/Crónicas///

SETLIST OWEN PALLETT
01: E is for estranged
02: This is the dream of Win and Régine
03: Scandal at the parkade
04: That’s when the audience died
05: Keep the dog quiet
06: The great elsewhere
07: Lewis takes action
08: Odessa (Caribou Cover)
09: He poos clouds
10: Many lives 45p
11: Lewis takes off his shirt

12: The CN Tower belongs to the dead (Z)

El segundo día de festival es a veces el más duro, porque aunque llevas lo tuyo arrastrado, todavía queda más de la mitad. Pero cuando a pocas horas tienes la oportunidad de ver a Low en el Auditori, la de ver si se consagran en directo Japandroids o a Pixies tocando temas históricos se te olvida todo y piensas, ¿qué me impide ir a primera hora al Fòrum? Pues eso, nada, así que ahí nos colocamos, bien para ver a Owen Pallet, bien para conseguir tickets para lo que el Auditori se cocería después.

 

OWEN PALLETT Y HOPE SANDOVAL: PRIMERA HORA EN EL AUDITORI

Low era la gran incógnita del día. Es decir, no dudábamos que darían un buen concierto pero tantas horas de Auditori echaban un poco para atrás. A primera hora tocaba ir a Owen Pallett y tener la suerte de poder enlazar con Hope Sandoval ya acomodado dentro. Pues bien, como era de esperar largas colas había colas para Owen Pallet. Algo en lo que debería pensar la organización es en programar algo, cualquier cosa, para entretener a la gente dispuesta a estar a primera hora en el Fòrum (muchos estaban para coger tickets de Low) y descongestionar un poco la entrada al Auditori.

Por lo que respecta al canadiense podemos decir que dio uno de los conciertos revelación del festival. Lo bueno del Auditori es que da igual la hora, da igual que el sol haga estragos fuera, porque dentro te metes pronto en el clima intimista y en este caso algo dramático de este joven genio. El sólo, con su figura empequeñecida por el tamaño del recinto y por las sobrias proyecciones se metió al público en el bolsillo, tan sólo recurriendo a un guitarrista en ciertos temas. La maestría con la que grababa sus líneas de violín y luego las lanzaba creando algo nada estático nos cautivó. El acabose fue cuando decidió entregarse a los samplers y los ritmos y vimos que su propuesta no está nada reñida con la diversión. Un concierto de los que gana miles de adeptos.

A Hope Sandoval con su nueva banda The Warm Inventions le costó remontar esto. Para empezar el cambio se alargó, se alargó demasiado y muchos perdían la paciencia y miraban sus horarios constantemente. Tanto que para cuando empezó hubo espantadas canción tras canción. Claro, habiendose retrasado todo y sabiendo los que querían asistir a Low que debían salir y hacer otra cola gigantesca para volver a entrar, no era cuestión de jugársela. Si a eso le sumas el carácter algo soso de Hope y su prohibición de sacar fotos que tuvo al personal del auditori a la busca y captura de cualquier cosa que pareciera una cámara, el concierto distó mucho del clima relajado que su hipnótica psicodelia reclamaba. Podemos decir que fue bonito, pero aún pudiéndolo ver hasta el final, no llegamos a disfrutarlo en condiciones.

(Raul)

MIENTRAS TANTO, EN EL FORUM:
COHETE, A SUNNY DAY IN GLASGOW Y THE NEW PORNOGRAPHERS

La otra cara de la moneda fue aguantar para poder dar cuenta de cómo se las gastaban los de Alan Sparhawk encima del escenario del Auditori reinterpretando «The Great Destroyer». Esto supuso tener que pasar por una considerable cola para entrar al recinto desde antes de las 4, unida a una lentísima ya dentro del festival. Al menos los chicos de Nine Stories pudieron contagiarnos algo de su buen rollo mientras actuaban en el Salón de Myspace. Aunque para buen rollo el de Cohete en el Vice, ya con la reserva de Low en la mano. Niños pululando con sus graciosos cascos, continuos bailecitos y una ejecución cada vez mejor de ellos y la nueva sección de vientos. Son perfectos para abrir un festival, contagiando esa alegria de vivir con su música y esa mala leche con las letras irónicas y algo azarosas, como «Mi Corbata» o «Matrimonio».

