/Crónicas///

Unsane – Bilbao (19/06/2012)

7.8
Azkena, Medio aforo corto
Precio: 16.5/18 €

La cita se revelaba clave para los amantes del noise-rock. Big Business como teloneros y los veteranísimos Unsane, como plato principal. Dos bandas con mucho que ver que demuestran como la división costa este/oeste de Estados Unidos es sólo para quién quiere limitarse a su entorno. Los de Seattle, famosos compinches de Melvins en los últimos tiempos, llegaban esta vez en formación de trío con Scott Martin (400 Blows) como guitarrista.

Lo primero que llama la atención de su cantante y bajista Jared Warren es que ya parece por su peinado, un aprendiz de Buzz Osbourne, aunque maneje otro instrumento. Está claro que entre Melvins, Torche y esta caterva de bandas que gira en torno al sludge más inconformista está lo suyo, aunque aquello sonaba muy alto y poco definido. Circunstancia que nos hizo el concierto monótono y tedioso, prácticamente exento de melodías vocales. Una pena viniendo de un grupo que nos gusta y de cuyos músicos no dudamos ni un ápice, especialmente del magnífico Coady Willis, hábil batería y además, cantante, con ese micro de teleoperador.

Unsane supieron medir mucho mejor y pese a contar con un volumen atronador, hicieron perfectamente discernible ese noise-punk metalizado y oxidado demostrando de paso su gran forma como compositores. Y es que nuevos trallazos como la agitada «Rat» no desmerecen nada de sus anteriores discos. Con ella, abrieron un recital de riffs arrastrados en que se dieron mano hardcore ralentizado, lo más harapiento y crudo del grunge y un metal incendiario pero desprovisto de pretensiones.

Una pena que no pudiéramos contar con la arrolladora «No Chance» pero vemos que en formato trío es imposible que Chris Spencer combine guitarra y armónica. Aunque sí que sacó la armónica en una ocasión pero en la atmósfera mucho más relajada del comienzo de «Alleged». Y ya que hablamos de instrumentos tenemos que destacar la presencia a las baquetas de Coady Willis que al parecer suplía a su batería en esta gira europea. Es de suponer que esto también es una limitación para el setlist a confeccionar, aunque Willis estuvo tan impecable que si no le conociéramos no hubiéramos notado nada raro.

Así, hubo paradas en Visqueen («Against the Grain»), Occupational Hazard («Sick») o Scattered, Smothered & Covered («Scrape», una de las acogidas con mayor calidez) para dar una muestra testimonial de una carrera de fondo en los sonidos más agresivos pero intensos y sónicamente interesantes. Y esta intensidad es la que refleja esa cara de Spencer escupiendo sus oscuras letras, una mirada de psicópata que entre canción y canción se convierte en sonrisas y agradecimientos al público. Por cierto bastante corto para una noche con dos bandas de esta talla.

Terminaron con una de las joyas de su último disco, la desquiciada versión de Flipper «Ha Ha Ha». Más ágil que en disco, más punk-rock y, por tanto, más próxima a la original, sonó con las voces de los tres miembros de la banda para crear ese clima perverso y sin embargo, más animado que el resto de su repertorio. Repertorio que se nos quedó muy corto.

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19 de junio de 2012