Tras tener en estima su primer trabajo entre lo mejor del rock alternativo nacional de 2005, eran ya ganas de ver en directo a Zoo, tres quintas partes de lo que fue Nuevenoventaycinco, uno de los referentes del hardcore de nuestro país. En esta ocasión era en Bilbao, en una bien acondicionada aunque un tanto holgada Rockstar (que muy «rock» no es, lo que se dice) para el público presente.
Abrieron los locales Whitewood, que contaban con un público de amigos y allegados a su favor y que al día siguiente acompañarían al trío de nuevo en Donosti. A pesar de su juventud también dieron sus primeros pasos en terrenos más agresivos para definitivamente abrazar un sonido pop-rock muy basado en el teclado y con unas influencias reconocidas desde Coldplay o Radiohead hasta Elton John o Sting. Los desaparecidos Piratas podrían ser un referente relativamente cercano, curiosamente algo que también se nota en Zoo, pese a que el sonido de las dos bandas de la noche poco tiene que ver.
Whitewood se mostraron pues agradecidos por la ocasión y presentaron temas como «Todas las cosas que dijiste ayer», «Sigues Huyendo» o la potente «Insúltame», demostrando una solidez en directo bastante superior a la sensación más ligera que desprenden los temas de la demo. Un aire diferente pues, en el que creo que tuvo bastante que ver la batería. Lo que no puede es dudarse es de su capacidad melódica y servidor se encontró moviendo los labios en algún que otro tema, sin conocerlo previamente. Habrá que seguirles la pista… otro de esos grupos que deberían tener su lugar en las FMs.
Con este inesperado buen sabor de boca, minutos después salieron los Zoo que lo dieron todo, sólo les faltó ponerse el ya famoso uniforme. Comenzaron apostando fuerte con «¿Donde Estáis?» mi favorita del disco, tanto a nivel lírico como musical y después vino «Tu Mensaje», un retrato de la alienación (concepto muy ligado a los textos de la banda) que nos producen las nuevas tecnologías de la comunicación. Así, poco a poco fueron desgranando temas como «Mi habitación se ríe de mi», «Esa parte del mundo», «Perdido en la espiral», «Nuevas Formas», «En el espejo» y «Hombres de papel», siempre amplificando la rabia y la sensación desangelada del disco.
El trío ejecutó los temas con sentimiento, ciertas dosis de improvisación que no actuaban en contra de la instantaneidad de las canciones y sobre todo una pasión por los efectos electrónicos que apostaría a que en un futuro irá a más, visto que incluso se atreven a hacer bolos como DJs. Además, ya nos avisaron de que para esta ocasión se habrían traído los «cacharros» y que estaban muy contentos, en referencia a su anterior visita a tierras vizcaínas.
La despedida llegaría como no con el single «Música del descontento», alargada con una parte instrumental adicional y como cierre final la excelente versión en tono casi psychobilly (si hubiera contrabajo en vez de bajo sería indudable) de «These Boots Were made For Walking» que Lee Hazelwood escribiera para Nancy Sinatra y que deja claro que para ellos los encorsetados patrones del hardcore ya no valen. Curiosamente el tema más coreado de la noche.
Si bien sólo quedaron en el tintero un par de temas de su debut, el concierto podría haber durado un poco más, quién sabe si con alguna otra versión o alguna adaptación de su antigua banda. Pero revivir el pasado parece que no entra en los planes del trío, cosa que lamentamos pero comprendemos. Un gran concierto en definitiva, la única pena, el ambiente que no acabó de cuajar en una buena pero demasiado grande para los que allí nos reunimos. Esperemos que en otra ocasión la puedan llenar.