El dream pop del septeto capitaneado por Ben Daniels, A Sunny Day In Glasgow, fue otro momento agradable y perfecto para escondernos del sol, como bien indica el nombre del grupo. Su propuesta siempre ha sido encajada en el movimiento revival shoegaze, aunque no ha sido hasta el momento en que los vi encima del escenario Pitchfork cuando no me percaté de esos verdaderos aromas a Cocteau Twins. Su directo es muy divertido y entrañable, especialmente por la presencia vocal de sus dos cantantes y por un trasfondo algo psicodélico. No los pudimos ver apenas, pero había que mencionarles.

Salieron luego a escena otros de poner sonrisilla y buen rollo, The New Pornographers. Es curioso como sin contar con las dos piezas claves de su directo (Dan y Neko) consiguen transmitir tanta actitud y vitalidad encima de un escenario. Pena no poder verlo entero, puesto que despues de hacer cola para coger entrada para Low tampoco era plan de arriesgarse a ir con la hora pegada, asi que apenas pudimos disfrutar de ese sensacional buen hacer de solo medio concierto. Genial guiño comenzar con «Sing Me Spanish Techno» y muy buena versión de «I Use» para redondear el recuerdo inicial a «Twin Cinema». «Crash Years» del nuevo, también genial.

(Ricardo)

LOW performing «THE GREAT DESTROYER»

El Don’t Look Back de Low fue probablemente de lo mas sensacional del festival, aunque al mismo tiempo es duro de asimilar. Estamos hablando que estás en un festival con seis o siete escenarios, con actuaciones multitudinarias, con estrés en el calendario y en medio de todo eso te plantas a ver un concierto en un teatro con estos monstruos a la hora de crear sensaciones. Hace nada que vimos a Alan y al propio Steve en la sala Moby Dick de Madrid con su relato rockero Retribution Gospel Choir hablando de un soberano concierto.

Bien, pues una vez mas tenemos que hablar de ese magnetismo, de esa perfección y de esa genial entrega del propio Alan y de su esposa Mimi. Personalmente he de reconocer que el principio de «The Great Destroyer» es lo que más me hacía visitar este concierto, y en cuanto ví que «Monkey», «California» y «Everybody’s Song» se seguían me alegré yo y relajé la mente para dejarse llevar con la dualidad de voces de «Silver Rider» o las guitarras de «On The Edge Off». La actuación fue soberbia, aunque echando de menos los teclados sobre todo en la propia «Monkey», ya que el concierto se había propuesto ser una versión viva pero desnuda de la obra grabada en 2005. Evidentemente, si quieres oírlo como en el disco te lo pones en casa, si quieres algo especial lo tuviste en el Auditori.

(Ricardo)

 

COMBATIENDO A LOW: SCOUT NIBBLET + NUEVA VULCANO

Una mujer que triunfó mucho más que la citada Sandoval fue Scout Nibblet. No goza de gran popularidad pero entre los aficionados al Primavera es todo un nombre propio. Esta inglesa, que aúna lo descarnado de PJ Harvey con el gusto por los riffs oscuros de Kurt Cobain y la rareza más aleatoria ofreció aún con sol un concierto vibrante, con un público entregado desde el principio que la jaleaba. Ante estas expresiones de júbilo tanto ella como su batería se felicitaban entre bromas imitando al público. Total, nunca canciones de carácter tan arrastrado como «Kiss», «Let Thine Heart Be Warned», «Your Beat Kicks Back Like Death» o «Your Last Chariot» han sonado en un ambiente tan triunfal. Uno de mis descubrimientos preprimaverales del año, más que constatado en directo.

