trataba de uno de esos debuts peligrosos, que dejan todo tan dicho que sabes que el siguiente capítulo va a ser doloroso.

«Nights in the Dark», con ese título y portada, puede darnos ciertas pistas de lo que ha cambiado. Continúa habiendo alegría de vivir, pero hay un tono diferente. Maduro es mucho decir, pero sí más meditado y misterioso para una banda que quizá se ha planteado que no quiere ser tan fácilmente comparada. Eso está bien para un rato, pero no para construir una carrera.

El camino del disco parece estar construido sobre esta premisa de huida hacia adelante. Tanto la apertura de «Nights in the Dark» como «Red Planet» pavimentan una perfecta bifurcación desde su debut. Punk-rock vivaz y melódico de guitarras que coquetean con el metal, esa quintaesencia que unía a Nirvana con Dinosaur Jr., por citar un par. Quizá «Red Planet» incluso nos ponga sobre una pista falsa, al acercarse al himno festivo a golpe de coro más propio de unos Japandroids.

Pero es entonces cuando tenemos que olvidarnos del concepto todo-singles de su debut. El interludio acústico-desértico de «Ayla’s Song» rompe el clímax hiperactivo y nos lleva a «Hadley, MA», un notabilísimo medio tiempo postgrunge que aprobarían lo mismo J.Mascis, que Rivers Cuomo y hasta Slash, merced a ese desacomplejado solo. La banda ha pasado de trío a cuarteto y esta apuesta por los solos de guitarra no puede ser más evidente en «Blackrazor (pt.1)», un ralentizado y oscuro stoner que termina de romper el ritmo del disco. De nada servirán los bríos de su segunda parte, en la que conjugan muy claramente punk-rock con rock setentero y una construcción más en función del flujo instrumental que del estribillo.

Otra separación chamánica (alguien ha estado escuchando Kyuss), «Garlic Road», nos llevará a la dupla final, compuesta por más guitarreo grave, crujiente y alucinógeno («Summer Wall pt.1») y finalmente tal vez el tema decisivo del disco y el que sin embargo nos rompe los esquemas de la evolución observada. Porque en «Summer Wall pt.2» la banda dulcifica su sonido y sobre todo su garganta en la búsqueda de un sonido proclive a The Smiths, sin abandonar su colchón de electricidad.

Y así, termina un disco en el que California X van de un punto álgido a otro, pero encontrando ciertos escollos en el camino que rompen la escucha. Se duermen en los laureles de la lentitud más tiempo del que su dominio de ella de momento merece. El resultado es la sensación de un puñado de buenas canciones aisladas entre interludios y medios tiempos que tampoco aportan el aire conceptual buscado. Lo que parece claro es el mayor peso del rock setentero, la psicodelia y las jams en sus prioridades. No sorprenderá si en un supuesto tercer disco el término «grunge» ha desaparecido, como ya lo ha hecho el «indie-rock».

 

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1 de enero de 2015