/Reseñas///

Berri Txarrak – Payola

Berri Txarrak - Payola portada
Roadrunner, 2009
Productor: Steve Albini
Banda: Gorka Urbizu, Aitor Goikoetxea, David Gonzalez

Géneros: , ,

7.7

Con el orgullo de haberse convertido en seguramente la banda euskaldun más popular en el rock a nivel nacional, Berri Txarrak regresan con su ya sexto disco de estudio y siguen a lo suyo pero sin dejarse llevar por su propia corriente. Si Jaio.Musika.Hil marcaba una senda más melódica tras el frenético Libre(c), esta vez el trío, con nueva incorporación al bajo, ha puesto su vista en sonidos más rocosos, sucios y pesados. Esto marca el disco desde el comienzo a ritmo trepidante de «Folklore» y «Gure Dekadentziaren Onenean», dos temas de aires punk-rockeros, género que siempre ha estado en la paleta de los navarros pero tal vez nunca así de directo.

Son temas que pasan sin pena ni gloria para lo que viene siendo el repertorio del trío y eso lo notamos al comparar con «Achtung!!!», a la par en cuanto a velocidad y fuerza pero mucho más rico en matices y melodías. Es además uno de los temas en donde más notamos el sucio sonido de la batería, no sabemos si a petición de la banda o sugerido por el mítico ingeniero de sonido Steve Albini, cuyos estudios en Chicago la banda visitó para grabar el disco. Y es que los amantes de la limpieza seguramente no estén muy contentos con este disco de BTX, por otro lado el que más tono de directo tiene.

El rock pesado, generalmente asociado al stoner en estos días tiene una presencia clara en el disco. «Dortoken Mendean», single de adelanto fue un signo claro de esto, una curiosa fusión de los riffs que nos suenan con ecos de algún lugar entre Los Angeles y el desierto californiano y el componente melódico del emo indie que aporta la voz de Gorka. El escurridizo riff de la por otro lado fresca y desinhibida «Payola» confirman este giro al rock rotundo dentro de su universo alternativo. Más aún se puede decir del riff inicial de «Paperezkoa», de herencia setentera y digno también de su admirado Tom Morello. «Etorkizuneko Aurrekari Guztiak» es el perfecto caso de canción prácticamente perfecta en las estrofas y con pérdida de fuelle en el estribillo, esplendida a nivel instrumental.

El final del disco regresa al reconocible estilo BTX, con «Hasi eta Bukatu», que no nos suena novedoso pero sin duda nos suena bien, velocidad, parones con adictivos y melódicos riffs y Gorka cantando con urgencia y esa peculiar mezcla de tristeza y optimismo. Es más o menos la tónica de «Maravillas», siendo esta última un poco más sofisticada con esos remansos de instrumentación oscura. «Arren Darwish» se va tanto al poder del riff que incluso se introduce en los ya lejanos para la banda terrenos del metal, que consiguen manejar perfectamente y quedar muy lejos de sonar a cliché. Eso si, para el cierre con «Jainko Ateoa» que de nuevo abre con un riff a lo stoner nos llega a parecer excesiva la explotación de este sonido (y del patrón de abrir canción con riff lento) dentro de un mismo disco.

Lo que no podemos dejar de reconocer es que Berri Txarrak han vuelto a hacer un disco con suficientes virtudes para figurar en lo más alto del rock alternativo nacional. Sin embargo en el proceso han perdido frescura y los riffs gordos han engullido en gran medida las melodías pegadizas que nos han regalado en los últimos años. Tampoco podemos dejar de tener la sensación de que han ido a grabar con Steve Albini un álbum poco indicado, siendo su disco de sonidos rockeros más clásicos cuando los Electrical Audio destacan por haber despachado discos con un componente de experimentación importante. No obstante es de reconocer a la banda que lejos de acomodarse ha hecho un esfuerzo por explorar nuevos campos nada coincidentes con la moda del rock actual.

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1 de enero de 2009