/Crónicas///

Primavera Club – Madrid (27/11/2010)

9.0
Neu! Club y Círculo de Bellas Artes, Varios aforos
Precio: Varios precios

Dice la tradición que uno no se puede saltar el planning inicial de un festival con tantas salas y escenarios, pero al final hubo que hacerlo. Por varias razones, pero principalmente por el miedo: el de perderse a Teenage Fanclub por hacer la visita a Edwyn Collins (una verdadera pena), el de sacrificar a Beach Fossils por un concierto tan malo como contaban de Wild Nothing, dejar escapar a Yuck por los siempre geniales Guadalupe Plata y el de no llegar vivo al final de la sesión de Dj Coco.

El primer paso fue lo de pasar de Guadalupe Plata (están en Siroco en diciembre) y dejarnos llevar por los desconocidos Yuck en una de las mejores decisiones de última hora que haya tomado en un festival. Porque lo de Yuck fue algo sensacional, a pesar de que sus influencias y sonido son de todo menos algo novedoso: noise noventero, rock alternativo, Dinosaur Jr, Sonic Youth y Yo La Tengo. Quizás les falten canciones, pero gracias a lo majetes y entrañables que eran consiguieron contentarnos hasta entre tema y tema. Esperemos como se lo montan en estudio, porque pueden ser grandes a corto plazo.

Manteniéndose uno en el Neu! pudimos ver en Beach Fossils a una banda que ya ha sacado un disco a la altura de lo que prometían, aunque en cierto modo pecan de ser un poco lineales. Lo primero que nos sorprendió fue la edad de sus componentes (no mucho más de 18 años) y lo segundo que no llevan ya ese batería tocando de pie (que parece una tontería, pero cuando las líneas de batería son tan sencillas se debe mantener). Así que, comenzaron un poco sosos para ir enganchando lo mejor de su repertorio con «Daydream» por encima de todo, para terminar sacando la vena punk: su cantante se pira de la sala cabreado por un par de acoples y vuelve por la puerta de atrás, su bajista se descalza, se lían a bailotear mientras tocan, se bajan al público y terminan destrozando el escenario (batería incluida). Yo lo siento por los del equipo de alquiler, pero me pareció un final de concierto buenísimo.

Ya en el Círculo de Bellas Artes dimos cuenta de que nos podían ofrecer las actuales Agent Ribbons, ahora que han pasado a ser un dúo. Los temas de su nuevo disco parecen tener mucha más chicha melódica y eso tiene pinta de enganchar, pero es muy difícil disfrutarlo sólo con guitarra, voz y batería. Y más, en un recinto tan grande como la Sala de Columnas. Creo que sería bueno que incorporaran algún miembro más a su propuesta, la desnudez no les hace justicia.

Para Smokin’ Fairies la cosa se fue poblando considerablemente, a pesar de coincidir con la actuación esperada de Edwyn Collins en Rock Kitchen. Pero, claro, el miedo a perderse a los también escoceses Teenage Fanclub no era moco de pavo. Estas dos chicas nos aburrieron bastante, más por monotonía folk-country que porque sonases verdaderamente mal. El principal problema es esa sensación de falta de canciones y de variedad alguna, aunque quizás en otro sitio también habrían encajado mejor.

Teenage Fanclub llenaron obviamente. No les costó nada, probablemente llegando al 100% para cuando las guapas chicas de Smokin’ Fairies estaban terminando. Es justo recordar que de las pocas quejas que se le pueden achacar a los chicos del Primavera es que haya que sacrificar a Edwyn Collins para ver a Teenage Fanclub o al revés, y sobre todo que hubiese allí gente viendo a estos últimos porque era «lo único abierto» cuando fuera pasando frío había unos cuantos cientos deseando entrar. Creo que una propuesta alternativa de carácter más lúdico a última hora nos vendría bien el año que viene.

Volviendo al concierto, los que lo pudimos ver, pudimos disfrutar de uno de los mejores y más honestos repertorios pop que uno se puede echar a la cabeza. Se oyen ecos de que son ya unos abueletes, que tocan a piñón fijo y que no transmiten nada. Es probable que no son los que en 1991 hicieran la competencia al «Nevermind» de Nirvana, ni los que en 1995 sacaron un «Grand Prix» que los hacía girar a las melodías perfectas, pero de ahí a decir que no dieron lo que se esperaba de ellos…

Comenzaron con «Start Again«, como mandan los cánones, para después repasar su disco nuevo. El sonido fue bastante horroroso, pero es cierto que desde primera fila fue más por el exceso de sonido de monitores que por otra cosa. Parece que según fueron apareciendo clásicos imborrables como «It’s All in My Mind», «Don’t Look Back», «About You», «Mellow Doubt» y «Your Love Is the Place Where I Come From « (y podría seguir así horas) la cosa mejoraba mucho, ante una simpatía sobria y elegante de todos los miembros. El cierre con «Sparky’s Dream» y «The Concept», inmejorable. En el bis apenas hubo tiempo para «Everything Flows», que sonó demasiado fría, para demostrar que los Teenage Fanclub de ahora están más cómodos tirando de melodía que de powerpop guitarrero.

Triángulo de Amor Bizarro posteriormente lo tenían fácil para poner patas arriba la sala: mucho alcohol, ganas de fiesta y ganas de moverse tras el aluvión melódico de los escoceses. Así que dicho, y hecho, ya sea tirando de «Año Santo» («De la Monarquía a la Criptocracia», «La Malicia de las Especies Protegidas» o «El Baile de los Caídos») como de sus clásicos («El Fantasma de la Transición» o «El Crimen: Cómo ocurre y como remediarlo»). El sonido fue realmente malo, pero lo importante fue que vimos una banda darlo todo en cada nota, lo que provocó que también se diera todo abajo.

El fin de fiesta, el esperado con Dj Coco tirando de todo lo que uno se le pueda ocurrir: desde el nuevo single de Kanye West y Arcade Fire hasta clásicos de NoFX, Save Ferris (y no No Doubt como dije inicialmente), Bad Religion y Nirvana. Perfecto casi-fin de fiesta.

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27 de noviembre de 2010