/Crónicas///

Radio Moscow – Bilbao (23/05/2014)

7.2
Kafe Antzokia, Medio lleno
Precio: Dec-14

Regresaban Radio Moscow a Bilbao. El trío ya es viejo conocido de un Kafe Antzokia que visitan últimamente casi cada año. Y es que ese ritmo furibundo es el que marcan sus constantes lanzamientos discográficos. Parece ser que los 70 poseen a Parker Griggs de tal forma que no puede para de editar más y más de esa música que se escurre entre fuzz y jams. Por eso mismo se trata de un grupo que se puede decir tranquilamente que si te gusta el estilo, debes ir a ver. Las canciones que presenten en cada momento son lo de menos. Ni siquiera es necesario escuchar los discos, dicho esto sin ánimo de desprecio.

Abrían Minor Empires, banda formada por miembros de Nothink, Moonich y Toundra (aunque para esta gira contaban con el batería de Vértice). Digamos que un humilde supergrupo del alternativo nacional que recientemente ha editado el que es su disco de debut. Su sonido es exactamente lo que podíamos esperar de su bagaje, un cruce entre las melodías del rock alternativo con toques de progresivo y post-rock que se notan en guitarras algo más intrincadas. Si tuviéramos que ponerles en la órbita de una banda, seguramente tiraríamos de unos Thrice, aunque sólo sea por esa voluntad emocional y ligeramente experimental a la vez que accesible.

Sonaron bien con su corto repertorio que incluyó una versión, pero nos fue imposible no compararlos con los varios conciertos de Nothink que hemos visto en salas más reducidas. Y Nothink siempre fueron especialmente solventes en directo, por lo que realmente nos gustaría verles a mucho no tardar en una sala más reducida y en concierto propio.

Ya nos dijo el cantante de la primera banda, Juán Blás, que Radio Moscow eran «muy buenos y muy hippies». Algo que ya sabíamos pero pareció, en su inocencia, una descripción bastante adecuada. Ahí que salió Parker Griggs con sus dos secuaces actuales para invocar a toda esa música que quedó en el limbo setentero. Y es que Griggs no se mueve ni un centímetro de época. Sus pintas son setenteras, su guitarra es setentera, sus canciones son setenteras y todas sus referencias lo son.

Y en directo ofrecen una encapsulada versión de lo que se estilaba en aquella época, para bueno y para malo. Psicodelia, blues-rock, jams interminables… sólo conocerse el cancionero evita pensar que estamos ante una engrasadísima banda de versiones de, para qué ir más lejos, Jimi Hendrix Experience. Personalmente me parece una experiencia tan hipnótica como algo autolimitante para una banda joven y un talento tan notable como el de Griggs.

No es que los patrones de esa música que en su día significaba libertad sean tan encorsetados, pero conforme su popularidad crece y sus sets se van haciendo más alargados, se acentúa un poco más la repetición. Me pregunto si no romperá en algún momento a salirse del lienzo (los temas interpretados de su nuevo «Magical Dirt» no presagian cambio de rumbo) pero en cualquier caso me parece mucho mejor revivir la esencia de una época a través de sangre nueva capaz de asimilar conceptos tan bien, que a través de una banda de versiones de medio pelo. En ese sentido siempre será interesante ver al trío al menos una vez y a partir de ahí ya, lo que se tercie.

 

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23 de mayo de 2014