Caía mucha agua del cielo, pero Rick Froberg (cantante de Obits) nos iba contando a mi y a otra buena amiga lo mucho que le gustaba Madrid y toda la península. Lo hacía en un castellano bastante bueno, adquirido con tantas aventuras vividas en los últimos años por suelo barcelonés y español con los hermanos Guardia (aka La Castanya).
Por esa cercanía, honestidad y, al mismo tiempo, magnetismo una banda como Obits había sacado adelante un concierto que se antojaba complicado debido a los problemas de afonía de su cantante. Lo había hecho tirando de un repertorio que cada día les da una paleta de sonidos más amplias, desde esos temas de los primeros tiempos tan arrebatadores como “Everything Looks Better in the Sun”, “Pine On” o “You Gotta Lose”, pero también con los recientes “Taste The Diff” o “Spun Out”.
Está claro que las canciones nuevas han bajado el pistón y la aceleración de la banda para darle otros colores de mayor ritmo, pero en directo siguen siendo los mismos perros viejos que dejaron la mejor huella en su primera visita a Madrid en la ya extinta Nasti. En esta ocasión no fue así sobre todo por esos problemas vocales de un Rick que permanecía algo hastiado en un segundo plano. Afortunadamente seguro que vuelven por España pronto para desquitarnos, aunque mientras tanto nos quedamos pues con un buen concierto de rock, que al fin y al cabo eso es Obits.
Como teloneros de lujo estuvieron Los Chicos, una banda que si bien ha tocado mucho y muy bien, llevaban cierto tiempo dejándose caer menos por los escenarios locales. La difícil situación de la sala para afrontar un sold-out así hizo que no pudiéramos disfrutar en familia de una de las mejores bandas de rock and roll del país. Porque no han inventado nada, claro, pero lo que hacen lo hacen muy bien.