No lejos de allí, Nueva Vulcano tenían el honor de ser el grupo español con slot más destacado del festival, en todo un Ray Ban que pensamos que es mucho mejor escenario que el grande. Vale, tocaban de tarde y coincidían con todo unos Low, pero eso les daba oportunidad de llegar a mucha gente que se quedaba fuera. Allí estaban muchos fans de siempre, pero también mucha gente automáticamente convencida en el primer contacto con la banda. El trío se presentó con Marc Clos de nuevo haciendo de hombre orquesta y con Sergio de Aloud y Santi de Ultramarinos vigilando que todo sonase lo bien que sonó. Incluso nos consta que había guiris disfrutándolo, lo cual tiene mérito dado el gran poder que tienen las letras de Artur. Empezaron a saco descargando los hits antiguos y no tan hits: «Solamente un fuego», «Predominio del sol» o «Segundas residencias». Después y una vez más, comprobamos como en directo arrasan los peces de colores. «Dulce y Ácida», «Te Debo un Baile», «Amor Moderno», «El Ataque» y así hasta cerrar con la fulminante «La Ley de Costas». No nos cansamos de verles y de corearles. Si este era el año del indie-rock noventero en el Primavera, los Nueva se merecían sin duda el buen recibimiento.

(Raúl)

 

SPOON
El grupo tejano salió a escena sin pena ni gloria, como ya nos pasara con su concierto en Wintercase junto a Explosions In The Sky, aburriéndonos bastante con su propuesta de indie raso. Hay algo en el devenir de sus conciertos que no llega a rematar todo lo bien hecho en estudio, ni con el piano divertido de «Written in Reverse» ni con un hit cómo «Don’t Make Me A Target». Dado que no lo conseguimos, pasamos a ver que tal se las gastaban Beak>.

(Ricardo)

BEAK>
Geoff Barrow de Portishead al frente de su nuevo proyecto, y nosotros aburriéndonos en Spoon. Que buena muestra de experimentación, fuerza y versatilidad la que consiguieron los tres miembros de Beak> en el escenario ATP. Es genial ver como comanda Geoff a sus dos chicos y como van desnudando un disco como su debut, que aun grabado en directo es encima del escenario dónde enfunda sus mejores galas. No habríamos apostado porque una actuación de Beak> al aire libre hubiera funcionado así de bien, puesto que al final nos quedamos ganas de más con esa mitad de concierto.

(Ricardo)

CONDO FUCKS
Tenía bastantes ganas de ver a Condo Fucks porque Yo La Tengo son unos clásicos del festival y me olía un concierto especial. También esperaba canciones de Yo La Tengo que no llegaron. Todo lo contrario, el trío desplegó un alargado repertorio de oscuros clásicos de rock y garaje primigenio, muchos para colmo ni siquiera incluidos en su único disco «Fuckbook». Así que vale, disfrutamos con «Accident», «So Easy baby» o sobre todo «The Kid With the Replaceable Head», pero la cosa no pasó de lo entretenido. Supongo que se sabía y por eso tocaron de tarde y no de noche, pero yo esperaba más. Ellos estuvieron animados pero no hubo la conexión con el público que debía.

(Raúl)

BEACH HOUSE
CocoRosie tocando en el Ray Ban ante un nutrido público hacía presagiar que nuestro retorno al ATP a ver a Beach House iba a ser coser y cantar, pero fueron ellos los que cosecharon el mayor llenazo de dicho escenario, al mas puro estilo del que vivimos hace unos años con Modest Mouse. Un servidor se los perdió en el Primavera Club y quiso quitarse la espinita, pero a decir verdad su éxito de dream pop debe ser gozado en distancias cortas y no en un escenario así. Al menos es muy complicado que su sensacional «Teen Dream» entre cuando tienes multitud de personas empujando para abrirse paso, mientras al otro lado parlotean. De esos conciertos difíciles de disfrutar en un festival, o al menos ante tanta gente.

(Ricardo)

WIRE
Leyenda de los 80, unos de los padres del tan reivindicado post-punk, Wire era un caso digno de ver, no sólo por los grandes discos que grabaron en su época sino porque su actividad reciente en estudio demostraba que a su edad no se habían estancado en un sonido. El directo nos mostró dos caras de la banda. Tardaron en arrancar, sonando en un principio renqueantes, perezosos y cuando ya pensábamos que la cosa se iba a quedar en algo experimental tirando a aburrido, los londinenses se animaron y empezaron a darle al punk-rock de lo lindo con momentos bastante rompedores. Si hubieran estado todo el rato a esa altura hablaríamos de concierto explosivo.

