Éxito incontestable de público la cuarta edición del Festival S.O.S 4.8 de Murcia, tanto que en algunos momentos esto se convirtió en un handicap que dificultó disfrutar de algunos de los conciertos del festival. No obstante hay que decir que la organización ha funcionado a la perfección con fluidez en las barras, lavabos, taquillas y sobre todo en los horarios que funcionaron con puntualidad casi inglesa.
El viernes empezó fuerte con los catalanes Manel que en el escenario secundario tuvieron una buena acogida de público teniendo en cuenta que contaban con un horario tan temprano para tocar, gracias sin duda a la presencia nutrida de la colonia catalano-parlante trasladada al festival. Lo cierto es que en directo siguen sin transmitir los elaborados matices de sus discos que se pierden a favor de un sonido más básico.
Después de recoger nuestra pulsera para el Auditorio volvimos al escenario secundario para ver a la descarga habitual de Triángulo de Amor Bizarro, estos (ya) clásicos del indie nacional. Sonido enmarañado como es habitual y los primeros bailes del festival, mención especial para ese magnífico batería. Ya avisamos en la previa el lujo que supone el Auditorio presente en el interior del recinto de La Fica, tanto que el concierto de los británicos These New Puritans fue posiblemente el mejor de todo el festival, acompañados de una orquesta, coro de niños, percusionista, piano y así hasta formar exactamente 36 personas que nos dejaron con la boca abierta. Memorable.
Siempre que hay un concierto de Yann Tiersen se produce una discusión habitual entre el público profano al post-rock con tintes épicos del músico francés. Es lógico sentirte decepcionado si esperas escuchar la BSO de «Amélie» y lo que te encuentras son momentos de auténtica belleza, rozando los mejores momentos del festival. Otro que fue muy grande. Después decidimos renunciar al baño de masas de Vetusta Morla para disfrutar de una de las más firmes promesas del festival, Two Door Cinema Club, y nos encontramos con otro llenazo en el escenario secundario. Triunfo total de este grupo que en directo arrasaron, al contrario que una de las bandas cabezas de cartel.
Si ya el segundo disco de MGMT a un servidor le costó Dios y ayuda digerir, en directo se tornó en una montaña cuesta arriba en el que no hubo ni un momento mínimamente reseñable, hasta “Time To Pretend” sonó sosa y sin alma. Decidimos recurrir después de la decepción anterior de MGMT a la electrónica elegante del músico danés de Copenhague, Trentemoller, y no nos equivocamos. Buenísima actitud en directo, sonido excelente y con una banda de acompañamiento más que solvente. Otro triunfador del día.
El combo italiano The Bloody Betroots puso patas arriba el escenario Estrella Levante con un concierto a medias entre la electrónica más zapatillera y el punk más burro del festival. Algo así como unos Prodigy meets Refused. Brutales. El cansancio empezaba a hacernos mella y acudimos nuevamente al escenario Jagermeister al que iba a ser el último concierto del día, otro concierto de baile desmedido de un grupo como We Have Band, que si bien en disco proporciona altibajos en directo sorprendieron a más de uno.