A estas alturas nos cuesta deshacernos en nuevos halagos hacia Triángulo de Amor Bizarro. El cuarteto gallego nos sonó refrescante de primeras, nos trituró los sesos con su segundo disco y tras marear un poco la perdiz (de las famosas sesiones con Sonic Boom sólo editaron un single) por fin se encuentran a las puertas de lanzar su tercer largo «Victoria Mística», del que tan sólo nos han avanzado la industriosa «Robo tu tiempo». Ya habían dejado caer que era una rara avis dentro del disco, pero aún así había ganas por saber qué senda iban a tomar.
Antes de arrojar algo de luz sobre este tema teníamos a los siempre solventes Sonic Trash, banda relativamente nueva que porta el germen de Ya Te Digo y parte de esas influencias que se puede decir que han virado desde el indie-rock ruidoso hacia un rock en letras más grandes, con mucha impronta noventera pero también más clásica. Ahí estuvo en este caso la versión del «Loose» de los Stooges para dar cuenta de ello. El público, que cuando empezaron su recital aún estaba lejos de llenar la sala, se mostró mayormente frío, pero ellos cumplieron con la más profesional de las actitudes underground y se les notó como de costumbre pasarlo bien sobre el escenario. Culminaron con su psicodélico single «Hey Chica» con el que abandonaron el escenario hasta quedar sólo su batería, encargada de truncar el ritmo.
Ya el aspecto de la sala parecía otra cosa cuando les tocaba salir a los coruñeses, aunque alcanzaría su mayor lleno al poco de empezar el concierto. Ahí estaban Rodrigo con su camiseta de Rambo e Isa, centro de todas las miradas, con los ojos pintados y una pluma multicolor al hombro. La pareja constituye ese nucleo principal de una banda que ha crecido mucho en directo gracias a la inclusión de Rafa a la batería y Zippo al teclado y guitarra. Dieron el pistoletazo de salida con «La Malicia de las Especies Protegidas» a un setlist que se antoja cada vez más variado, en el que se equilibran los dos primeros discos y se da paso a nuevos temas.
Así celebrados hits como «El Himno de la Bala» o «Amigos del Género Humano» daban paso a sonidos inéditos que no se molestaron en presentarnos, ni siquiera aclarar que eran nuevas. Primero cayó una que explotaba su vena más pop-punk, en la onda de los primeros Los Planetas y con ecos también a The Pains of Being Pure at Heart. Después una (o quizás dos) que comenzó con tonos hipnóticos y psicodelia para estallar en el ruido más salvaje y finalmente rearrancar como indie-rock ácido que nos recordó esta vez a los primeros El Inquilino. Siguieron con su repertorio más calmado («Estrella azul de España», «Super Castlevania IV») antes de que sonase otra nueva, esta vez con un marcado toque kraut y escalofriantes barnices noise. Por las letras no nos preguntéis, no entendimos prácticamente nada.
La estampa de la banda, conocida: el batería siempre abriendo y cerrando la boca como un esforzado medidor de la intensidad del ritmo; el teclista, alternando entre los chulescos giros de muñeca y el rasgueo de guitarras según toque; Rodrigo muy concentrado en su guitarra y pedales, cuando no acercándose con los ojos entrecerrados al micrófono; y por supuesto Isa con sus despistes, sus jugueteos y comentarios inesperados. Como esa revelación en sueños que tuvo con Rosa de España que le daría fuerzas para cantar bien los mayores hits melódicos de la banda, «El Fantasma de la Transición» y «De la Monarquía a la Criptocracia». Entre las novedades podríamos también contar «Ellas se Burlaron de mi Magia» que adaptaron muy bien en directo pese a su atropellado tempo y letras, aunque esos coros finales tan a lo Pixies no fueran tan audibles como en estudio.
El final, crudo, sin bises, rematado con ruido revienta-oídos, lo reservaron al punk bailable de «Isa vs. el Partido Humanista», la siempre coreada «El Crimen» y otro nuevo tema que fue magnífico cierre y probablemente se encuentre entre lo más rockero de su repertorio hasta ahora, con ritmos gruesos y mayor peso en la contundencia que en las atmósferas. Un final a un gran repertorio que sólo nos queda desear lo vayan cambiando mucho, porque sólo tendrán dos discos y uno por editar, pero cada tema de sus dos primeras referencias es un hit a su manera y nos dolería mucho perdernos temas como «El culto al cargo» o la propia «Año Santo». Y que se animen también en directo con esa citada «Robo tu tiempo» qué mejor homenaje al pasado industrial de Bizkaia hubiera sido.
En definitiva, esta primera fecha de la nueva gira de los gallegos en Bilbao venía lastrada en cierto modo por el fulgurante paso de apenas 30 minutos en la madrugada del pasado BBK Live, concierto que dejó en evidencia a tantos artistas internacionales del cartel. Ante la comparativa, el ambiente en la sala no fue tan festivo (pese a ser, irónicamente una fiesta de presentación, del MAZ Basauri), pero dejaron el listón bien alto, al nivel de una banda definitoria del indie-rock. Mentiría si dijera que sólo del español.