/Crónicas///

Sonics, The – Barakaldo (29/11/2011)

Gerry Roslie, Freddie Dennis, Larry Parypa, Rob Lind, Ricky Lynn Johnson
7.8
Rock Star Live, Medio a 3/4
Precio: 23/25 €

Siempre hay que dar gracias por poder contemplar a una leyenda viviente como los Sonics sobre el escenario. Aunque su formación no sea la original ahí están Gerry Roslie al teclado como maestro de ceremonias, Larry Parypa a la guitarra y el siempre buenhumorado Rob Lind al saxo. Los años no pasan tanto como deberían y The Sonics siguen rockeando a diferentes generaciones cada vez que vienen y afortunadamente, desde su regreso lo hacen muy a menudo ya que festivales como el Primavera Sound o el Azkena fueron de los primeros en reclamar su presencia en todo el mundo.

Empezaron con un retraso bastante prolongado sobre la hora fijada, algo que en esta ocasión no nos importó demasiado ya que, pese a ser día laborable no contaban con teloneros con lo que muchísimo deberían de haber tocado para que la hora de cierre fuera insostenible. Salieron y comenzaron con «Money» a desgranar ese repertorio mítico y añejo, entre propio y apropiado, de tantos años que llevan haciéndolo.

En poco tiempo cayó uno de sus primeros hits, «Have Love, Will Travel» y cada cual iba bailándoles a su ritmo y ganas. Y con poca pausa, como esos precursores del punk-rock, como se les tiene considerados, atacaron algún tema más meloso como «Don’t be Afraid of the Dark», pero en general apabullaron con ese sonido de garaje-rock oscuro y humeante de «Boss Hoss», «Strychnine» o «Shot Down», tan mediatizados por la guitarra como por ese groove tan especial que les da el maridaje de piano y trompeta, pilar fundador del garaje.

También tuvieron espacio para esos temas de rock más acelerado interpretados por la garganta del bajista, que no tiene mucha pinta de rockero, pero cumple a las mil maravillas y lo vive como el que más, aunque no esté a la altura de Roslie, sus ademanes y aullidos en dos de sus hits más celebrados, como son «Psycho» y «The Witch», que suenan tan a proyectil como siempre. Entre estas y otros festivos pelotazos como «Louie Louie» se despidieron y si, salieron para bises pero sólo un tema, quedando una sensación algo pobre. Tampoco supongo que estén como para dar conciertos excesivamente largos, sobre todo por llegar bien a las fechas sucesivas, pero hacerse un bis de un sólo tema siempre queda cojo, mejor hacer el corte antes para eso.

Por lo demás sonaron impecables y rotundos como siempre, las únicas pegas que podemos poner al concierto son meramente circunstanciales. El ser un día entre semana, más las características de la sala; hubo un buen lleno, pero es una sala muy grande y horizontal que sino se llena no da esa sensación acogedora que si tuvieron en el Kafe Antzokia en su pasada visita. Todo esto hizo que la gente no se soltara lo debido, pero el repertorio memorable, su buen hacer y el carisma de Roslie, Lind e incluso de Freddie Dennis, los vuelven a situar en ese término medio entre lo esencial y lo entrañable. 

 

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29 de noviembre de 2011