(Raúl)

JAPANDROIDS
Pero como en ese momento no estaba la cosa para asegurar nada, tiré para Japandroids. Su disco debut era una inmejorable carta de presentación y había ganas por ver la capacidad del duo para recrear ese sonido en un escenario dificil como el Pitchfork y sus diabólicas columnas. No sólo dieron un concierto tremendo sino que probablemente fueron el grupo que mejor partido le sacó a dicho escenario. Sentimos la electricidad y la garra de un grupo joven como hacía tiempo no pasaba y la sombra de hype se desvaneció al instante, entre coros, riffs tremendos y batería machacona. Esperábamos tal vez presencia de sus recién editados singles anteriores, pero el peso lo llevaron los auténticos temazos como «Wet Hair», «Sovereighnty», «Young Heart Sparks Fire» o «Heart Sweats». Desde luego hubo sudor, hubo entrega y hubo comunión con el público, uno de esos conciertos en los que claramente ellos nos dieron más de lo que esperábamos y viceversa. Derroche de energía e intensidad. Se hizo corto por propio repertorio, pero en este caso si que aplicamos eso de lo bueno si breve.

Al terminar, llegué por los pelos al último tema de Les Savy Fav, «Rock The Party». Dio pena perderselo, más aún al ver a Tim correteando entre el público del ATP, pero así es el Primavera y esta fue mi decisión más dificil de la jornada, sin duda.

(Raúl)

PANDA BEAR
Sin duda alguna, la gran decepción del festival. Con mayúsculas. Raramente oiremos a nadie hablar bien de su concierto, ni por seguidores ni por gente que pasaba por allí. Lo suyo fue lamentablemente una actitud egoísta, centrándose en interpretar sin ganas temas nuevos, en uno de los conciertos mas aburridos de todo el festival. Bueno, el peor sin duda. Todo esto es mucho mas digno de mención, cuando precisamente la actuación del propio Panda Bear venía dada como homenaje a que Animal Collective habían salido entre las votaciones a mejores conciertos de la historia del festival, cuando allí no sólo no hubo «Chores» sino que encima ni hubo «Bros» ni «Take Pills» y apenas un breve interludio que sonaba a «Ponytail». Lamentable.

(Ricardo)

SHELLAC
Y mientras Panda Bear dejaba público entre indiferente e indignado, Shellac estaban soliviantando los ánimos cosa mala tirando de math-rock corrosivo y a trompicones. Es algo digno de ver lo del trío, pero lo que no sospechábamos es que es digno de ver tantísimas veces. Hace ya muchos años que sentaron las bases de su sonido, editan muy poco material y para colmo están en el Primavera Sound por decisión propia año tras año. Y sin embargo, pese a los muchos solapes, llenan el ATP hasta la bandera de fieles a los que no defraudaron. Todo lo contrario, según comenzaba «Prayer to God» uno sentía el magnetismo de su ruido y en el tiempo que pude disfrutarles antes de la ineludible cita con Pixies, se mostraron como animales intratables, con un sonido aplastante, de nítido y contundente. Se atrevieron con temas nuevos que nos dan una idea de que su leyenda no se va a apagar tampoco en disco. No creo que haya ni una sola voz que pueda levantarse en contra de su regreso el año que viene. Valor seguro e incluso al alza.

(Raúl)

PIXIES Y EL RECORD DE AFLUENCIA EN EL FÒRUM
Llegaba el momento álgido del festival, al menos en cuanto a las masas. Es increíble el tirón que una banda como los Pixies ha conseguido a través de los años y más increíble es aún que lo mantenga tras ya varios años girando desde la reunión. Sin ir más lejos ya estuvieron en el Primavera cuando aún se celebraba en Poble Espanyol y ahora prometían darse un baño de masas importante. Algo que por otro lado ya no les impresiona y a Frank Black el que menos. En fin, el escenario San Miguel estaba lleno hasta la bandera y aunque los límites del recinto son amplios la explanada estaba bien poblada. No queremos pensar que podría haber llegado a pasar si llegan a parar el resto de escenarios como hicieron con Neil Young el año pasado. Aún así hay que hablar de agobios para un festival como el Primavera pero nada que no sea el pan de cada día en el 90% de grandes festivales.

