/Crónicas///

Primavera Sound – Barcelona (30/05/2012)

7.5
Arc del Triomf,
Precio: gratis

Directo desde el aeropuerto sin apenas parar ni para ir al baño, la avanzadilla de Feiticeira llegaba el miércoles al Arc de Triomf justo cuando sonaban los primeros acordes del concierto de The Wedding Present. Antes según nos contaron, los catalanes No More Lies habían dado el pistoletazo de salida al grito de “vamos locos” con su post hardcore acelerado no exento de melodía, y Jeremy Jay había ambientado con su pop americano pero de acento británico a un público aún poco numeroso y un tanto disperso en estos inicios de festival. Con los de Leeds sin embargo la cosa cambió de tercio. Aquello empezó a parecerse un poco más a un concierto que a una fiesta mayor de pueblo, y a la que comenzaron a desgranar su repertorio post-punk de reminiscencias indies, la tarde-noche fue tomando forma. Interpretando su exitoso Seamonsters, sin duda su mejor y más conocido disco, The Wedding Present demostraron que su gira de reunión es de las que vale la pena. Con un buen sonido y un David Gedge sonando casi mejor que en estudio, desplegaron un correcto directo en el que no faltaron la oscura y muy noventera “Dalliance”, la ruidosa “Suck”, “Corduroy”, o algún guiño a otros discos como “Kennedy” de su álbum Bizarro.

Comenzaba a anochecer sobre la ciudad de Barcelona y era el momento de que The Walkmen presentasen su nuevo Lp Heaven, y demostrasen si en directo éste posee algo más de vigor. Sin embargo la cosa no terminó de despegar y aun sonando de forma impoluta los neoyorquinos, lastrados en parte por la indiferencia de la gente hacia las nuevas piezas, no consiguieron meterse en el bolsillo al variado público que a esas horas llenaba hasta la bandera la plaza. Solo los singles antiguos de la banda consiguieron algo más de empatía entre los asistentes, siendo de esta forma “Angela Surf City”, y sobre todo “The Rat”, las grandes triunfadoras de su actuación.

Para el cierre de la velada ahí estaban los omnipresentes en este Primavera Sound, The Black Lips, que con su siempre divertida propuesta lograron que aquello volviese a parecer un festival, y que las primeras filas vibrasen con sus clásicos de garage-pop. No faltaron como no podía ser de otro modo “O Katrina!”, “Dirty Hands”, “Hippie, Hippie, Hoorah” o «Family Tree», y para cuando sonaron los primeros acordes de su himno “Bad Kids”, aquello ya era una fiesta en la que volaban los rollos de papel higiénico, los balones, y las cervezas, las cuales golpeaban con sus guitarras los mismos componentes de la banda cual jugadores de béisbol. Una fiesta descontrolada que bien podía haber acabado con algún latazo en la cabeza de alguien, pero que tratándose de estos incorregibles del indie, no extrañaba en absoluto. La fiesta continuaría en la Sala Apolo con Chairlift, Beach Fossils, o Kindness, pero teniendo lo que teníamos por delante al día siguiente, irnos a descansar nos pareció la mejor idea.

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30 de mayo de 2012