A estas alturas, tras haberlos visto en más ocasiones de los que una mano puede contar, un servidor no espera que un concierto de Triángulo de Amor Bizarro le sorprenda, por lo que debe basar su juicio en los nuevos matices de su música, siempre mutable y en constante evolución, y en su ejecución en directo, en la que se puede confiar casi a ciegas y que sigue siendo un espectáculo con pocos rivales a nivel estatal (o incluso internacional) por su profesionalidad, sonido y arrojo.
El cuarteto gallego llegaba a Sevilla para presentar su excelente “Victoria Mística” ante una, de nuevo, abarrotada Malandar. Y es que, aunque no es infrecuente verlos por estos lares, todavía no habían pasado por la capital andaluza a presentar sus nuevas canciones, aunque llevaran ya tiempo tocando algunas como comprobamos en aquel experimental concierto durante el Festival de Cine de 2012. Una muestra más de que la banda no teme probar temas nuevos en desarrollo, años antes de que queden recogidos en formato oficial.
Arrancaron de manera segura con un par de clásicos, “La malicia de las especies protegidas” y “El himno de la bala”, con los que conectaron de inmediato con el público, antes de encarar ya su nuevo trabajo con “Enemigos del espíritu”. Ya de primeras fueron palpables varios cambios en cuanto a ritmo, distorsión e incluso melodía de los temas más antiguos adaptándolos a los nuevos tiempos más concretos, en los que los se deja espacio para no ahogar los momentos más pop.
Así pudimos escuchar perfectamente la voz de Isa y los teclados de Zippo, con los que pareció tener un pequeño percance al principio, en “Un rayo de sol” y “Delirio místico”, enlazadas sin interrupción en uno de los momentos cumbres de la noche. Incluso nos pareció escuchar mejor la voz de Rodrigo, ya no tan presente ahora que su compañera ha ganado protagonismo en este aspecto, aunque apenas cantara fuera de la maraña de ruido en ningún momento; a dueto o solo en temas como «Clara» y “Robo tu tiempo”, que muestran su faceta más experimental y kraut. En la segunda además, y por primera vez, subió un invitado a tocar con ellos: su barbudo técnico de sonido al saxo (!).
Isa volvió a hacerse dueña de la noche con “El fantasma de la transición”, “De la monarquía a la criptocracia” y “Estrellas místicas”, sus tres himnos ‘for the masses’ por antonomasia tocados seguidos para el regocijo de muchos. Dejaron para el último tercio algunas de sus imprescindibles como “Amigos del género humano” o “El crimen: cómo ocurre y cómo remediarlo”; y terminaron de repasar su último disco, que sonó entero, destacando un nuevo clásico como es ya “Ellas se burlaron de mi magia” y la tormenta sónica final con Rodrigo por los suelos en “La hispano marcha-La banca paga”, dejando claro que son un grupo de rock ante todo.
A pesar de haber cumplido ya de sobras y de no esperárnoslo, volvieron para un bis y, como no pudo ser de otra manera con la bajista dedicándoselo a todos los ‘hijos de puta’, sonó “¿Quiénes son los curanderos?”, que sigue estando de máxima actualidad si no más aún. Por primera vez en un concierto de Triángulo echamos temas en falta, aunque no sobró nada. Lo que significa que poseen ya una colección de canciones infalible y que su presente es tan válido como su pasado. Y creedme que de muy pocos grupos puede decirse esto.