La banda salió a escena y comenzaron a modo de intro con «Cecilia Ann» y «Rock Music», primera parte del Bossanova. La cosa sonaba bien, bastante clavadas las canciones y Black gritaba bien, la cosa prometía y las dudas sobre el setlist pronto se disiparon, con su gran hit «Wave of Mutilation», la rarita «Bone Machine» y otro hit más, «Monkey Gone To Heaven». Vale, el cuarteto parecía venir con un setlist bien equilibrado y glorioso. Cierto es que al mismo tiempo pensamos si habría algún modo de que pudieran hacer un setlist malo por mucho que rebuscaran entre sus cuatro inmaculados discos de estudio. Por la retina pasaban recuerdos de tiempos en que los Pixies fueron la banda más grande del mundo sin salir de la independencia, porque la fuerza y las melodías de sus canciones hicieron creer a Kurt Cobain que otro rock era posible, porque puedes estar en contra de los regresos por la pasta, pero no puedes ignorar que sin haber existido esta banda un festival como el Primavera Sound nunca habría llegado a ser siquiera una idea en la cabeza de unos promotores.

Sentimentalismos, opiniones y recuerdos al margen, los hits se sucedían. La deliciosa «Gouge Away», la muy punk «Tame» que nos recordaba el mítico video del Brixton Academy, la evocadora «Hey»… un sinfín de temas históricos sin discusión que en sucesión nos permiten apreciar la versatilidad de una banda que fue tan prolífica en tan pocos años. La vena pop de Bossanova regresó con «Velouria», «Dig For Fire» y «Allison» y era imposible dejar de corear cada estrofa, cada coro de Kim Deal, cada grito enloquecido de Francis, imitar cada característico solo de guitarra de Santiago… y el frenesí se apoderó súbitamente del gentío al grito de «I am un chien andalusia!». A ver si no es de genios tener a miles de personas de diferentes nacionalidades gritando un estribillo así. Este era uno de los momentos en que uno no podía evitar pensar que es imposible componer una canción así, tocarla y no pasarlo bien. No me acabo de creer la faceta seria de Black.

En la dupla de Trompe Le Monde «Planet of Sound» + «Alec Eiffel» ganó la primera por la mano, la velocidad de la segunda se les atragantó un poco y acto seguido se pusieron tiernos con la épica «Caribou» y dulces con su inmortal versión de Neil Young, «Winterlong». El regreso a Surfer Rosa por medio de la coreada «River Euphrates» fue realmente mágico y no menos lo fue la rendición al «Head On» de Jesus & Mary Chain. Desde luego no se puede decir que no acierten con las versiones. La orgía de rock, pop, punk, etc. continuó inmutable y tras deletrear en «U-mass» nos sumergimos en Surfer Rosa con algunos de sus temas más espasmódicos. La hispánica y tremenda «Isla de Encanta», el garaje marciano de «Broken Face» y los aires western de «Nimrod’s Son» nos dejaban preparados para lo que debía ser la recta final del disco.

Y cayó otra de sus canciones más universales, la domesticada «Here Comes Your Man». A lo largo del concierto la banda demostró combinar con acierto hits más mainstream con temas más minoritarios. En este caso vino «The Holiday Song» antes de recurrir a la frenética «Vamos», tremendo ejemplo de como la canción más rara del mundo puede ser convertida en un himno a corear por miles de personas contentísimas de escuchar una batería de temas enormes como hoy en día nadie es capaz de crear. Dejando con esa sensación los duendes hicieron ademán de irse pero regresaron claro. No porque se lo pidieran, sino porque lo tenían más que previsto, las cosas como son. No sabemos si se aguantan o no como dicen las malas lenguas pero desde luego se hicieron un divertido teatrillo entre los cuatro como deliberando si iban a tocar más o no. Estuvo gracioso y anda que no mereció la pena ver como se le iluminaba el rostro a Kim Deal mientras tocaba las primeras notas de bajo de su inmortal «Gigantic» o a todo el Fòrum al unísono coreando los «uuuuuu» de «Where Is My Mind?».

Si nos olvidamos de que estén mayores, más dejados físicamente, den conciertos a piñón fijo, etc. lo cierto es que da la impresión de que tocan mejor que nunca, su sucesión de canciones gloriosas no da tregua y dejaron un sabor de boca impecable. La química ya la pone su repertorio que habla por sí mismo y las conexiones neuronales de cada oyente. Me importa poco si Black y Deal quedan para hacer barbacoas o se van al Kentucky Fried Chicken cada uno por separado, aquello sonó de lujo y fue tan emocionante como un concierto en un gran escenario y con tanto gentío pueda llegar a ser.

(Raúl)

YEASAYER
Llegar al Vice y besar el santo. Aunque fuera deprisa y corriendo, llegamos a ese inicial «Wait For The Summer» que tan bien se marcan, cambiando la idea de su concierto en Caracol de comenzar repasando su nuevo disco. De su previo disco por tanto gozamos con una sensacional «2080» o una curiosa «Sunrise», pero en realidad fue con «Odd Blood» y sus hits con lo que se metieron a todos en el bolsillo. En menor medida «I Remember» o la versión bailonga de «Rome». Igualmente «Mondegreen» cuajó buena presencia gracias a un sonido sensacional, pero sin duda terminaron siendo las perfectas «Ambling Alp» y «O.N.E.» las que se conviertieron por motivos obvios entre los grandes momentos del festival. Necesitan algo más de repertorio para pasar de la hora y mantener este nivel, así que un concierto de ellos en festival se puede considerar practicamente la mejor manera de disfrutarlos.

(Ricardo)

BLOODY BEETROOTS

Con las tradicionales prisas que tenemos en este festival pudimos llegar a dar cuenta de cómo hacían Bloody Beetroots por pasear su música electrónica en el escenario Rayban. Al menos llegamos a los últimos compases de su concierto, del que cabe destacar cómo supieron hacerse valer de la música rock para llevar la fiesta hasta altas horas de la madrugada. Una cuestión más de actitud y de ganas que otra cosa, pero que nos gustó bastante. Las características máscaras de Venom que llevaban daban un extra de fuerza, sin duda.

(Ricardo)

MUJERES
Con el sambenito de ser los Black Lips españoles, lo cual no deja de ser bastante cierto, Mujeres tuvieron la gran suerte de poder tocar a las 4 de la mañana, hora generalmente reservada para bandas de electrónica (o para los propios Black Lips, vease pasada edición en el mismo escenario Vice). No digo que no lo merezcan por ser locales, pero me parece que aún tienen que demostrar para tener un trato tan preferente. En fin, prejuicios fuera, dieron un concierto muy animado, en parte por su mérito moviendo al personal con su garaje de aires rockabilly y rompecaderas. La otra parte la ponía un público entre animado y pasado de rosca, con mucho personaje y situación extraña deambulando ya. En todo caso, un concierto bien festivo y una banda que aún siendo novel no se acobardó ante un Vice bastante repleto de gente ajena a su música. Se puede decir que salieron vencedores.

(Raúl)

DIPLO
El DJ inglés Diplo ya pasó hace tiempo por Primavera Sound, pero probablemente seguirá siendo conocido más por cómo sacó de la nada a M.I.A. que por como se las gasta en vivo. A pesar de ello, su labor a la hora de mezclar temas de ayer y hoy con estilos diversos lo pone en muy buen lugar, al menos para los que queremos más fiesta que disfrutar a estas horas de la madrugada. Recuerdos al «Where’s My Mind» de Pixies o al «Paper Planes» de M.I.A. para finalizar, pero por el camino mucho recuerdo a la música africana, al dub y al funk brasileiro. Un muy buen fin de fiesta.

(Ricardo)

 

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28 de mayo de 2010